Cuba: prostitución y proxenetismo

El caso del pedófilo canadiense James McTurk desató una redada contra prostitutas en Cuba.

La prostitución, que nunca fue erradicada en Cuba tras la llegada al poder de Fidel Castro, reapareció con fuerza inusitada en la década de 1990.
Mientras el Gobierno comunista de Cuba afirma que la prostitución no es un problema social, una bloguera y un sociólogo independientes insisten en que el fenómeno se ha convertido en una plaga dentro de la isla.

Con ambos conversó el periodista de MartiNoticias, Rafael Martínez-Sixto.

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Rafael Martínez-Sixto



En Cuba 224 personas fueron condenadas por "proxenetismo" en 2012, pero no existe la trata de personas y la prostitución no es un problema social, según dijo este martes la ministra de Justicia, María Esther Reus.

"En 2012, fueron juzgados 241 por delitos de proxenetismo y de ellos, 224 fueron condenados", dijo Reus, quien por otro lado criticó que Estados Unidos mantenga desde hace una década a Cuba en la lista negra de países con trata de personas, aduciendo "turismo sexual" y abuso de menores.

Casi tres millones de turistas visitan la isla anualmente y el sector de turismo, con ingresos de 2.500 millones de dólares al año, es su segunda actividad económica.

La prostitución —que nunca fue erradicada en Cuba tras la llegada al poder del régimen de Fidel Castro en 1959—, reapareció con fuerza inusitada en la década de 1990 con la apertura al turismo internacional, en medio de la aguda crisis económica tras el fin de la asistencia soviética y la ineficiencia del sistema comunista.

Medios de prensa en el exterior aseguran que la prostitución ha proliferado en la isla debido a las carencias materiales y que las prostitutas alcanzan a mayor brevedad los beneficios que no obtendrían con otro oficio.

Asimismo, critican que La Habana trate de minimizar ese fenómeno y que no tenga programas de protección para prostitutas y que la isla se haya convertido en lo que denominan como paraíso de pedófilos, ante lo que consideran poca protección hacia los niños.

Un editorial del diario The Toronto Star elogió el mes pasado que el primer ministro de Canadá, Stephen Harper, haya anunciado que su gobierno se propone promulgar una ley contra los abusadores sexuales canadienses que viajan a cometer atrocidades a otros países, entre ellos Cuba.

El diario subrayó que “aunque el gobierno cubano niega que el problema exista, tener sexo con jovencitas (en la isla) cuesta tan poco como $30 dólares, y Ottawa no ha hecho mucho para frenar este desagradable tráfico”.

El asunto cobró atención nacional por el caso de James McTurk, un jubilado canadiense de 78 años, enjuiciado dos veces por pornografía infantil en su país y que fue centro de un escándalo de prostitución de menores en Cuba, adonde viajó en 31 ocasiones entre 2009 y 2012 para tener relaciones sexuales con jovencitas.