The Washington Post: cambios en Cuba son sólo aparentes

La policía para e interroga a todo el que quiere ingresar a la cuadra donde vive Antúnez. Fotografía proporcionada por la disidente Martha Beatríz Roque.

Jorge Luis García Pérez, Antúnez, había declarado al diario estadounidense sobre la necesidad de un cambio radical en Cuba.
El diario norteamericano The Washington Post asegura en un editorial que una de las muy diminutas aperturas permitidas el año pasado por los dirigentes del régimen militar de Cuba, Raúl y Fidel Castro, ha sido la relajación de las restricciones de viaje para que los disidentes puedan salir de la isla y relatar de primera mano su trabajo en Europa, Estados Unidos y América Latina.

Asegura el importante periódico que cuando nos reunimos hace no mucho tiempo con Jorge Luis García Pérez, conocido como Antúnez, que pasó 17 años en las cárceles de Cuba, él hablaba libremente de la necesidad de un cambio radical en Cuba.

Cita The Washington Post que Antúnez dijo en la entrevista: “El Castro totalitarismo no puede ser reformado. Con los tiranos, no se negocia, el acercamiento sólo fortalece la dictadura. Queremos ser totalmente libres, no a cuenta gotas. Queremos la democracia que nos merecemos”, y añadió que “yo no quiero estar en silencio.”

Apunta el Post que desde su regreso a la isla, en el mes de diciembre, Antúnez ha estado tratando de organizar la oposición al régimen de Castro. El 5 febrero pasado el régimen contraatacó. Las fuerzas de seguridad, llegaron a su casa en la ciudad de Placetas en la central provincia de Villa Clara, pintada con consignas en contra del Gobierno que los disidentes habían garabateado.

Fue detenido durante nueve horas, las computadoras y otros materiales fueron incautados de la casa y su esposa también fue detenida cuando ella y otros activistas fueron a la estación de policía para pedir su libertad. Todos fueron liberados posteriormente. Antúnez se declaró en huelga de hambre el 10 de febrero en protesta por el tratamiento.

Ataques, hostigamientos y detenciones son una realidad día a día de los disidentes cubanos, y se pueden escribir volúmenes acerca del tipo de régimen que los hermanos Castro presiden, agrega el diario estadounidense.

Aclara The Washington Post que los minúsculos movimientos hacia la liberalización económica no deben convencer a nadie de que los hermanos han decidido relajar su amarres. Por el contrario, están buscando desesperadamente maneras de mantenerse en el poder.

The Associated Press anunció la semana pasada que siete fotografías de Fidel Castro se retirarían de su archivo. Las fotos fueron distribuidas por una entidad del Gobierno comunista durante la reciente reunión del CELAC celebrada en La Habana, por otro lado un vergonzoso modo de comportarse de los jefes de Estado y de gobierno de América Latina y el Caribe. La AP, tras un examen de las fotos concluyó que habían sido alteradas digitalmente, para retirar lo que parece ser un audífono en el oído de Fidel Castro.

Con o sin su ayuda auditivo, dice el diario, dudamos que Fidel Castro o su hermano Raúl, actual mandatario, estén a la escucha de los que reclaman libertad y democracia en la isla. Sabemos que hay fuertes deseos de algunos en los Estados Unidos para normalizar las relaciones con Cuba luego de medio siglo de estancamiento. Una encuesta del Consejo Atlántico subraya el sentimiento. Como es lógico, es la impaciencia – incluso en la diáspora cubana – por el cambio. Pero el acoso de Antúnez sugiere una vez más que los hermanos Castro no tienen intención de cambiar. Que no deberían ser recompensados o enriquecidos con lo que Antúnez y otros disidentes sufren. Con Antúnez, compartimos la visión de una Cuba realmente libre. Concluye The Washington Post.