Rousseff: enardecida defensa de la libertad de prensa

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La presidenta Rousseff dijo que en este momento el parlamento brasileño discute más de 100 proyectos de leyes anticorrupción.

La presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, habla durante la decimoquinta Conferencia Internacional Anticorrupción y arremete contra el silencio que imponen las dictaduras.
Retomando una frase que ya había pronunciado con anterioridad: “es preferible el ruido de los periódicos al silencio de tumba de las dictaduras”, la presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, hizo una enardecida defensa de la libertad de prensa en la Conferencia Internacional Anticorrupción que sesiona en Brasilia con la participación de más de un centenar de países.

La mandataria recordó la época en la que fue torturada y guardó prisión tres años durante la dictadura militar en su país, y dijo que incluso aunque puedan existir exageraciones en el área de la información, quienes “sufrieron en su piel las consecuencias de las dictaduras” saben mejor que nadie “la importancia de la libertad de prensa”.

La conferencia, promovida por la organización no gubernamental Transparencia Internacional, se celebra este año en Brasilia para destacar los avances que ha logrado el país suramericano en su lucha contra la corrupción, una batalla que según ha dicho Rousseff es hoy por hoy en Brasil una “práctica de Estado”.

La presidenta despidió el año pasado a siete de sus ministros que habían sido denunciados por irregularidades, y actualmente el Tribunal Supremo discute las penas que impondrá a más de dos docenas de procesados en el llamado juicio del siglo en Brasil, el "mensalão ,en el que fueron hallados culpables de corrupción altos dirigentes del gobernante Partido de los Trabajadores.

Roussef abogó por establecer mayor control de los flujos financieros internacionales y por elevar la transparencia estatal, porque según dijo la crisis financiera de 2008 puso en evidencia el enorme desafío que representa la supervisión de esos flujos de dinero, en muchos casos empleados para corromper a las autoridades o para evadir impuestos en sus respectivos países.

“El combate a la corrupción no puede ni debe ser usado para atacar la credibilidad de la acción política”, que es la base de las sociedades democráticas, dijo la mandataria, quien además informó que en este momento en el parlamento brasileño hay en curso más de un centenar de proyectos de ley anticorrupción.