Consenso entre gobierno de Colombia y FARC transmite confianza

  • Agencias

El presidente de Colombia, Juan Manuel Santos. Foto de archivo

El consenso sobre participación política de la guerrilla logrado este miércoles en Cuba por el gobierno de Colombia y las FARC constituye un mensaje de confianza en el proceso de paz, cuando el respaldo al diálogo viene en descenso, consideraron analistas.

A punto de cumplir un año de pláticas en La Habana, las delegaciones del gobierno y de la guerrilla anunciaron la aprobación de este punto, segundo en una agenda de cinco, que es considerado como el más importante para las FARC.

En mayo pasado, las dos partes acordaron el primer punto: el desarrollo rural, origen de esta guerrilla surgida en 1964.

"Es un paso gigantesco que en 50 años nunca habíamos alcanzado, porque el tema más importante y sensible para una guerrilla es el acceso al poder", dijo a la AFP el politólogo y experto en seguridad Jairo Libreros.

Para este analista, los otros puntos pendientes de la agenda: drogas ilícitas, reparación a las víctimas y abandono de las armas serán más fáciles de convenir porque "son secundarios, ya han sido tratados y ya se ha llegado a preacuerdos".

Luis Eduardo Celis, investigador en el centro de estudios Paz y Reconciliación, consideró también que con el consenso logrado sobre participación política "el proceso de paz ya no tiene reversa".

"Las dos raíces del conflicto con las FARC son el tema agrario y la participación política. Si en esos dos puntos hay ya acuerdos sustantivos, lo demás va a fluir", dijo Celis a la AFP.

"Va a fluir con sus tira y afloje, por supuesto. Hay que seguir trabajando. Quizás vendrán nuevas crisis, cuando se aborde el asunto de los graves crímenes y las responsabilidades, si habrá o no habrá cárcel. Pero las partes han mostrado que ninguna de las dos quiere levantarse de la mesa de diálogo", insistió.

Diálogo y elecciones

El consenso logrado asegura también la continuidad de las conversaciones, justo cuando está a punto de arrancar la campaña electoral para los comicios legislativos y presidenciales de 2014 y el mandatario Juan Manuel Santos debe anunciar si optará a un nuevo periodo de cuatro años.

Esas elecciones podrían servir además para someter a votación los eventuales acuerdos de paz.

"Lo que se ve es que no van a suspender el diálogo. Se le está dando un mensaje de optimismo a la sociedad. Pero queda por ver si esto va a ayudar a Santos en caso de que decida ir a la reelección", comentó a la AFP el politólogo Fernando Giraldo.

"A la gente le molesta mucho que la guerrilla resulte premiada", señaló Giraldo, al referirse a las condiciones especiales anunciadas para promover la representatividad política de las FARC, por medio de circunscripciones electorales especiales transitorias y otros mecanismos que facilitarían la creación de un partido político.

En los últimos meses, Santos ha sufrido un importante deterioro de su imagen (29% de aprobación en octubre) y el apoyo al acuerdo de paz ha disminuido progresivamente (56%), según las encuestas.

Santos gobierna con una amplia coalición de centro-derecha que hasta ahora le ha respaldado para el proceso de paz con las FARC, al que solamente se opone su predecesor Alvaro Uribe (2002-2010), todavía muy popular, con el recién creado movimiento político Centro Democrático.

Uribe, quien ya gobernó en dos periodos consecutivos, está impedido de lanzarse como candidato presidencial, pero se da por descontado que encabezará la lista al Congreso, pieza clave en la implementación de futuros acuerdos con las FARC.
"El proceso de paz va a polarizar mucho la campaña electoral y todo se va a acelerar en la mesa de conversaciones", previó Libreros.

Pero ante las posibles críticas que reciba el acuerdo político, la profesora de estudios internacionales Sandra Borda destacó que junto a los mecanismos para brindarle espacio a las FARC como actores políticos se incluyó también una "gran concesión" de la guerrilla: se abandona la doctrina de la validez de todas las formas de lucha.

"Todo encaja bien: si se mejora el régimen democrático entonces no hay excusa para seguir haciendo política con las armas", subrayó Borda a la AFP.

Colombia sufre un conflicto armado de casi medio siglo, el más prolongado del continente, en el que han participado diversas guerrillas de izquierda, grupos paramilitares de derecha e incluso organizaciones narcotraficantes, con un saldo de cientos de miles de muertos y 4,5 millones de personas desplazadas por la violencia.