Carlos y Daria inician trámite ante la ACNUR en Trinidad y Tobago

El matrimonio cubano-ruso de los jóvenes Carlos Jiménez y Daria Jiménez en el avión rumbo a Trinidad y Tobago.

El matrimonio cubano-ruso de Carlos y Daria Jiménez no ha perdido tiempo tras arribar este martes a Puerto España, Trinidad y Tobago, y ya están en contacto con funcionarios de la Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados, (ACNUR).

“Contactamos a ACNUR y comenzamos el proceso para recibir el carné de refugiados. Nos dieron cita para el 18 de mayo”, dijo Carlos a Radio Televisión Martí.

El proceso de ACNUR en algunos casos resulta largo, desde el día que se registran como solicitantes de refugio, a la entrevista de admisibilidad y elegibilidad, hasta el dictamen final.

Lee también Pareja ruso-cubana pone fin a la odisea que vivió en Cuba (VIDEO)

En esa entrevista, Carlos y Daria deberán explicar las razones que tuvieron para salir en este caso de Cuba y de Rusia, y las razones por las que no quieren o no pueden regresar. “No puedo estar en el país donde nació mi esposo, ni puedo volver a mi Patria. Cuba es lo mismo que Rusia”, comentó Daria el 18 de abril, en La Habana, momentos ante de abandonar la isla.

De cualquier manera, los dos jóvenes conocen de las dificultades que encaran los extranjeros sin documentos en Trinidad y Tobago, país que ha sido criticado por organizaciones como Amnistía Internacional por restringir el derecho al asilo establecido en la Convención de la Organización de Naciones Unidas sobre el Estatuto de los Refugiados.

La pareja se ha afincado en las afueras de Puerto España.

“No es muy lindo, pero hay tiendas y donde comprar para comer y hasta medicinas que nos hacían falta desde hace rato. No es lo ideal, pero no es Cuba y se puede vivir”, dijo Carlos.

El matrimonio cubano-ruso de Carlos Jiménez y Daria Jiménez en Trinidad y Tobago.

Los extranjeros que se hallan en Trinidad y Tobago de forma irregular pueden ser multados y deportados. Carlos y Daria han costeado alojamiento hasta el próximo día 25.

“Cuba nos expulsó sin darnos oportunidad de prepararnos y con muy poco dinero. En cualquier caso, no les vamos a dar a esos criminales la satisfacción de vernos destruidos”, explicó el joven.

El matrimonio vivía en Kushelevskaya Doroga, San Petersburgo, pero militares rusos amenazaron con reclutar a Carlos y enviarlo al frente en Ucrania. Ante esa situación, en octubre pasado se fue a Cuba, a casa de los padres del joven, en La Villa Panamericana, La Habana.

Una discusión de la pareja molestó al padre de Carlos y éste formuló una denuncia a la Dirección de Identificación, Inmigración y Extranjería (DIIE), lo que provocó que fueran amenazados y acosados por funcionarios del ente gubernamental al punto de que Daria fue declarada controlada con expediente abierto y obligada a abandonar Cuba.

Relató Carlos que un amigo le escribió desde Cuba, pidiéndole que no hablara más, que lo hiciera por él, un acto que, a todas luces, opinó, denota que lo amenazaron.

“Uno pensaría que tienen miedo de que Lavrov les vaya a dar un par de nalgadas”, comentó en alusión a la visita del canciller ruso a La Habana.