Asilo a Assange: Correa en su laberinto

  • David Sosa / martinoticias.com

Consulado de Ecuador en Londres

Si Assange logra radicarse en Ecuador, como protegido del Gobierno, este país se convertiría en el centro de operaciones de Wikileaks
Un vocero oficial del Departamento de Relaciones Exteriores y Comercio de Australia, que fue mantenido en el anonimato, dijo al diario oficialista El Telégrafo que su país se deslinda de cualquier interés, o apoyo, en la solicitud de asilo político de Julian Assange a Ecuador. “La decisión de Assange de solicitar asilo en Ecuador es claramente un asunto de él”, dijo la fuente.

El funcionario destacó que Assange ha recibido toda la asesoría consular en el Reino Unido, pero que Australia no puede intervenir en procesos judiciales de otro país. Assange ha tomado como excusa, para permanecer en la Embajada de Ecuador en Reino Unido, que de ser llevado a Suecia sería posteriormente extraditado a Estados Unidos, donde le podrían iniciar un proceso por espionaje, por haber publicado una serie de cables confidenciales enviados desde las Embajadas de EE.UU. en el mundo, a Washington.

Pero estos rumores han sido desestimados por las autoridades de Australia. “Podemos confirmar que el Gobierno de Australia no tiene informes de que los EE.UU. tengan la intención de solicitar la extradición de Assange a Suecia”, dijo el vocero al diario oficialista.

Lo cierto es que este caso ha precipitado a Ecuador a un laberinto del que no le será muy fácil salir. Por una parte, en el supuesto de que el Gobierno de Correa le conceda el asilo, Assange no tiene certeza de que Gran Bretaña le facilite un salvoconducto para salir del país. Mientras esté en la embajada ecuatoriana tiene inmunidad, pero una vez que ponga un pie afuera pueden comenzar sus problemas.

Inglaterra podría no tramitar el pedido de salvoconducto, y en ese supuesto Assange tendría que permanecer por tiempo indefinido en la embajada, algo que Ecuador quiere evitar y que ya ha ocurrido, como en el caso del político peruano Víctor Raúl Haya de la Torre, jefe del APRA, cuando se asiló a fines de los 40 en la embajada de Colombia en el Perú, y este país le negó el salvoconducto.

Ecuador se ha metido en un terreno pantanoso por cuanto la concesión del asilo diplomático está limitada a personas acusadas por delitos políticos -o que son víctimas de persecución política. No debe confundirse este tipo de asilo con la protección circunstancial que las sedes puedan prestar a alguien perseguido por turbas políticas, por ejemplo.

Los que sí no pueden asilarse con:

1. Los reos de delitos comunes.

2. Las personas, que aun cuando estén en peligro de perder su vida o su libertad por motivos o delitos políticos, al tiempo de solicitarlo, se encuentren inculpadas o procesadas ante Tribunales Ordinarios competentes, por delitos comunes, o estén condenadas por tales delitos y por dichos Tribunales sin haber cumplido las penas respectivas.

3. Los desertores de fuerzas de tierra, mar y aire, salvo que los hechos que motivan la solicitud de asilo, cualquiera que sea el caso revistan claramente carácter político.

Tampoco los delincuentes conexos, los terroristas y los magnicidas. Así pues Assange está dentro de ese grupo pues Suecia lo reclama por delitos comunes, no políticos. Por eso ha sorprendido la posición del ex ministro de Relaciones Exteriores, Francisco Carrión, quien ha dicho que Assange cumple con los requerimientos que se necesitan para conceder un asilo en Ecuador. “Hay que tener en cuenta dos elementos para que el asilo sea concedido, que son que corra peligro su vida o su integridad, y me parece que reúne los dos requisitos. Ecuador tiene que dar el asilo”, señaló el ex Canciller.

Por otra parte muchos analistas locales ven como un hecho que si Assange logra radicarse en Ecuador, como protegido del Gobierno, este país se convertiría en el centro de operaciones de Wikileaks, pues el mismo Julian Assange ha declarado que desea continuar con su “misión”.

“No tenemos una fecha perentoria para tomar una decisión, nos tomaremos el tiempo que sea necesario y en su debido momento tomaremos esa decisión de forma soberana, lo cual no excluye consultar a países amigos”, ha dicho el presidente de Ecuador, Rafael Correa.

José Luis Bravo Ortiz, lector de diario El Comercio, de Quito, escribió en un foro de la publicación: “Conociéndolo, presidente, sus viscerales decisiones… ya no haga tanto teatro, déselo y nos dará circo para hacernos olvidar de los verdaderos problemas que nos aquejan a los ecuatorianos: delincuencia, pobreza, narcovalija, guerrilla y demás azotes que tenemos. Esta es otra oportunidad para contrariar a países con los que tenemos grandes nexos, y para que naciones escorias lo feliciten, adelante”.