Cubana que mató a español dice que él la torturaba

  • Agencias

La cubana Ana María P.H. a su llegada al tribunal que la juzga por asesinar a su esposo español (foto Alfredo Aguilar).

Durante el juicio por el asesinato de su marido en 2011, Ana María P.H. aseguró que él la mantenía encerrada, sin celular ni internet.
Durante la primera sesión del juicio con jurado contra Ana María P.H., una cubana acusada en la Audiencia Provincial de Granada de drogar y estrangular a su marido en 2011, la encartada alegó haber actuado en defensa propia porque se sentía "torturada".

Respondiendo a preguntas de su abogado, tras rechazar ser interrogada por la Fiscalía y otros letrados acusadores, la mujer de 50 años aseguró que Manuel, con quien se casó tras conocerse en Cuba en 2008, la mantenía siempre encerrada y le tenía retenido su pasaporte y documentación; no le dejaba tener ni teléfono móvil ni internet; y cuando hablaba con su familia tenía que hacerlo con el teléfono en altavoz, reporta el diario digital Granada Hoy.

Una testigo, una abogada amiga personal del fallecido que le había recomendado que se divorciara, confirmó durante la vista que éste mantenía retenida la documentación de su esposa.

Ana María aseveró que ya había sufrido ese supuesto maltrato en Cuba, pero que la situación empeoró cuando se fueron a vivir a Guadix, en la citada provincia de la Comunidad Autónoma de Andalucía. "Jamás en mi vida salí sola", dijo, algo que fue corroborado por varios testigos. "Estuve tres años viviendo encima de una pastelería y nunca compré ni un bollo", aseguró.

El edificio donde la cubana Ana María P.H. ultimó a su esposo español.

Según las declaraciones de la mujer, cuando ocurrieron los hechos, el 25 de agosto de 2011, la situación era ya "insostenible". Ella, según dijo, no quiso hacer daño a Manuel pero se desató una discusión en la que él empezó a golpearla, por lo que ella tuvo que defenderse y acabó estrangulándolo con un lazo, tras haber puesto "cinco o seis pastillas" de ansiolíticos en el café de su marido.

Por su parte la agencia Europa Press señala que en la audiencia se presentaron imágenes que grabó el fallecido a su mujer, en las que los dos discuten y él le dice que tienen que separarse con la mediación de una abogada, y comunicar la nueva situación al Consulado de Cuba, a lo cual ella responde insultándolo y llamándolo "poco hombre y sucio".

Según el Ministerio Público, la cubana asesinó premeditadamente a su marido tras suministrarle una alta dosis de lorazepam --fármaco con efectos ansiolíticos e hipnóticos-- y posteriormente mantener relaciones sexuales con él.

La Fiscalía advirtió al tribunal popular que no van a juzgar un caso de violencia de género sino de "violencia doméstica", y recordó que la vista no es para determinar si Ana María era una mujer maltratada -como sostienen ella y su defensa- sino si mató a su marido con alevosía o no, y si hubo legítima defensa o no.

En la misma línea se pronunciaron los letrados a cargo de las acusaciones particulares presentadas por los hijos y los hermanos de Manuel, una de las cuales expuso que el fallecido poseía una explotación ganadera en Cuba, y sugirió que el móvil pudo haber sido económico.

La presunta asesina fue a entregarse a la mañana siguiente de lo ocurrido a la Guardia Civil, después de --según sostiene la Fiscalía-- practicar durante toda la noche rituales de santería junto al cadáver de su esposo. Guardias civiles que participaron en la inspección ocular del lugar descartaron haber visto imágenes religiosas.