Droga basada en anestésico para animales mata a tres jóvenes al oeste de La Habana

La ketamina, un anestésico para caballos, es consumida como droga por jóvenes cubanos.

Policía invade la población de Punta Brava, municipio La Lisa. Residentes dicen que se venía venir: los estudiantes hacían poninas para comprar la droga.

Tres personas han muerto y al menos otras cuatro debieron ser hospitalizadas tras consumir el pasado miércoles en la localidad de Punta Brava, municipio habanero La Lisa, una mezcla de drogas que tenía como componente central el anestésico para animales Ketamina, informan por separado desde la capital cubana dos reporteros de Cubanet.

Según el reporte de Frank Correa, que cita a un primo de uno de los fallecidos ─Lázaro Lazy Aguilar, apodado Tatico, de 21 años─ éste se debatió entre la vida y la muerte durante cuatro días en el hospital Emergencias de Centro Habana, con vómitos intensos debido al colapso sufrido por los riñones y el hígado, que finalmente produjo la muerte.

Los otros dos fallecidos eran residentes en las cercanas localidades de Arroyo Arenas y Vallegrande, mientras que otros cuatro intoxicados permanecen internados graves en distintos hospitales.

Tras el sepelio de Tatico la policía exhumó el cadáver para analizarlo y entrevistó a sus familiares acerca de las amistades del difunto, y ya hay varias personas detenidas en la sede del Departamento Técnico de Investigaciones en 100 y Aldabó.

Correa recuerda que en marzo de 2013 Cubanet reportó un gran robo de Ketamina en un establecimiento de La Habana por el que fueron condenados varios trabajadores.

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Frank Correa habla con martinoticias sobre muertes por ketamina

Otro reportero de Cubanet, José Hugo Fernández, conoció por vecinos de Punta Brava que la droga consumida por las víctimas era una mezcla de Ketamina con éter, acetona y alcohol a la que los jóvenes llaman "Popper", pero que no tiene los mismos ingredientes de una droga homónima cuyo uso se extendió en los años 70.

El autor señala que “la venta de esta salvajada criminal parece haber sido dirigida muy particularmente a los alumnos de la escuela secundaria básica de la comunidad”.

Según los vecinos, unos doscientos muchachos (sobre todo de noveno grado) han sido sometidos a pruebas médicas para comprobar si habían aspirado o incluso bebido la presunta Popper.

Uno de los expendedores (llamado Adonay) fue detenido por la policía, después de las confesiones de varios implicados en el consumo, en especial un adolescente de 13 años de edad que estuvo a punto de fallecer, pero al que, por haber hablado a tiempo, “lograron salvarle la vida aunque sin poder evitarle serias secuelas de carácter irreversible en los riñones y otros órganos”.

Fernández pudo conocer que “el llamado Popper se expendía en pequeños frascos, al precio de 5 cuc o 120 pesos en moneda nacional”, y que “según vox pópuli, los muchachos hacían poninas colectivas para comprarlo. Cada cual aportaba la cantidad que tuviese, y así lograban la cifra suficiente para adquirir un frasco, que luego consumían en grupo”.

Los residentes también comentaron que la tragedia se veía venir, ya que el uso de esta droga entre adolescentes y jóvenes de la barriada no es algo nuevo, e incluso había sido denunciado con anterioridad a las autoridades, pero estas sólo tomaron cartas en el asunto después que hubo que lamentar las muertes.

Fernández recuerda que Raúl Castro aseguró en 2013, durante la Primera Cumbre de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC), que fuera de “un poquito de marihuana”, en Cuba no había drogas.

Sin embargo, señala, en la actualidad el consumo de estupefacientes se extiende desde los drogadictos pobres hasta archiconocidos casos “de artistas (pintores, actores, músicos…) y hasta deportistas famosos que son cocainómanos de marca, y que ni siquiera se esfuerzan mucho por ocultarlo”.