Cubano-finlandés describe su vida bajo cero, en una biografía novelada

Escritor cubano Rubén Pons, en la televisión de Finlandia.

Su título comercial es "La vida como un bolero" y ha sido traducido para el público local, con críticas descarnadas a la sociedad nórdica y a la revolución cubana.

Descendiente de chinos y de andaluces, el cubano Rubén Pons fue a parar a Finlandia como parte de esa diáspora de la isla que no deja de sorprendernos. Destinos raros, adaptaciones complicadas, amores carnales y a primera vista que se vuelven cuesta arriba con la convivencia, pero movidos por la espectacularidad de un cuerpo europeo –en este caso nórdico– generalmente grácil; más una dieta a base de pescado azul y productos bastante sanos, aunque difíciles de comprender para un caribeño.

Todo esto y mucho más tuvimos que enfrentar quienes dimos el salto a ciegas para salir de Cuba. Y así fue: A ciegas y helados en invierno, pero lo importante fue salir.

De Pons supimos hace unos cuantos años cuando pasó por Barcelona con su ex mujer finlandesa, con la que tuvo mellizos (hembra y varón), pero no habíamos tenido más noticias hasta días recientes en que internet nos lo devolvió hablando en la televisión finlandesa. Lo llamaron para conversar a propósito del deshielo de las relaciones entre Cuba y Estados Unidos luego de más de 50 años de tirantez, y Pons explicó que no hay cambio visible de democratización en la isla sino, a su juicio, se trata de cambios cosméticos. Una opinión de primera mano para el público de ese país.

Pero la entrevista, que Pons sostuvo todo el tiempo en idioma local, fue más lejos: Él ha escrito un libro que ha sido exitoso en librerías finlandesas. Una biografía novelada bajo el título La vida como un bolero (Elämä kuin bolero, su título en finlandés). Contó con una tirada de entre 800 y 1.000 ejemplares que se han vendido todos, según confirmó a martinoticias.com el propio autor en conversación telefónica desde Helsinki.

Pons no ha querido adornar nada, dijo. Su libro es un retrato descarnado –aunque tragicómico, en clave de sarcasmo– del choque cultural nórdico/cubano. Se adentra en el racismo y la xenofobia de una Finlandia de los años 90. "Ahora hay muchos más extranjeros que antes", puntualiza, pero entonces "la pasamos bien dura para integrarnos", al punto de llegar a mentir para conseguir un trabajo.

El protagonista de la novela se llama igual que el autor –Rubén– y se burla a su manera de la doble moral finlandesa, del primer mundo en general. Es un tipo con luces y sombras que para nada intenta ser un héroe y al final sufre un infarto, lo rebasa y visita un puticlub, en medio de la reflexión sobre su vida.

Escrito originalmente en español y traducido luego al finlandés, La vida como un bolero corre a cargo de la editorial Siltala y salió en noviembre del año pasado. Según comenta Pons, es la primera vez que se publica a un autor cubano en idioma local y versando sobre la realidad de ese país nórdico.

El libro habla de lo que ha sido la revolución cubana desde los comienzos hasta la actualidad, pasando por la guerra de Angola, pues el personaje es movilizado hacia tal contingencia. Hay un momento de la vida del personaje, en Cuba, en el que se ve obligado a revender periódicos para sobrevivir, hasta que esa finlandesa lo saca de la miseria en la que vivía y es cuando comienza la aventura europea, no exenta de momentos tragicómicos como cuando el protagonista imparte conferencias de Historia en un idioma que tuvo que aprender a trompicones (en realidad el autor es graduado de Historia de la Universidad de La Habana).

Es su propia vida –confirma Pons a través del teléfono–, pero hay recreación de personajes y de situaciones para adaptarla a un público más heterogéneo. Ahora Pons se gana la vida cuidando a personas con parálisis cerebrales, un trabajo duro pero reconfortante a la vez, dice.

Adelantó que el libro tiene continuación, cuando los personajes son dos ancianos, igualmente un cubano y una finlandesa.

Como decíamos al principio, historias de cubanos por el mundo hay miles y bien sabrosas y dolorosas de escribir, pero no todos los que se fueron tienen el ánimo de narrarlas, o la capacidad técnica y/o espiritual para hacerlo.

Tiene mucho mérito utilizar la literatura como terapia. Muchos de estos libros de emigrantes y en particular de exiliados tienen un diablo detrás, un retén del camino hacia las profesiones de cada cual, aunque también una lección de vida o de crecimiento personal. Son libros de autoayuda, pero no comerciales. Son básicos para seguir adelante.