Funcionaria de ETECSA admite vínculo entre "baja demanda" y altos precios
La cadena de televisión estadounidense CNN titula un reportaje desde La Habana “Acceso a Internet ahora es realidad para algunos cubanos, pero no es barato a $4.50 la hora”
El autor, Patrick Opmann, apunta que las 118 nuevas "salas de navegación” marcan un pequeño paso hacia una mayor conectividad en un país con uno de los más bajos porcentajes de penetración de Internet en el hemisferio occidental.
Agrega que si bien para algunos cubanos ha sido su primera oportunidad de conocer Twitter, Facebook y Youtube, o de hacerlo legalmente, navegar desde esas salas es un lujo que se pueden dar los que trabajan en el pequeño sector privado o reciben remesas del exterior, pero uno inimaginable para un empleado del sector estatal, donde el salario medio es de alrededor de 20 dólares al mes.
"Hay que reunir el dinero, no es fácil", le dijo a Opmann Lisbet Rodríguez, una estudiante de alta cocina que, debido al elevado precio sólo se conecta dos veces al mes.
El enviado de CNN preguntó a una funcionaria de ETECSA acerca de la cantidad “al parecer lamentablemente insuficiente” de computadoras – 419-- para un país de 11 millones de habitantes.
Tania Velásquez Rodríguez, asistente de dirección de esa empresa estatal, adujo que por el momento se trata de cumplir con una “demanda relativamente baja”, y reveló que ---tres meses después de su apertura-- unas 1.000 personas diarias están utilizando los nuevos centros.
Esto daría una media de 2.38 usuarios por computadora, pero la cifra se limita a una pequeña fracción del horario, lo que sugiere que las máquinas permanecen ociosas la mayor parte del tiempo.
El reportaje no precisa si el promedio de mil usuarios al día incluye a quienes pagan sólo por el correo electrónico y el acceso a la intranet nacional, que cuesta $1.50, la tercera parte del precio de una hora de internet.
Acerca de la cláusula en el el contrato del usuario que advierte sobre “acciones que puedan considerarse (…) dañinas o perjudiciales a la seguridad pública, la integridad, la independencia, la economía y la soberanía nacional", la funcionaria respondió que "obviamente, nuestro gobierno promueve determinada conducta respecto a los comportamientos éticos y morales".
El autor destaca que no sólo con el acceso caro a Internet, sino también con el creciente uso de teléfonos celulares, y los diarios y revistas que llevan los viajeros, se han ido abriendo brechas en el muro de la información.
Velázquez anticipó un mayor número de usuarios de la Web en caso de que se apruebe una rebaja de los precios, una posibilidad que –dijo—“se está estudiando”.
Pero incluso cubanos que no tienen otro interés que comunicarse con sus familiares aspiran a más que una reducción en el costo del acceso.
Raul Fernández, un retirado que paga para mantenerse en contacto con un hermano en Costa Rica y su hijo en España le dijo a Opmann que mejor que una rebaja de precios sería el tener algún día internet en su casa. “Sería más conveniente”, explicó. “Así podría comunicarme cuando quisiera”.
El autor, Patrick Opmann, apunta que las 118 nuevas "salas de navegación” marcan un pequeño paso hacia una mayor conectividad en un país con uno de los más bajos porcentajes de penetración de Internet en el hemisferio occidental.
Agrega que si bien para algunos cubanos ha sido su primera oportunidad de conocer Twitter, Facebook y Youtube, o de hacerlo legalmente, navegar desde esas salas es un lujo que se pueden dar los que trabajan en el pequeño sector privado o reciben remesas del exterior, pero uno inimaginable para un empleado del sector estatal, donde el salario medio es de alrededor de 20 dólares al mes.
"Hay que reunir el dinero, no es fácil", le dijo a Opmann Lisbet Rodríguez, una estudiante de alta cocina que, debido al elevado precio sólo se conecta dos veces al mes.
El enviado de CNN preguntó a una funcionaria de ETECSA acerca de la cantidad “al parecer lamentablemente insuficiente” de computadoras – 419-- para un país de 11 millones de habitantes.
Tania Velásquez Rodríguez, asistente de dirección de esa empresa estatal, adujo que por el momento se trata de cumplir con una “demanda relativamente baja”, y reveló que ---tres meses después de su apertura-- unas 1.000 personas diarias están utilizando los nuevos centros.
Esto daría una media de 2.38 usuarios por computadora, pero la cifra se limita a una pequeña fracción del horario, lo que sugiere que las máquinas permanecen ociosas la mayor parte del tiempo.
El reportaje no precisa si el promedio de mil usuarios al día incluye a quienes pagan sólo por el correo electrónico y el acceso a la intranet nacional, que cuesta $1.50, la tercera parte del precio de una hora de internet.
Acerca de la cláusula en el el contrato del usuario que advierte sobre “acciones que puedan considerarse (…) dañinas o perjudiciales a la seguridad pública, la integridad, la independencia, la economía y la soberanía nacional", la funcionaria respondió que "obviamente, nuestro gobierno promueve determinada conducta respecto a los comportamientos éticos y morales".
El autor destaca que no sólo con el acceso caro a Internet, sino también con el creciente uso de teléfonos celulares, y los diarios y revistas que llevan los viajeros, se han ido abriendo brechas en el muro de la información.
Velázquez anticipó un mayor número de usuarios de la Web en caso de que se apruebe una rebaja de los precios, una posibilidad que –dijo—“se está estudiando”.
Pero incluso cubanos que no tienen otro interés que comunicarse con sus familiares aspiran a más que una reducción en el costo del acceso.
Raul Fernández, un retirado que paga para mantenerse en contacto con un hermano en Costa Rica y su hijo en España le dijo a Opmann que mejor que una rebaja de precios sería el tener algún día internet en su casa. “Sería más conveniente”, explicó. “Así podría comunicarme cuando quisiera”.