Cologuard, prueba no invasiva para detectar el cáncer colorrectal

Hospital

Se debe reducir la cantidad de carne roja que se consume. Se sabe que una vez cocida, la carne produce reacciones químicas que en realidad puede aumentar el número de células cancerosas en el cuerpo
Un nuevo examen que analiza el ADN tomando muestras de heces fecales, sin necesidad de invadir el cuerpo con tubos, llamada Cologuard, muestra eficacia en la detección precoz del cáncer colorrectal, y podría ser de mucha utilidad para reducir la cifra de muertes por esta enfermedad.

Aunque aún no está aprobado su uso y se encuentra en fase experimental, los investigadores aseguran que esta técnica garantiza el diagnóstico del 92 por ciento de los casos de cáncer y el 42 por ciento de los pólipos precancerosos, según los resultados preliminares de los estudios hasta ahora realizados.

La prueba de Cologuard no reemplazará la Colonoscopía, pues esta no solo es importante en la detección del cáncer colorrectal sino que muchas veces a través de ella se pueden extirpar directamente los pólipos detectados, pero puede convertirse en un paso previo. De hecho, no es traumática, incomoda, consume menos tiempo y resulta menos costosa. Una de las mayores ventajas que puede aportar es permitir que más personas sean examinadas, y las que obtienen un resultado positivo, deberán luego someterse a la colonoscopía.

El cáncer colorrectal comprende las neoplasias de colón, recto o apéndice. En no pocas ocasiones la malignidad aparece a partir de pólipos adenomatosos. Estos son crecimientos celulares que usualmente son benignos, pero de vez en cuando se vuelven cancerosos con el tiempo.

Este tipo de cáncer tiene una alta incidencia, principalmente en los hombres y se dice es responsable de la muerte de más de 600 mil personas anualmente a nivel mundial. Ésta es una cifra asombrosa si se considera que la enfermedad es potencialmente curable cuando se diagnostica en sus primeras etapas.

Varios factores aumentan el riesgo de padecer la enfermedad. Entre ellos la edad, pues la mayoría de los casos debutan entre los 60 y 70 años, mientras que antes de los 50 años es poco común, a menos que haya una historia familiar de aparición temprana de esta patología. Se comprueba que el factor hereditario está presente en muchos casos diagnosticados. Así como resultan perjudiciales el hábito de fumar, el alcoholismo, la obesidad, la dieta inadecuada y el sedentarismo.

Los síntomas del cáncer colorrectal pueden incluir sangre en las heces, heces más delgadas, cambios en los hábitos intestinales con períodos de constipación en unas ocasiones y en otras deposiciones diarreicas, malestar estomacal general, dolor en la región del abdomen, anemia, decaimiento, pérdida de peso… Sin embargo, es posible no presentar síntomas en sus inicios, de modo que las pruebas de detección son importantes.

Muchas de las medidas que pueden tomarse para reducir el riesgo de cáncer de colon y de recto tienen que ver con el peso. Los estudios han concluido que las personas con sobrepeso tienen un mayor riesgo de desarrollar este tipo de cáncer que quienes mantienen una dieta saludable y un programa de ejercicios regulares. Obviamente, no hace falta decir que por tener un peso adecuado no significa que se esté fuera de peligro.

La dieta juega un importante rol en la prevención de esta patología. Se debe reducir la cantidad de carne roja que se consume. Se sabe que una vez cocida, la carne produce reacciones químicas que en realidad puede aumentar el número de células cancerosas en el cuerpo. Además, resulta saludable aumentar los niveles de ácido fólico. Eso se puede lograr de forma natural por el consumo de alimentos ricos en ácido fólico, como espárragos, frijoles, guisantes y espinacas.

El ejercicio es muy importante en la reducción del riesgo de cáncer colorrectal. Además de la plenitud de los otros beneficios, ayuda al sistema digestivo, pues acelera el proceso mediante el cual se mueven los residuos a través de los intestinos y de su cuerpo, lo que disminuye los riesgos asociados con los alimentos cancerígenos.

El recorte en el consumo de bebidas alcohólicas igualmente resulta de mucha utilidad. La razón científica es que el alcohol sirve para disminuir los niveles naturales de la vitamina B conocida como ácido fólico. El folato es un jugador importante en la protección contra el crecimiento de células cancerosas.

Pero el consejo más valioso a tener en cuenta es que la detección temprana es lo que define las posibilidades de cura y de tener una expectativa y calidad de vida adecuada. Esto vale la pena tenerlo bien presente.