Opositores piden libertad ante la Caridad del Cobre

El diario español ABC destaca la concentración de opositores ante la Virgen Mambisa.
Activistas de la Unión Patriótica de Cuba y Damas de Blanco, junto a centenares de feligreses, acudieron este domingo al Santuario del Cobre en Santiago de Cuba a celebrar el 401 aniversario del hallazgo de la imagen de la Virgen Mambisa.

Directamente desde el templo de la Patrona de Cuba, en Santiago de Cuba, el activista de la UNPACU, Ovidio Martín Castellanos, da los pormenores.

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Ovidio Martín Castellanos


Por otro lado el diario español ABC, haciéndose eco del evento, asegura este domingo que los cubanos se han acostumbrado a vivir cada día con miedo en un país sin libertades, y sin sueños. Pese a ello, hay veces que el temor al qué pasará no es razón suficiente para detener el espíritu de protesta, ni para intentar cambiar aquello con lo que no se está de acuerdo.

Así lo ha demostrado el grupo disidente Unión Patriótica de Cuba, que ha conseguido congregar a 201 activistas en la Iglesia de Nuestra Señora de la Virgen de la Caridad del Cobre, situada en Santiago de Cuba. Los activistas estuvieron acompañados por 57 miembros de las Damas de Blanco, grupo de mujeres de Cuba que lucha por la liberación de sus familiares encarcelados por la falta de libertades políticas, puntualiza ABC.

«Hemos venido a la Iglesia del Cobre porque el 8 de septiembre celebra el 401 aniversario del hallazgo de la Virgen de La Caridad del Cobre, patrona de Cuba y miles de cubanos acuden al templo para orar y encomendarle sus peticiones», afirma el activista Ovidio Martín Castellanos a ABC.

Martín también señala que desde las nueve de la mañana hora local, momento en el que la iglesia abrió sus puertas a los feligreses, se han congregado en la escalinata del templo para pedir ante la multitud su deseo de vivir en «una Cuba libre» y acabar con la represión y las constantes violaciones de los derechos humanos del régimen cubano.

«Ha sido un momento muy emotivo, algunos de nosotros llevábamos más de 24 horas sin dormir esperando a poder entrar en la iglesia, pero ha merecido la pena». Al preguntarle que relate algún detalle que le llamara la intención, Martín responde que muchos de los fieles se acercaban a ellos y compartían «su malestar y reproches» contra el régimen que está «obligando a miles de cubanos a delinquir para no morir de hambre». Sin embargo, añade que los mismos fieles permanecían callados delante de las fuerzas del orden por miedo a las represalias.