Cómo el 11J se convirtió en el estallido popular más exitoso en décadas en Cuba

Manifestación pacífica contra el régimen comunista frente al Capitolio Nacional de Cuba el 11 de julio de 2021.

Las protestas son cada vez más comunes, incluso en países autoritarios como Cuba, destaca una investigación de la organización internacional Freedom House, que analizó el impacto de las manifestaciones populares en decenas de países.

El estudio revisa las protestas ocurridas en Cuba en 2021 y reconoce el papel del Movimiento San Isidro y de los artistas e influencers cubanos en propiciar de manera efectiva una movilización masiva, como la que se dio el 11 de julio del año pasado.

Artistas cubanos frente al Ministerio de Cultura en una protesta el 27 de noviembre de 2020. YAMIL LAGE / AFP

El análisis explica que en países con un entorno político no competitivo, dominado por un estado central, donde el régimen asume el papel del líder colectivo, responsable de la seguridad y bienestar de la población, el éxito de un estallido social se consigue cuando se cuestiona la legitimidad del régimen y su fracaso al cumplir los compromisos con la ciudadanía.

Freedom House recuerda que en Cuba miles salieron a las calles, expresaron su rechazo al sistema con la canción de rap “Patria y Vida” y denunciaron "el fracaso del régimen revolucionario cubano para cubrir las necesidades básicas de las familias".

También remarca que la crisis económica contribuyó a que se incorporaran más personas a las protestas. Freedom House argumenta que los activistas pueden atraer a más segmentos de la población cuando hacen referencia directa a los problemas económicos y los relacionan al fracaso del Estado para cumplir su contrato social.

Sobre el papel que desempeña la diáspora y las organizaciones internacionales, Freedom House resalta la contribución de músicos exiliados y artistas dentro de la isla para grabar "Patria y Vida", el tema que se convirtió en himno de las protestas.

De izq. a der. El Osorbo, Luis Manuel Otero y El Funky, en el rodaje de "Patria y Vida".

También valora la función clave de las redes sociales en el éxito del levantamiento popular.

"En Cuba la capacidad de los ciudadanos para acceder Internet a través de sus teléfonos móviles se expandió de menos del 20 por ciento de la población en 2011 a más de 70 por ciento 10 años después. En un país como Cuba, donde el gobierno encarcela a los activistas y controla estrictamente los medios de comunicación, la capacidad de compartir rápidamente los videos de las primeras protestas del 11 de julio de 2021, fue una condición previa necesaria para que tuviera lugar la protesta nacional más grande en décadas", subraya la organización.

El joven Leonardo Romero Negrín siendo detenido por las protestas del 11J.

El informe enfatiza, sin embargo, en que la represión extrema desatada por el régimen a pocas horas del inicio del estallido fue eficaz para prevenir una movilización más amplia. Además, afirma que la falta de liderazgo hizo que las protestas sólo se prolongaran por dos días.

Freedom House señala que la capacidad de los activistas para anticipar y evitar la represión inminente es un factor importante para fomentar el auge de una movilización.

En Cuba, el detonante de la movilización "fue probablemente imprevisto por el Estado", y los videos en las redes sociales mostraron al público en general que no estaban solos en sus problemas, en su descontento con el régimen, y le dio coraje a la gente común para unirse a la protesta.