"Los Castro han calculado que el poder opresivo de su aparato estatal bastará para intimidar o aplastar a un puñado de cubanos en una conferencia sobre los derechos humanos convocada en una casa común. Se equivocan".
El diario The Washington Post resalta en un editorioal la conferencia sobre derechos humanos convocada este martes ern su casa por el activista pro democracia cubano Antonio Rodiles
El diario capitalino dice que la casa de Rodiles se ha convertido en una especie de laboratorio de ideas y centro creativo para intelectuales, artistas y activistas de derechos humanos, y que se encuentra en la capital de un régimen con uno de los peores historiales de derechos humanos en el mundo.
El Post observa que aunque la conferencia celebra el aniversario 65 de la Declaración Universal de Derechos Humanos, el régimen de Fidel y Raúl Castro no tolera tan fácilmente semejantes desafíos a su autoridad.
El matutina cita amplios fragmentos de una carta dirigida el viernes pasado por Rodiles al gobernante Rasúl Castro en la que éste describe así la situación en Cuba:
“Todo individuo que se atreva a expresar públicamente sus discrepancias está destinado a ser tratado en forma degradante y humillante". Los ciudadanos cubanos son mantenidos “en una posición de total indefensión” por el Estado abusivo.
Rodiles pone ejemplos recientes: “Dos gomas de mi auto fueron punzoneadas y fue vertido un liquido químico de gran fetidez en los asientos”, Después de eso,“han arrojado orina en los asientos delanteros”.
Concluye el direcftor del proyecto Estado de Sats considerando que “es imposible permanecer impasible ante un poder que sistemáticamente pasa por encima de la dignidad de los ciudadanos y de su propia ley bajo una total impunidad, un poder que ordena a sus representantes actuar como vulgares delincuentes".
El Washington Post recuerda llamados similares a la acción formulados por el valeroso opositor Oswaldo Payá, quien promovía un referendo sobre la democracia en Cuba,y murió en un sospechoso accidente de tránsito
"Sin duda", dice el Post "los hermanos Castro han calculado que el poder opresivo de su aparato estatal bastará para intimidar o aplastar a un puñado de cubanos en una conferencia sobre los derechos humanos convocada en una casa común. Se equivocan. De la sala de una casa pueden nacer cambios trascendentales".
El editorial concluye evocando la lucha solitaria y peligrosa que inició hace más de 20 años el disidente soviético Andréi Sajarov al denunciar la represión en su país y asevera: "Antonio Rodiles no ha hecho menos; y su voz debe ser escuchada"..
El diario capitalino dice que la casa de Rodiles se ha convertido en una especie de laboratorio de ideas y centro creativo para intelectuales, artistas y activistas de derechos humanos, y que se encuentra en la capital de un régimen con uno de los peores historiales de derechos humanos en el mundo.
El Post observa que aunque la conferencia celebra el aniversario 65 de la Declaración Universal de Derechos Humanos, el régimen de Fidel y Raúl Castro no tolera tan fácilmente semejantes desafíos a su autoridad.
El matutina cita amplios fragmentos de una carta dirigida el viernes pasado por Rodiles al gobernante Rasúl Castro en la que éste describe así la situación en Cuba:
“Todo individuo que se atreva a expresar públicamente sus discrepancias está destinado a ser tratado en forma degradante y humillante". Los ciudadanos cubanos son mantenidos “en una posición de total indefensión” por el Estado abusivo.
Rodiles pone ejemplos recientes: “Dos gomas de mi auto fueron punzoneadas y fue vertido un liquido químico de gran fetidez en los asientos”, Después de eso,“han arrojado orina en los asientos delanteros”.
Concluye el direcftor del proyecto Estado de Sats considerando que “es imposible permanecer impasible ante un poder que sistemáticamente pasa por encima de la dignidad de los ciudadanos y de su propia ley bajo una total impunidad, un poder que ordena a sus representantes actuar como vulgares delincuentes".
El Washington Post recuerda llamados similares a la acción formulados por el valeroso opositor Oswaldo Payá, quien promovía un referendo sobre la democracia en Cuba,y murió en un sospechoso accidente de tránsito
"Sin duda", dice el Post "los hermanos Castro han calculado que el poder opresivo de su aparato estatal bastará para intimidar o aplastar a un puñado de cubanos en una conferencia sobre los derechos humanos convocada en una casa común. Se equivocan. De la sala de una casa pueden nacer cambios trascendentales".
El editorial concluye evocando la lucha solitaria y peligrosa que inició hace más de 20 años el disidente soviético Andréi Sajarov al denunciar la represión en su país y asevera: "Antonio Rodiles no ha hecho menos; y su voz debe ser escuchada"..