Cayo Hueso: Aquí están los míos (VIDEO+FOTOS)

Instituto San Carlos de Cayo Hueso

Gran parte de la identidad cubana se ha forjado fuera de la isla. Batallas contra metrópolis y dictaduras han provocado el éxodo de muchísimos isleños que han huido y encontrado refugio principalmente en los Estados Unidos.

La serie Aquí están los míos explora esas raíces cubanas sembradas en distintas ciudades y pueblos estadounidenses.

La serie de programas especiales destacará las vivencias de cubanos que han hecho historia y plasmado sus huellas en el tejido social, cultural y político americano. Aquí están los míos también ilustrará la vida cotidiana de cubanos de a pie que luchan por una vida mejor para ellos y sus familias.

La primera entrega de la serie capta las huellas cubanas en Cayo Hueso, la ciudad más meridional de EEUU y, por supuesto, la más cercana geográficamente a Cuba.

El Grito de Yara de Carlos Manuel de Céspedes en 1868 desata un flujo de tabacaleros a Cayo Hueso. Rápidamente el idioma español se escucha en todas las calles del islote y el aroma del café cubano empieza a contagiar a los residentes del Cayo. Tal fue el impacto de la migración caribeña que en 1875 la localidad eligió su primer alcalde de origen cubano, el hijo de Carlos Manuel de Céspedes, que no hablaba inglés.

San Carlos... y Martí

En Cayo Hueso se levanta el Instituto San Carlos, el repositorio de historia cubana más grande fuera de Cuba. Construido, reconstruido y rescatado por cubanos durante los últimos 150 años, cuando uno entra al San Carlos se palpa el peso de la historia y el tesón del empeño de tantos por mantenerlo y preservarlo para futura generaciones.

Instituto San Carlos.

El Dr. Rafael Peñalver lideró la reconstrucción del instituto en 1992 y ha luchado por mantener sus puertas abiertas. “Aquí yo siento a Martí”, nos comentó durante la filmación del programa. “Tarde, por las noches, a veces he sentido su presencia”.

Más allá de una presencia martiana mística, existen huellas históricas que cambiaron el destino de Cuba. Precisamente en lugares donde existían comunidades de exilados cubanos como Cayo Hueso, Ybor City (Tampa) y Nueva York, Martí resucitó la lucha contra España. Detrás de las fachadas modernas, el desgaste de las memorias y la “fatiga de Cuba” que sienten muchos desterrados de tanto hablar del tema, la presencia cubana permanece incrustada en el aire del Cayo.

Olor a cubanía

Cayo Hueso ya no es lo que fue en las décadas de los 1800’s en término de presencia cubanos, sin embargo todavía acoge a algunos recién llegados que migran al sur de Miami, tal vez buscando brisas más familiares a las de su tierra natal.

En El Mocho, un cafetal en las afueras del Cayo grande, el equipo técnico hace una parada para tomar café. Allí no solamente se siente la cubanía, también se huele y saborea. Una mesera del lugar recién llegada de Matanzas confesó que le “encantan los Cayos, aún más que Miami. Aquí se vive tranquilo, y nos ayudamos unos a los otros”, aseguró.

Una balsa en la que arribaron a Cayo Hueso migrantes cubanos.

Los miembros del “crew” de Aquí están los míos radicamos en Miami, la capital del exilio cubano, pero lo cierto es que cuando regresamos a nuestro metrópolis tropical no palpamos el mismo impacto de cubanía. Puede ser la familiaridad que tenemos con nuestra ciudad o tal vez tiene que ver con la marca indeleble que dejó nuestra historia en este lugar en el medio del mar.

Continuaremos en próximos episodios nuestra búsqueda e investigación de esas huellas cubanas, de esos olores familiares y expresiones campechanas que tanto nos identifican y unen.