Cubanos que no salen temen a diferencias sociales

  • Adriel Reyes / Especial para martinoticias.com

Foto de archivo. Una mujer llega al aeropuerto internacional José Martí de La Habana (Cuba), procedente de Miami (EEUU).

Para el experto en temas cubanos del Instituto Lexington, Philip Peters, es “positivo” el derecho logrado por los cubanos para viajar con más libertad.
De acuerdo a cifras oficiales desde inicios del 2013 hasta el 23 de octubre pasado, un total de 226 mil 887 cubanos viajaron al extranjero, cifra que representa un 35 por ciento más en comparación con igual periodo del año anterior cuando todavía no estaba en vigor la nueva ley migratoria.

Este hecho, unido a una serie de reformas económicas, aunque no tan profundas como esperaban algunos, acentúa la brecha social entre quienes tienen la posibilidad de salir del país y los que por sus circunstancias económicas o de cualquier otro tipo, no pueden hacerlo.

“Ellos son los que traen la moda de allá para acá pero aquí todos no tenemos como para eso, por eso yo digo que esto tiene que ser parejo para todo el mundo”, refirió una trabajadora estatal de La Habana.

Acostumbrada al igualitarismo inculcado durante décadas, el que no puede viajar al extranjero ve las diferencias y “se ilusiona porque a mi también me gusta ponerme ropa buena y zapatos de marca pero eso no está al alcance de mi salario”, alega otra residente en la capital.

Para el experto en temas cubanos del Instituto Lexington, Philip Peters, es “positivo” el derecho logrado por los residentes en la isla para viajar con más libertad, “aunque como en todos los países están quienes pueden ejercerlo y quienes no, sobretodo, cuando depende de posibilidades económicas”, explica el analista.

Por su parte, el director del Centro de Análisis Políticos y Militares del Instituto Hudson, Doctor Richard Weitz, alude que cuando gobiernos como los de Cuba, Rusia y China relajan sus controles, sus ciudadanos “van a mirar todo tipo de diferencias y la mayoría de las veces te vas a encontrar a quienes van a hacer todo lo posible por ganar más y a quienes no son beneficiados y están infelices”.

De acuerdo con Weitz la experiencia en otros regímenes similares ha arrojado que “unos se lograran hacer muy ricos y otros muy pobres” y que la medida de esa riqueza va a estar determinada tanto por “el talento o las buenas decisiones de las personas” y en algunos casos por la “corrupción”.

Siguiendo este debate el periodista independiente de Camagüey Ángel Egberto Escobedo dice que “poner a todos los cubanos parejos por las necesidades económicas o las dificultades, solo ha traído mas subdesarrollo. Ahora, que hay que trabajar para tener una mayor posibilidad e igualdad en las oportunidades; eso es otra cosa”, argumenta.

Para el director de la Revista Convivencias y especialista en temas sociales, Dagoberto Valdés, los temores a las diferencias sociales son naturales pero no tienen sus orígenes en la ley migratoria.

Valdés reconoce que cada vez son más los cubanos “que se sienten limitados porque sus salarios no les permiten viajar pero tampoco les permiten irse de vacaciones ni tener una vida digna, de ahí que este sea un mal de fondo”.
Desde el punto de vista de la transición el Director del Centro de la Unión Europea de la Universidad de Miami, doctor Joaquín Roy, explica la coexistencia de dos economías dentro de la sociedad cubana: la capitalista y la socialista.

En un futuro “si el temor de ciertos sectores de la sociedad cubana es de quedarse en lo que se llamaba antiguamente el proletariado, dentro de una economía capitalista, no cabe la menor duda de que esos temores son bastante fundados”.

Tanto en la actual sociedad cubana como en la futura todos los sectores que no tengan las “conexiones ni la ayuda ni las oportunidades y políticamente tampoco estén tan desarrollados” percibirán como se va haciendo más distante la brecha social, concluye Roy.

Aunque los cubanos tienen igual derecho a los servicios médicos y educacionales, quienes reciben remesas o cumplen misiones en el extranjero multiplican varias veces el salario promedio en la isla.


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