Venezuela es clave para reformas en la isla

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De acuerdo con el Financial Times, las reformas de Raúl Castro peligran si Venezuela descubre que no puede subsidiar más a la isla.

El gobierno cubano se debate entre la urgencia de acelerar los cambios económicos y la eventualidad de que Caracas no pueda seguir subsidiándolo, según un artículo del Financial Times.
La muerte de Hugo Chávez, el apretado triunfo de su sucesor Nicolás Maduro en las elecciones del domingo, y la “balbuceante” economía venezolana están forzando a Cuba a dictar las pautas de sus reformas, según un artículo que publica el diario Financial Times.

Las medidas adoptadas hasta ahora en la isla por el gobernante Raúl Castro, apunta, han mejorado la vida cotidiana pero han fracasado en hacer lo mismo con el desempeño del trasfondo de la economía nacional.

“Para el régimen se trata de un acto de malabarismo –precisa–: si cambia muy deprisa el régimen podría desmantelarse; si lo hace muy lentamente la economía se deteriorará y minará de cualquier manera el legado de los hermanos Castro”.

El periódico cita a Bert Hoffman, un experto en Cuba del Instituto Alemán de Estudios Globales y Regionales, quien dijo que Castro debe asegurar que la isla reciba durante cinco años más petróleo barato de Venezuela, pero tiene tres objetivos.

Estos son, indicó: “Evitar fraccionamientos en la élite (de poder) y también revueltas sociales; organizar la sucesión, y emprender gradualmente reformas económicas empezando por asegurar la supervivencia del régimen”.

El Times señala que al menos parte del proceso de “malabarismo” con la organización de una potencial sucesión ya se ha dado con la designación de Miguel Díaz-Canel como vicepresidente primero en febrero pasado.

“La apariencia de la economía—agrega—también está cambiando”, y menciona las remesas familiares enviadas a la isla por los exiliados, que se duplicaron en dos años a $2 mil millones de dólares.

También la proliferación de taxis privados y pequeños negocios que dan empleo a unas 400 mil personas, así como de 1.700 restaurantes y 5 mil bead and breakfast (sitios que dan alojamiento y desayuno a turistas) que operan ahora en el país.

Dice además que hay agricultores vendiendo directamente casi la mitad de su producción sin pasar por manos del Estado, pero esos cambios—indica—rozan por la “tangente” lo que sigue siendo una economía centralmente planificada que necesita atraer inversión extranjera y crecer más de 5 por ciento al año (desde 2008 el promedio de crecimiento ha sido de sólo 2 por ciento).

Pavel Vidal, un economista cubano que da clases en la Pontificia Universidad Javeriana de Cali, en Colombia, dijo al periódico que “la tendencia macroeconómica no sustenta esas formas graduales”.

El Times destaca que hasta los propios funcionarios cubanos admiten que las medidas más drásticas siguen esperando, entre otras, eliminar los excesivos subsidios, hacer de las empresas estatales entidades autónomas y eficientes, proporcionar incentivos reales a la inversión extranjera, y eliminar el sistema de doble moneda.

Raúl Castro difiere, añade el diario, y este mes dijo que el país se mueve adelante a buen ritmo y que había que resistirse a la presión de quienes insisten en la necesidad de apurar el paso.

“Pero realmente Castro no tiene opción—puntualiza el artículo--, especialmente si Venezuela, que sufre de un enorme déficit fiscal, descubre que no puede seguir dándose el lujo de subsidiar a la isla”.