¿Es cierto que el estado ha vuelto a apostar por las bicicletas como solución para el transporte?

¿Es cierto que el estado ha vuelto a apostar por las bicicletas como solución para el transporte?

Sí, es cierto, la reunión del consejo de ministros del pasado viernes 28 de junio, acordó promover nuevamente y de forma general el uso de bicicletas como medio de transporte popular para paliar la crisis en este ramo.

Inclusive se llegó a plantear que la variante del uso de ciclos fue un proyecto al que nunca se debió renunciar.

El vicepresidente cubano Marino Murillo informó que la promoción del uso de bicicletas tiene como fin la participación de este medio en la movilidad de la población y anunció que se evaluará la aplicación de precios no recaudatorios en la venta de piezas para su mantenimiento. Por lo que se entiende que se venderán estas piezas a un precio de costo y de forma general para toda la población.

El regreso a la política del uso de la bicicleta no es una posición ecológica del gobierno cubano sino una prueba fehaciente del fracaso del sistema estatal de transporte.

Esta decisión es asociada inevitablemente con la crisis del derrumbe del campo socialista y el fin de los subsidios soviéticos, a comienzos de los años 90, cuando un total de 1.5 millones de bicicletas chinas fueron adquiridas por el gobierno cubano para enfrentar la violenta caída del transporte urbano durante el llamado período especial.

El regreso a la política de las bicicletas ha disparado los temores de la población que asocian la medida con una posible afectación en el suministro de combustible desde Venezuela.

Para varias generaciones de cubanos las bicicletas son sinónimos de la escasez, los apagones eléctricos, la falta de alimentos y de epidemias como la neuritis óptica o la polineuritis.