Cuba sufre en carne propia cáncer de Hugo Chávez

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Un vehículo pasa frente a una valla con la imagen del presidente de Venezuela, Hugo Chávez, en La Habana.

El destino que corra el presidente venezolano a corto plazo representa un impacto directo en el futuro inmediato de la isla, destaca el periódico mexicano La Jornada.
Ocupando un lugar preferencial en su comercio y con un paquete de acuerdos e inversiones estratégicas en la isla, Venezuela es la “pieza más sensible de la economía” cubana, y la suerte que corra el presidente Hugo Chávez “representa un impacto directo en el futuro de la isla”, según destaca este lunes el diario mexicano La Jornada.

En un artículo firmado por su corresponsal en La Habana, Gerardo Arreola, el periódico comenta el recién anuncio de la reaparición del cáncer que aqueja al gobernante venezolano y señala que la noticia “irrumpió en las pantallas de los cubanos en la noche del sábado, cuando se transmitía una telenovela brasileña, uno de los espacios de mayor audiencia nacional”.

Tras señalar que el diario Juventud Rebelde, el único de circulación nacional en la isla los domingos, parafraseó a Chávez y tituló en su portada: “Saldremos victoriosos, saldremos adelante”, la nota recuerda cuando, con el desplome del bloque socialista en 1991, Cuba perdió mercados, fuentes de financiamiento y suministros decisivos.

Para el corresponsal mexicano la situación hoy no es igual pero se asemeja, porque “una pieza clave de la economía cubana es la venta de servicios profesionales a Venezuela y la compra de petróleo en ese país bajo un acuerdo preferencial”. Caracas suministra a La Habana dos tercios de su demanda de crudo.

Cuba vende a Venezuela soluciones integrales de servicios, agrega, y tiene a más de 40 mil profesionales estacionados en ese país, trabajando en asistencia médica, deportes, informática, agricultura, azúcar y seguridad, entre otros sectores.

“A su vez—señala-- Cuba puede pagar la factura petrolera con un crédito en dos tramos (90 días y 15 años con dos de gracia), cuyos montos se determinan según una escala creciente del precio del barril”.

Como asunto esencial, subraya que el comercio entre los dos países era de $6 mil 27 millones de dólares en 2010, el último dato oficial disponible, un valor que supera más de tres veces el intercambio con China, el segundo socio de la isla (con $1.900 millones).

En adición, destaca que “las inversiones venezolanas en Cuba tienen un margen de uno a cuatro años para entrar en operación o alcanzar sus principales metas”, como es el caso de la refinería de Cienfuegos, cuando aún no se sabe de las fechas de otros proyectos.

Estos son, precisa, una planta de ferro-níquel en Holguín; la rehabilitación de una refinería en Santiago de Cuba, y la construcción de otra más en Matanzas.

Todo eso sin contar el cable submarino de fibra óptica, “que debió empezar a operar en julio de 2011 según el plan original—apunta—, pero aún se desconoce la suerte que haya corrido”.