Cuba entre The Economist y The New York Times

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Castro recibe un obsequio de Benedicto XVI

Los lectores de ambas publicaciones se han motivado a comentar sobre asuntos cubanos y cubanoamericanos luego que noticias relacionadas con la Isla hicieran titulares en las últimas semanas.
En el número más reciente del semanario The Economist, el tema cubano ocupo la mayoría de la sección de cartas de los lectores.

Los temas abordados esta semana fueron sobre Cuba, Vietnam, Siria, Hong Kong, la Corte Suprema de Estados Unidos, derechos de autor, contraseñas y Orwell. Varias de las cartas publicadas sobre el tema cubano hacen referencia a varios artículos de la revista publicados el 24 de marzo pasado.

Uno de los que enviaron su opinión fue el profesor Luis Suárez-Villa, de la Universidad de California, en Irvine, donde asegura que la política estadounidense hacia la Isla ha sido secuestrada por un pequeño grupo de políticos y considera patético el embargo que ya dura cinco décadas.

Oswaldo Lastres, de Chicago, opina que si la economía y las personas son improductivas es porque el gobierno los hace así. Y se pregunta cómo pueden los cubanos comprar tierra, casas, autos y teléfonos celulares si no tienen dinero.

Sebastián Arcos, desde Miami, asegura que es una exageración considerar las medidas de Raúl Castro como un punto de cambio como la revolución de Deng Xiaoping, como lo califican en el artículo “El camino que lleva al capitalismo”.

Jose Latour envía su misiva para aclarar que la afirmación de que los hermanos Castro han vivido una vida austera es relativa. Y asegura que sus casas son sencillas si se comparan con los que residen en la Casa Blanca, el Palacio de Buckingham o el Palacio del Elíseo; pero comparada con el cubano promedio, que tiene que vivir con una tarjeta de racionamiento, los Castro vive entonces en el Taj Mahal.

También otro importante medio, como The New York Times, dedica uno de sus foros de debate a cuestionar la influencia de los cubanoamericanos a partir del escándalo que llevó a la suspensión del mánager de los Marlins Ozzie Guillen, luego que mencionara su admiración por Fidel Castro.

¿Son los cubanoamericanos de línea dura tan fueres como antes? Es la pregunta que inicia el debate que cuestiona si “la unidad de la oposición apasionada cubanoamericana hacia cualquier compromiso con los Castro ha disminuido” o si esto enmascara las diferencias dentro del exilio para lidiar con este asunto.
De paso, el debate invita a reflexionar sobre si los votantes cubanoamericanos se mantienen como una columna para los candidatos conservadores o si este grupo de electores consideraría otras opciones.