Cuba sin libros en la Feria de Guayaquil

Cortesía: Touché Producciones

Los delegados oficiales llevan sus stands más surtidos a la Feria del Libro que organiza el Gobierno, en octubre.
Ya se desarrolla la séptima edición de la Expolibro 2012 -Feria Internacional del Libro- que se realiza del 6 al 15 de julio, en el Palacio de Cristal del Malecón Simón Bolívar, en Guayaquil, Ecuador.

Esta edición de la Feria, que busca convocar a más de 250.000 visitantes con su acceso gratuito, tiene entre los países invitados a Cuba, que vuelve a exhibir este año un stand semivacío, sin libros -el de la Cámara Cubana del Libro- sólo con DVD y libros educativos en CD Room.

Los curiosos que se acercan al stand cubano preguntan dónde están las novedades y la respuesta, como en los dos últimos años, es: “No nos han llegado las cajas de la Aduana”. Pero a medida que avanzan los días de feria en el Palacio de Cristal, las supuestas cajas nunca llegan.

La Cámara Cubana del Libro ofrece en una de sus secciones una colección de series de televisión en DVD, como la popular Mucho ruido, de corte juvenil. Además tiene a la venta documentales sobre las andanzas del mafioso Meyer Lansky en La Habana, y por supuesto, los materiales dedicados al Che Guevara y a Fidel Castro.

“Lo mismo de todos los años”, comenta un ecuatoriano, asiduo visitante al stand de los cubanos. “Otros años traían música cubana, de la EGREM y de ARTEX, yo compré muchos de esos discos, pero ya no hay nada de eso”, comenta el profesor Ángel Hidalgo.

En las primeras ferias desarrolladas en este espacio, Cuba exhibía pabellones precarios, pero al menos con algunas novedades de autores como: Nicolás Guillén, Daniel Chavarría y los ensayos sobre música de Radamés Giró. Pero ahora se limita a los DVD y a los consabidos CD Room. La razón no es solamente económica, como pueden pensar algunos, sino “ideológica”. La participación de los cubanos en esta feria fue constante, y con stands más surtidos, antes de que se celebrara, hace tres años, la primera feria del libro organizada por el Gobierno, también gratuita pero en el otro extremo del Malecón, en el Centro Cultural Simón Bolívar.

Desde su nacimiento mismo la feria del Gobierno, impulsada por el Ministerio de Cultura, entabló competencia con la más antigua, apoyada por el Alcalde de Guayaquil, Jaime Nebot. Un funcionario del Ministerio de Cultura cuenta, por debajo de la mesa, que inclusive le ha “robado” varios expositores a la de Nebot.

Verdad, o no, lo cierto es que ya no se ven en la feria del Palacio de Cristal a muchos de los antiguos participantes, sobre todo los más afines ideológicamente con el actual gobierno, que suelen llegar desde Quito.

En el caso de Cuba, que inclusive fusionó revolucionariamente hace unos años un stand con Venezuela, ahora “reserva” su mejor surtido para la feria organizada por el Ministerio de Cultura, en Quito y Guayaquil, en octubre. Y allá se lleva los lotes con las obras completas de Lezama Lima, los libros de Martí y también discos de música cubana.

El trovador cubano Carlos Varela dice en una de sus canciones que “la política no cabe en la azucarera”. ¿Será que la cultura sí?