Luego de someterse a radioterapia en Cuba, el presidente venezolano tiene que hacerle frente a pugnas políticas entre sus posibles sucesores.
El presidente de Venezuela, Hugo Chávez, planea regresar a la carrera a Caracas este fin de semana ante las crecientes rivalidades políticas dentro de su partido de gobierno con vista a las elecciones presidenciales del 7 de octubre de este año y los comicios regionales que tendrán lugar en diciembre.
Tras ser sometido en La Habana a una tercera operación y recibir sesiones de radioterapia contra el cáncer, la prolongada ausencia de Chávez ha agudizado las pugnas electorales entre los candidatos oficialistas que aspiran a gobernadores y de los que acarician la idea de sucederle en el cargo en caso de que la enfermedad del presidente lo saque del escenario político.
Desde La Habana, Chávez pidió “lealtad” al proceso político que él encabeza “a pesar de los fallos”, dijo, y advirtió a sus seguidores que “no se dejen engañar por las trampas de la burguesía. Hay que ser leales al gobierno y a la batalla victoriosa de octubre”, indicó.
En las filas del Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV) reina el malestar y la incertidumbre porque los 16 gobernadores chavistas todavía desconocen si podrán aspirar a la reelección, en espera de que se les comunique cuál es la decisión de Chávez.
Hasta ahora, el gobernante venezolano sólo aprobó las candidaturas de sus colaboradores presuntamente más fieles: su actual vicepresidente, Elías Jaua, para el Estado de Miranda; su canciller, Nicolás Maduro, para Carabobo; su ministro del Interior, Tarek el Aissami, para Táchira; la de Luis Reyes Reyes, para Lara, y la de Francisco Arias Cárdenas para Zulia.
El panorama político del chavismo de cara a los comicios de octubre parece haberse complicado más después de encuestas de las firmas de sondeos IVAD e Hinterlace, según las cuales el 65 por ciento de los electores rechaza los resultados de la gestión de Chávez.
También han aflorado críticas contra el presidente dentro de las propias filas del PSUV, como la expresada al diario venezolano El Nacional por el ex diputado y miembro de ese partido Edwin Zambrano, quien dijo que “así como Chávez acaba de hacer un consejo de ministros desde Cuba, también debería dirigirse al partido y revocar esas candidaturas que decidió a dedo”.
Zambrano puso en duda la capacidad de Chávez para seguir al frente del gobierno y del Partido. “Hay una concepción equivocada en la dirección del partido. Ellos piensan que la magnificación de Chávez es la clave para continuar con el proceso, pero no es así. La mayoría de los venezolanos quieren una vida política más democrática, unos liderazgos menos personalistas”, dijo.
Tras ser sometido en La Habana a una tercera operación y recibir sesiones de radioterapia contra el cáncer, la prolongada ausencia de Chávez ha agudizado las pugnas electorales entre los candidatos oficialistas que aspiran a gobernadores y de los que acarician la idea de sucederle en el cargo en caso de que la enfermedad del presidente lo saque del escenario político.
Desde La Habana, Chávez pidió “lealtad” al proceso político que él encabeza “a pesar de los fallos”, dijo, y advirtió a sus seguidores que “no se dejen engañar por las trampas de la burguesía. Hay que ser leales al gobierno y a la batalla victoriosa de octubre”, indicó.
En las filas del Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV) reina el malestar y la incertidumbre porque los 16 gobernadores chavistas todavía desconocen si podrán aspirar a la reelección, en espera de que se les comunique cuál es la decisión de Chávez.
Hasta ahora, el gobernante venezolano sólo aprobó las candidaturas de sus colaboradores presuntamente más fieles: su actual vicepresidente, Elías Jaua, para el Estado de Miranda; su canciller, Nicolás Maduro, para Carabobo; su ministro del Interior, Tarek el Aissami, para Táchira; la de Luis Reyes Reyes, para Lara, y la de Francisco Arias Cárdenas para Zulia.
El panorama político del chavismo de cara a los comicios de octubre parece haberse complicado más después de encuestas de las firmas de sondeos IVAD e Hinterlace, según las cuales el 65 por ciento de los electores rechaza los resultados de la gestión de Chávez.
También han aflorado críticas contra el presidente dentro de las propias filas del PSUV, como la expresada al diario venezolano El Nacional por el ex diputado y miembro de ese partido Edwin Zambrano, quien dijo que “así como Chávez acaba de hacer un consejo de ministros desde Cuba, también debería dirigirse al partido y revocar esas candidaturas que decidió a dedo”.
Zambrano puso en duda la capacidad de Chávez para seguir al frente del gobierno y del Partido. “Hay una concepción equivocada en la dirección del partido. Ellos piensan que la magnificación de Chávez es la clave para continuar con el proceso, pero no es así. La mayoría de los venezolanos quieren una vida política más democrática, unos liderazgos menos personalistas”, dijo.