CUBANOS PROTESTAN EN MADRID

Carceller se montó en la estatua ecuestre y se encadenó al caballero ondeando una bandera de Cuba durante unos quince minutos, y clamó justicia porque, según dijo, el Quijote es la última esperanza de Cuba.

Agregó que se necesita un Quijote en España que ayude a la democracia en Cuba, y recordó los 46 seis años en espera de la democracia en la isla y a los fusilados, prisioneros políticos y exiliados del régimen comunista.

El líder anticastrista dijo que ya es hora de que haya una democracia en Cuba, la misma que disfrutan los españoles, e insistió en que España debe saber que los cubanos esperan mucho de ella para lograrlo.

El disidente cubano abandonó la estatua de forma pacífica, tras pedírselo la Policía.