La justicia estadounidense sentenció el jueves a Ariel Castro a cadena perpetua por el secuestro, violación y cautiverio de tres mujeres durante una década y por obligar a una de ellas a abortar cuando estaba embarazada.
Castro admitó en Corte que mantuvo cautivas y violó a tres mujeres durante una década porque era adicto al sexo y estaba enfermo.
"No soy un monstruo. Estoy enfermo", declaró durante la audiencia para dictar su sentencia de cadena perpetua.
El juez del condado de Cuyahoga en Ohio, Michael Russo, impuso la condena tras una emotiva vista judicial en la que una de las víctimas de Castro, Michelle Knight, dijo que el antiguo conductor de autobuses escolares la obligó a pasar "una vida de infierno".
Castro, de origen puertorriqueo, se enfrentaba a casi 1.000 cargos, entre ellos dos de homicidio agravado por supuestamente golpear a una de las mujeres durante el cautiverio hasta causarle un aborto.
"No soy un monstruo. Estoy enfermo", declaró durante la audiencia para dictar su sentencia de cadena perpetua.