Apuntes del debate sobre la efectividad de las nuevas políticas hacia Cuba

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Republicanos y demócratas: un mismo deseo para Cuba, diferente método

"Entendiendo el impacto de los cambios en la política para los Derechos Humanos y la democracia en Cuba".

Marco Rubio, senador republicano por Florida y presidente en el nuevo Congreso del Subcomité de Relaciones Exteriores del Senado para Asuntos del Hemisferio Occidental, encabezó este martes una audiencia titulada "Entendiendo el impacto de los cambios en la política para los Derechos Humanos y la democracia en Cuba".

El primer panel de la audiencia incluyó preguntas de los senadores a los secretarios de Estado Adjuntos para Asuntos del Hemisferio Occidental, Roberta Jacobson, y para la Democracia, los Derechos Humanos y Asuntos Laborales, Tomasz Malinowski.

Rubio destacó que habían sido citados también a testificar Ricardo Zúñiga y Benjamin Rhodes, los dos altos funcionarios del Consejo de Seguridad Nacional de la Casa Blanca que sostuvieron durante año y medio las conversaciones secretas con funcionarios cubanos en Canadá y El Vaticano que resultaron en el acuerdo de restablecimiento de relaciones anunciado el pasado 17 de diciembre.

En sus palabras iniciales, Rubio recordó que el objetivo de la nueva política declarado por la Administración Obama es empoderar al pueblo cubano, para que pueda decidir su propio futuro, y explicó que la audiencia buscaría establecer cuán efectivos pueden ser en ese sentido los cambios anunciados, considerando que el pueblo de Cuba es el único del hemisferio que no disfruta de elecciones libres y limpias. Rubio se preguntó por qué Estados Unidos tiene que ser más paciente en ese sentido con Cuba que con otros países.

Barbara Boxer, senadora por California y la miembro demócrata de mayor jerarquía en el panel, explicó que apoya el cambio de política de la administración Obama para Cuba luego de 50 años de aislamiento que dijo distanciaron a Estados Unidos de sus asociados en el continente y en Naciones Unidas y sirvieron a La Habana para justificar sus fracasos y su represión. Boxer consideró que la mejor manera de empoderar al pueblo cubano es a través de una política que involucre y no aísle a los cubanos.

El senador demócrata por Nueva Jersey, Bob Menéndez, consideró que la negociación secreta para restablecer relaciones con Cuba produjo un mal acuerdo que comprometió principios básicos a cambio de nada, ya que las libertades para los cubanos quedaron sin garantías. Menéndez se refirió a los 53 prisioneros políticos liberados con condiciones por el Gobierno de Cuba, señalando que algunos, como Marcelino Abreu, fueron apresados nuevamente.

Además, el político de ascendencia cubana lamentó que en las conversaciones no se trataran temas como las propiedades estadounidenses confiscadas, el acceso a las cárceles cubanas de observadores independientes y los fugitivos de la justicia de Estados Unidos, como Joanne Chesimard acogidos por La Habana, y destacó que Raúl Castro reconoció recientemente haber dado la orden de derribar en 1996 dos avionetas estadounidenses, causando la muerte de cuatro civiles.

La secretaria de Estado adjunta para Asuntos del Hemisferio Occidental, Roberta Jacobson, fue la primera testigo de la audiencia y en su presentación explicó las intenciones de la Administración Obama para empoderar a largo plazo al pueblo cubano y de que sean los cubanos quienes puedan determinar su propio futuro, pues, "serán ellos los que finalmente lleven a cabo los cambios políticos y económicos". Explicó que esa política se apoya en más comercio, viajes, telecomunicaciones y remesas.

El secretario de Estado adjunto para la Democracia, Derechos Humanos y Asuntos Laborales, Tom Malinowski anunció que encabezaría la delegación en las conversaciones Estados Unidos-Cuba sobre el tema de Derechos Humanos.

Malinowski se mostró a favor de la nueva política de Estados Unidos y explicó que Cuba ha hecho del embargo una excusa que ha repetido internacionalmente para justificar su ineficiencia y su represión. Dijo que aunque el acuerdo no cambia la naturaleza fundamental del régimen, el embargo no lo ha debilitado y le ha servido para justificar sus fracasos. Ahora, sin embargo, la carga de esa responsabilidad ha pasado al Gobierno cubano y habrá más información y recursos para el pueblo de la isla. Anticipó que miembros de la sociedad civil cubana podrán intercambiar con líderes del continente en la próxima Cumbre de las Américas de Panamá en abril de este año.

Preguntada por Rubio acerca de si el Departamento de Estado sabía de las conversaciones secretas y había sido consultado, Jacobson dijo que conocían de conversaciones para la liberación de Alan Gross y que existía un comité de política interagencias al que se le reportó sobre la situación de Derechos Humanos y sobre los presos políticos, basándose en los informes de organizaciones independientes de la isla.

Acerca de qué impacto había tenido el anuncio de la nueva política de Estados Unidos hacia Cuba en la región y en el mundo, la Secretaria de Estado Adjunta respondió que había conmocionado a los países del área, incluidos los aliados de Cuba, y que otros bloques como la Unión Europea han querido estar en sintonía.

"Por primera vez en la recepción que ofrecimos en la residencia del Jefe de la Sección de Intereses de Estados Unidos en La Habana asistieron todos los diplomáticos, porque antes los habíamos invitado pero ellos preferían no asistir para no asociarse con nuestra política", dijo Jacobson.

Por otra parte, Tom Malinowski, contó que en un viaje reciente a La Paz, Bolivia, para la toma de posesión del presidente Evo Morales, percibió una reacción muy positiva de parte de muchos gobiernos del hemisferio. "Por primera vez pudimos tener una conversación sobre esto", explicó.

Rubio se refirió, asimismo, a declaraciones transmitidas el lunes por la TV Cubana de la funcionaria a cargo de las conversaciones por Cuba, Josefina Vidal, respecto a que el libre movimiento de diplomáticos estadounidenses asignados a una embajada en Cuba estaría condicionado a que dejaran de apoyar a los disidentes. La secretaria Jacobson dijo que no podía imaginar que se aceptara esa condición para abrir una embajada.

El senador republicano por Arizona, Jeff Flake, recordó que hace 14 años presentó su primer proyecto de ley para eliminar la prohibición de viajes y consideró que esto haría mucho más por la democracia en la isla que los programas de la USAID.

Flake preguntó sobre el funcionamiento de una futura embajada de Estados Unidos en La Habana. Jacobson tuvo palabras de elogio para los diplomáticos de la Sección de Intereses, unos 70 de sus 360 empleados, detalló las múltiples tareas que cumplen sus funcionarios y explicó que la apertura de una Embajada en Cuba no será un asunto polémico en cuanto al presupuesto y que de establecerse ayudará mucho más a lidiar con otros asuntos cruciales como la devolución de prisioneros. "El hecho de abrir una embajada no es una concesión al Gobierno cubano y en muchos países no consideran que tener una embajada estadounidense sea un regalo", dijo Jacobson.

El senador Menéndez lamentó que el Departamento de Estado fuera mantenido al margen de las negociaciones y que los cambios decididos por el Gobierno de Obama no se usaran para obtener concesiones del Gobierno cubano. "No consiguieron nada a cambio", señaló Menéndez. Acerca de la revisión emprendida por la Cancillería estadounidense sobre la presencia de Cuba en la lista de Estados Patrocinadores del Terrorismo, el legislador por Nueva Jersey recordó que Joanne Chesimard es una de los diez terroristas más buscadas por el FBI, que también se refugian en Cuba miembros de organizaciones designadas como terroristas y que en la definición de "patrocinadores", Estados Unidos considera el uso del territorio de un Estado como refugio de miembros de estas organizaciones.

Reprobó Menéndez que tampoco se mencionara en las charlas el caso del contrabando de armas de Cuba a Corea del Norte abortado por el Gobierno panameño. En cuanto al permiso a firmas norteamericanas para mejorar las comunicaciones en la isla, advirtió que Cuba está conectada al internet de banda ancha por un cable de fibra óptica tendido desde Venezuela en 2011, y que no ha ampliado el acceso de sus ciudadanos a la web.

El senador republicano por Colorado Cory Gardner se mostró preocupado por las detenciones y la represión a los activistas. El secretario adjunto Malinowski recordó que la naturaleza del régimen no ha cambiado, aunque en enero las detenciones breves se redujeron a unas 140 (178, según la Comisión Cubana de Derechos Humanos y Reconciliación Nacional).

Gardner expresó su preocupación por las ganancias que obtendrá el Gobierno de Cuba de las medidas de Obama, pero la secretaria Jacobson consideró que los beneficios para el pueblo de la isla superarán los dividendos del Gobierno.

Tom Udall, senador demócrata por Nuevo México, apuesta por el fin de las restricciones de viajes para los estadounidenses en Cuba y recordó su visita con su colega Flake a la isla en noviembre.

Udall consideró que la nueva política debe ser seguida por el levantamiento de la prohibición de viajar y por apoyar al empresariado privado en la isla y se preguntó cómo sería la interacción en el sector empresarial.

Jacobson señaló que uno de los mayores problemas que enfrentan los cuentapropistas es el de los suministros y dijo que ahora hay la esperanza de que se podrán conectar con individuos, empresas y fundaciones norteamericanas para que les ayuden. Malinowski aseguró que las autoridades cubanas están nerviosas ahora que la responsabilidad de los problemas cae sobre ellas.

Tom Malinowski explicó que la idea de condicionar la entrega de recursos e información a los cubanos, a una concesión del Gobierno cubano es un imposible. Por tanto, la mejor manera sería hacerlo unilateralmente.

Tim Kaine, demócrata por Virginia, celebró que haya un canal de alto nivel para discutir las diferencias, como existe con países con Arabia Saudita, y preguntó cuál ha sido la reacción de los países de la región latinoamericana.

Jacobson explicó que anteriormente se habían distanciado por la política respecto a Cuba, pero que el anuncio del acercamiento con Cuba, en palabras del presidente de Colombia, Juan Manuel Santos, ha cambiado la historia de las relaciones de Estados Unidos con Latinoamérica.

Edward J. Markey, demócrata por Massachusetts habló sobre el papel de Radio y TV Martí y su preocupación de que los cubanos tengan libre acceso a la información, considerando que una hora de Internet en la isla cuesta $5 de los $20 del salario promedio.

Jacobson explicó que las nuevas medidas permiten la venta de equipos de telecomunicaciones y artículos para internet con los que se espera se incremente el flujo de información.

"Somos optimistas en cuanto a su interés, pues lo necesitan, pero no sabemos cómo ellos van a reaccionar", dijo la Secretaria de Estado y puntualizó que ya representantes de algunas compañías de telecomunicaciones de Estados Unidos han visitado Cuba y otros están interesados.

Marco Rubio llamó la atención sobre el peligro de que el dinero de los estadounidenses en los viajes a Cuba vaya a parar al poderoso grupo Gaviota, de la corporación GAESA, que dirige un yerno del general Raúl Castro, es decir, que termine en manos del mecanismo de represión.

Malinowski, explicó que nació en una Polonia comunista, que ha estudiado estos casos, muy comunes en los regímenes autoritarios, ya sean comunistas o no, y aseguró que en ningún caso la restricción de viajes y las políticas de aislamiento han contribuido a mejorar las condiciones de un país.

Flake preguntó si había otro país en el mundo adonde los estadounidenses tuvieran prohibido viajar. Jacobson dijo que las sanciones contra Cuba eran especialmente severas. El Senador inquirió, entonces, si todos los dólares dejados por los viajeros irían a parar a manos del Gobierno, a lo que Malinowski acotó que la mayor presencia de viajeros y de dólares estimularía el mercado negro, de modo que una parte iría a sus operadores y a los trabajadores por cuenta propia.

Menéndez preguntó al Secretario Adjunto para Democracia y Derechos Humanos si él podría garantizar que con la nueva política no se eliminarían los programas pro democracia que Estados Unidos desarrolla en la isla, a lo que el interpelado aseguró que eso no ocurrirá de ninguna manera.

El Senador demócrata se preguntó si dentro de 43 años en Cuba ocurrirá lo que en China, refiriéndose al tiempo que hace que Estados Unidos estableció relaciones con ese país, y citando un reciente informe de 154 páginas del Departamento de Estado sobre las violaciones de los Derechos Humanos que prevalecen aún hoy en China.

"Si dentro de 43 años la situación de los Derechos Humanos en Cuba es como la de China, habremos fracasado", concluyó diciendo Malinowski.

Segundo Panel

Testigos de la audiencia.

En el segundo Panel testificaron los opositores cubanos Rosa María Payá (hija del fallecido Oswaldo Payá, quien presidió el Movimiento Cristiano Liberación); Berta Soler, presidenta de las Damas de Blanco; Miriam Leiva, activista de Derechos Humanos y periodista independiente; y Manuel Cuesta Morúa, de Arco Progresista.

Rosa María Payá enfatizó en que la negociación debía atender las demandas de la población en general, como los cambios elementales que establece el Proyecto Varela.

Morúa, por su parte explicó que es importante mantener un canal de comunicación con Cuba en este proceso.

Soler recalcó que Cuba no es un Gobierno soberano y que por ello es importante que el Gobierno estadounidense escuche las opiniones del pueblo de Cuba.

Por su parte, Miriam Leyva, explicó que los programas de apoyo a la democracia vistos como un obstáculo a la negociación por la parte cubana, deben ir dirigidos a la sociedad civil y la mayoría del dinero no ha ido directo a la oposición. "Lo mejor es analizar cuál sería la mejor forma de apoyar a la sociedad civil y consultarnos sobre esto", dijo Leyva.

La líder de las Damas de Blanco, Berta Soler, explicó que la ayuda debe ser directa a la sociedad civil porque lo que llega al Gobierno cubano lo usa para reprimir al pueblo. Agradeció la ayuda que ha recibido de parte del Gobierno estadounidense como celulares, laptops, así como el aporte de los exiliados. Agradeció, además, la información que llega a los cubanos a través de Radio y TV Martí, que ayuda mucho al pueblo para saber lo que está pasando en la isla.

El senador Flake dijo admirar a todos los asistentes en la audiencia, recordó que en sus viajes a Cuba se había reunido con Miriam Leyva y su fallecido esposo, Oscar Espinosa Chepe; reconoció la labor de las Damas de Blanco, y destacó el legado de Oswaldo Payá, con quien se reunió en La Habana y citó en un artículo publicado en el diario The New York Times.

Miriam Leyva en su intervención final destacó la posibilidad de mejorar la calidad de vida del cubano con la nueva política de Estados Unidos, y cómo el envío de remesas ayuda a abrir pequeñas empresas que, a su vez, germinan en otras que generan empleo, formando una telaraña independiente del Gobierno. Leyva dijo que tras las medidas anunciadas el 17 de diciembre, hubo alegría y esperanza entre la población que ve en este anuncio oportunidades para todos.

Leyva recordó que el gobernante Raúl Castro, al asumir el poder, prometió cambios, pero nada ha sucedido y muchos afirman que no hay futuro; pero ahora todo se ve con otra perspectiva.

En relación a la política de Estados Unidos a Cuba afirmó que si cambian la Ley de Ajuste Cubano, la de "pies secos-pies mojados", algo que temen los cubanos, podría aumentar el flujo de emigrantes. Pidió que se meditara antes de realizar algún cambio al respecto, pues crearía una atmósfera de tensión, pues más cubanos arribando a tierras estadounidenses crearían una situación compleja para las relaciones.

Rosa Maria Payá pidió una mayor interrelación con los "cubanos que sufren".

En las palabras finales, el senador Marco Rubio reconoció que a Cuba se le ha dedicado más tiempo, con esa Audiencia, que en los cuatro años que ha servido como Senador y que tiene la esperanza de que el debate haya servido para "educar a sus colegas" y agradeció la presencia de los ponentes en el Senado, destacando el valor de estos.

"Todos compartimos una misma meta, en el Congreso, en el pueblo estadounidense, en la Administración: Una Cuba libre y democrática", dijo antes de finalizar las tres horas y media de audiencia senatorial.