Carceleros implicados en tráfico de psicofármacos en prisión de Quivicán

  • Jorge P. Martínez

Foto de archivo. Un militar cubano custodia un pasillo de la prisión Combinado del Este, en La Habana (Cuba).

Han sido alejados de sus cargos el mayor Kindelán, su segundo al mando y varios guardias de la prisión, situada en la provincia de Mayabeque, al sur de La Habana.
El primer jefe de unidad del Centro Penitenciario Quivicán (conocido también como Aguacate), al sur de La Habana, mayor Kindelán, así como su segundo al mando han sido separados de sus cargos junto a un grupo de subordinados por su presunta participación en el tráfico de psicofármacos (medicamentos que actúan sobre la actividad mental), informó el periodista cubano independiente Calixto Ramón Martínez Arias, en el programa de Radio Martí Cuba al Día.

"Tampoco se puede afirmar que él (mayor Kindelán) haya estado envuelto, pero como primer Jefe estaba permitiendo que esta cosa sucediera; si no lo sabía por no saberlo también debe ser sancionado, y es lo que está sucediendo con él", manifestó Martínez Arias a los periodistas Cary Roque y Tomás Cardoso.

Señaló que "los guardias de las prisiones son víctimas también del sistema, de la necesidad, de la miseria, de la carencia, y ellos reciben un mísero salario como toda la sociedad cubana y se ven inducidos por el sistema a caer en estos actos de corrupción".

El opositor dijo que la información fue suministrada por un reo que trabaja en las afueras de la prisión y que pidió que su nombre no fuera revelado, por temor a represalias. Indicó que Niurka Caridad Ortega Cruz y Flores Borroto, quienes tienen a un hijo, Eugenio Sierra Ortega, cumpliendo una sanción, visitaron la prisión el martes pasado y comprobaron en el terreno la versión ofrecida por el recluso.

Ortega Cruz le contó a Martínez Arias, que su hijo le había dicho lo que estaba pasando en la instalación; información que fue corroborada por otros presos.

"El poder adquisitivo no tiene que ser alto en los familiares para comprar estas (drogas), yo estuve en prisión y vi cómo funciona esto; es a través de cajetillas de cigarros. Puede ser la cajetilla de cigarro que vale 7 pesos en moneda nacional o los cigarros de importación, como son los cigarros Hollywood (que equivalen a cinco cajas de cigarros criollos)".

"¿Cómo hacen los presos? Los presos le mandan a pedir a sus familiares cigarros, y con los cigarros ellos compran este tipo de droga allá adentro, y compran unas cuantas cosas como alimentos; todo lo que ellos necesiten lo compran. En este caso, lo utilizan comprando drogas y otros medicamentos que hay para hacer ejercicios y ponerse fuertes, y así circula esto".

Según Martínez Arias, "los guardias no son caros, como casi nadie acá en Cuba, porque la necesidad es imperante, y no es que se venden sino que ellos mismos son los que llevan el medicamento y lo venden. Ellos se meten directamente como dueños del negocio y lo venden a través de reos. También conocí cuando estuve en prisión a muchos guardias que se drogan también, que están todo el día ‘empastillados’ como dicen los reos".

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Calixto Ramón Martínez Arias, Cuba al Día