Berta Soler: "Oramos porque se les ablande el corazón a los gobernantes"

Damas de Blanco en la Iglesia

La líder del movimiento Damas de Blanco, Berta Soler, aboga porque todos los cubanos tengan derecho a expresarse a tener libertad religiosa y convivir, sin importar la ideología de cada cual.
La líder del movimiento Damas de Blanco, Berta Soler, ha tenido días muy agitados desde antes de la visita del Papa Benedicto XVI a Cuba, al verse envuelta en la marejada de represión gubernamental de los últimos días.

Como “una migaja” del Gobierno a la Iglesia Católica cubana calificó Soler la decisión de declarar “no laborable” el pasado Viernes Santo, como una mínima compensación a los muchos años en que la Iglesia reclama espacios en los medios de comunicación, y participación en la educación escolar, de la que fue prácticamente excluida desde que Fidel Castro llegó al poder.

Con voz pausada y grave, comenta desde su casa en La Habana su deseo de que “se les ablande el corazón a los gobernantes cubanos” y reitera su premisa de que el Papa no es “un libertador”, y que esa función le corresponde a los cubanos.

Se acabó la Semana Santa, pero usted vivió su propio Viacrucis en Cuba, con su detención arbitraria. ¿Lo siente en parte así?

Sí, bueno mire, los días en que estuvo aquí el Santo Padre el Gobierno cubano se encargó de silenciar y retener a muchos disidentes y Damas de Blanco, a los calabozos fueron a parar más de 300 activistas con tal de que no participaran en las misas que iba a dar el Santo Padre, tanto en Santiago de Cuba como en La Habana. Yo fui una de las víctimas. El día 28, a las tres de la mañana, cuando salía para estar temprano en la Plaza porque el transporte iba a estar malo, fui interceptada por Seguridad del Estado en un carro patrullero y llevada y confinada en un calabozo, por más de 16 horas.

¿Cómo tomó el hecho de que el Papa no le haya dedicado ni un minuto a las Damas de Blanco, y sí se haya reunido con Fidel y Raúl Castro a sus anchas?

R-Bueno, eso para nosotros fue muy duro porque pudimos palpar que el Santo Padre no quiso escuchar a su rebaño, nosotros somos su rebaño, somos parte de la doctrina social de la Iglesia, la parte marginada, reprimida que pidió aunque fuera un minuto. Pero bueno, no vamos a cambiar nuestro amor, ni nuestra fe por Cristo, eso sigue cada día más fuerte, puesto que el Santo Padre representa aquí en la Tierra a Jesús. Es un hombre, y nada, nosotros no vamos a perder la fe ni el amor por Jesús.

¿Qué pasó con el joven que gritó: ¡Abajo el comunismo! y fue golpeado por un supuesto camillero?

Realmente, hasta este momento ese muchacho está desaparecido, detenido por ejercer su libre expresión, y bueno, como usted sabe, el que lo golpeó no era un hombre de la Cruz Roja; el de la camilla era un hombre de la Seguridad del Estado que estaba protegiendo las espaldas del Gobierno cubano, quien se lanzó rápidamente cuando sintió los gritos de este joven. Es un muchacho que no es ningún bandolero, que es un licenciado y estaba ejerciendo psicoterapia en su trabajo. Él fue golpeado primeramente por un hombre muy grande, de raza blanca que estaba con una bata, y después aparece muy rápidamente un hombre moreno, con una camisa de Cruz Roja, que no es tal. Bueno, el destino de este hombre nadie lo sabe, lo tienen desaparecido. La familia ha querido contactar con él y hasta ahora no le han dado esa posibilidad.

¿Qué piensa de los manifestantes que se tomaron la Iglesia para protestar contra el régimen castrista? ¿Puede ser el inicio de una nueva manera de protestar en Cuba?

Yo quiero decirle que estas 13 personas que se tomaron un templo en la iglesia de La Caridad del Cobre, no son bandoleros, son opositores pacíficos al régimen que fueron a tomarse este recinto pensando que era el lugar adecuado. Nosotras -las Damas de Blanco- vamos a la Iglesia a orar y a pedir por nuestros seres queridos, cuando algo tenemos que pedir, o protestar, o que nos aclaren nos dirigimos siempre a la jerarquía de la Iglesia Católica cubana. Pero bueno, la actitud que tuvo el cardenal Jaime Ortega no fue la correcta. Él debió haber llegado allí, hasta donde estaban esos hombres, y comprometerse a llevarle sus inquietudes al Gobierno. Si hubiera hecho eso, ellos habrían salido, pero la forma en que fueron desalojados no fue la correcta. Son su rebaño y debió protegerlos. El gobierno cubano se sintió con el vandalismo abierto y actuó de una forma nada pacífica. En un desalojo siempre hay resistencia, violencia de una parte u otra. Los templos son un lugar que yo no cogería para hacer política, pero debemos reconocer que no se trataba de ningunos bandoleros: eran hombres de la resistencia cívico-pacífica cubana.

Han pasado 9 años desde que las Damas de Blanco iniciaran su resistencia pacífica por los alrededores de la Iglesia Santa Rita, hoy son un movimiento conocido mundialmente. ¿Cuál es su balance de estos 9 años de lucha por la democracia en Cuba?

Nosotras abogamos por la libertad de todos los presos políticos, pero también somos defensoras de los derechos humanos. Le exigimos al Gobierno respeto a los derechos humanos. Los cubanos estamos necesitados de libertad, y la libertad no depende del Santo Padre, porque él no es un libertador, depende de nosotros los cubanos y nada, seguimos haciendo la lucha pacífica por las calles de nuestro país. Orando por los presos políticos. Y porque se les ablande el corazón a los gobernantes, porque todos somos cubanos y tenemos derecho a expresarnos, tener libertad religiosa y convivir, sin importar la ideología de cada cual.