Biden partió de Pekín sin avances en tensiones sobre zona aérea

  • Agencias

El vicepresidente de Estados Unidos, Joe Biden (i), se reúne con el primer ministro de China, Li Keqiang (d), durante una reunión hoy, jueves 5 de diciembre de 2013, en el complejo diplomático Zhongnanhai de Pekín, China

Biden, según matizaron altos funcionarios estadounidenses que hablaron bajo la condición del anonimato, instó a China a tomar medidas que rebajen la tensión
El vicepresidente de EEUU, Joe Biden, partió el jueves de Pekín hacia Seúl sin avances aparentes para resolver las tensiones en torno a la zona de identificación de defensa área que ha declarado China, y tras hablar a los dirigentes de este país sobre las condiciones de trabajo de la prensa extranjera.

Biden, que el miércoles se reunió con el presidente Xi Jinping, conversó hoy también con el primer ministro, Li Keqiang.

Como en el resto de su gira por Asia, que le ha llevado también a Tokio y que concluirá en Seúl, la visita del vicepresidente estadounidense estuvo dominada por las tensiones en torno a la zona de identificación de defensa aérea (ADIZ) que China declaró el pasado 23, una iniciativa que causó las protestas de Japón y Corea
del Sur y que Washington tachó de "provocadora".

Como indicó el propio Biden hoy en una reunión con empresarios estadounidenses, durante su conversación de más de cinco horas con Xi fue "muy directo sobre nuestra posición y nuestras expectativas" y explicó al presidente chino que el "reciente y súbito" anuncio de la ADIZ ha causado "una aprensión significativa en la zona".

Biden, según matizaron altos funcionarios estadounidenses que hablaron bajo la condición del anonimato, instó a China a tomar medidas que rebajen la tensión.

No obstante, el vicepresidente no exigió, como sí hace Japón, que se cancele el establecimiento de la zona.

La ADIZ que China ha declarado en el mar de China Oriental incluye las islas conocidas como Diaoyu en mandarín y Senkaku en japonés, cuya soberanía se disputan Pekín y Tokio.

Como resultado de esa declaración, Pekín requiere ahora que los aviones que sobrevuelen el área se identifiquen previamente y anuncien sus planes de vuelo, algo que las líneas aéreas japonesas, y los vuelos militares de EEUU y Japón, se niegan a hacer.

Según indicaron altos funcionarios estadounidenses, en la conversación con Xi Biden indicó que "esperamos que China dé pasos para rebajar las tensiones, evitar acciones que puedan llevar a una crisis y establecer canales de comunicación con Japón, pero también con otros vecinos, para evitar el riesgo de un error, un mal cálculo, un accidente o una escalada".

Pero, al menos públicamente, China no parece haber cambiado su posición.

Los propios funcionarios estadounidenses admitieron que en el encuentro, Xi "expresó el punto de vista de su país".

Xi "escuchó lo que el vicepresidente tenía que decir y ahora, desde nuestro de punto de vista, depende de China. Veremos cómo se desarrollan los acontecimientos", agregaron los altos funcionarios.

El portavoz del Ministerio chino de Asuntos Exteriores, Hong Lei, declaró hoy por su parte que su país "ha instado a EEUU a respetar el establecimiento de la ADIZ con una actitud objetiva y justa".

Durante la visita de Biden, "la parte china reiteró su posición de principio sobre la ADIZ y subrayó que la iniciativa china se alinea con el Derecho Internacional y la práctica", agregó Hong.

Pero si la zona de identificación de defensa aérea jugó un papel importante en las conversaciones, Biden abordó con los líderes chinos una completa gama de temas.

El vicepresidente de EEUU y el jefe de Estado chino abordaron también durante su reunión en profundidad la situación de Corea del Norte y cómo el ejemplo de Irán puede aprovecharse para tratar el programa nuclear de ese país.

"Una combinación de presión y diálogo, sumada a la unidad de la comunidad internacional -especialmente entre las potencias globales- es lo que trajo a Irán a la mesa de negociaciones para conversar de manera constructiva, y la misma receta puede aplicarse a Corea del Norte", según los altos funcionarios estadounidenses.

Biden y Xi abordaron asimismo el programa de reformas que acaba de aprobar el régimen chino.

El vicepresidente, que encontró tiempo también para participar hoy en una ceremonia del té con su familia en un barrio tradicional de Pekín, abordó con las autoridades chinas el "profundo desacuerdo" entre los dos países por el trato del régimen comunista a periodistas estadounidenses.

Biden, que concluyó su visita con varios periodistas afectados, aludía, entre otros, a los problemas de visado para sus reporteros y de acceso a sus páginas web de la agencia Bloomberg y el diario "The New York Times" tras publicar informaciones sobre la fortuna de familiares de líderes chinos.