La cirugía robótica es más cara pero más segura

  • Jesús Rojas / Radio Martí

Robot operando en Suiza

Durante los últimos tres meses de 2008 más de la mitad de todas las intervenciones de próstata fueron realizadas con robots.
Los pacientes que se someten a operaciones de riñones o próstata asistidas por robots tienen estancias hospitalarias más cortas y menos riesgo de transfusiones sanguíneas o de muerter, aunque la factura es mucho mayor, según un estudio.

El análisis, que se publicó en la Revista de Urología, comparó la cada vez más común cirugía robótica con otras dos técnicas para la misma intervención. Halló que los costos directos podían incrementarse en varios miles de dólares en la operación asistida por robots.

Promocionada como menos agresiva y más eficiente, la cirugía robótica utiliza casi siempre un laparoscopio o un método de "incisión mínima," en el que las herramientas y una pequeña cámara de video se insertan en el cuerpo a través de una o dos pequeñas incisiones.

La cirugía robótica reemplaza las manos de un cirujano con herramientas de gran precisión situadas en los extremos de brazos mecánicos, controlados por el médico desde una consola.

"Creo que el mensaje principal es que la (cirugía) robótica, mirando nuestro estudio, tiene ciertos resultados positivos en comparación con operaciones abiertas o laparoscopias", afirmó el líder del estudio Jim Hu en el Hospital Brigham de Mujeres en Boston.

Hu y su equipo analizaron datos de cirugías del gobierno nacional para ver si la costosa cirugía robótica era rentable y proporcionaba beneficios extras frente a técnicas más antiguas.

Durante los últimos tres meses de 2008 -los datos más recientes disponibles que permitían una comparación entre la cirugía robótica, abierta y laparoscópica- más de la mitad de todas las intervenciones de próstata fueron realizadas con robots.

Cerca del tres por ciento de los pacientes de próstata se sometieron a una operación tradicional de laparoscopia y el 44 por ciento a una cirugía abierta. La abierta y la laparoscopia eran aún más comunes que la cirugía robótica para la intervención y extirpación de los riñones.

Entre los pacientes a los que se le quitó la próstata, ninguno murió tras una operación por laparoscopia o robótica, mientras que dos de cada mil pacientes murieron tras una cirugía abierta. Alrededor del cinco por ciento de los hombres que se sometieron a una operación abierta necesitaron una transfusión sanguínea, frente a menos del 2 por ciento en el caso de cirugía robótica.

El grupo que se sometió a una operación abierta también permaneció en el hospital cerca de un día más que aquellos sometidos a una operación asistida por computador.
El inconveniente era el precio: la extirpación de próstata con robots costaba en promedio unos 10-mil dólares, unos 700 dólares más que una laparoscopia y mil-100 más que una operación abierta.