Protestas en Armenia contra referéndum constitucional

  • Agencias

Your browser doesn’t support HTML5

Protestantes armenios se enfrentan a la policía en Yerevan/ VOA

Los opositores consideran que la reforma constitucional en Armenia sólo persigue la perpetuación en el poder del actual presidente, Serge Sargsian.

Centenares de armenios realizan este miércoles una sentada en el centro de Ereván en protesta contra el referéndum sobre la conversión de Armenia en una república parlamentaria que se celebrará el próximo domingo, informaron medios digitales del país.

La manifestación, que comenzó en la noche del martes, forma parte de las jornadas de protestas organizadas por el frente opositor Nueva Armenia, que convocaron a un gran mitin en el centro de la capital armenia.

"Las protestas y las acciones de desobediencia civil irán en aumento", declaró Zhirair Sefilián, uno de los dirigente del conglomerado opositor, que considera que la reforma constitucional sólo persigue la perpetuación en el poder del actual presidente, Serge Sargsian.

Según la actual Constitución, Armenia es una república presidencialista y su presidente no puede permanecer en el cargo más de dos periodos consecutivos, por lo que Sargsián, reelegido en 2013, no podría postular a nuevo mandato.

La reforma constitucional impulsada por Sargsián fue aprobada por el Parlamento el pasado fue 5 de octubre pasado, pero debe ser refrendada mediante un referéndum.

La modificación establece que el presidente de Armenia se elige por un colegio de electores integrado por legisladores y representantes municipales, y no por voto universal y directo, como hasta ahora.

La reforma, de ser aprobada en la consulta popular del próximo domingo, amplía el período presidencial de cinco a siete años y no contempla la posibilidad de reelección.

El presidente de Armenia no podrá militar en ningún partido político y su misión como jefe del Estado consistirá en "personificar la unidad del pueblo y velar por el cumplimiento de la Constitución".

El máximo órgano del Ejecutivo será el Gobierno, presidido por un primer ministro propuesto por la mayoría parlamentaria.

En caso de guerra, el jefe del Gobierno se convierte en el comandante supremo de las Fuerzas Armadas. El Parlamento estará integrado por 101 diputados, en lugar de los actuales 131, que se elegirán en su totalidad por listas de partidos.

La reforma no modifica la duración de la legislatura, que se mantiene en cinco años. En caso de que las formaciones que accedan al Legislativo no consigan articular una mayoría estable, se deberán celebrar nuevas elecciones en la que participarán sólo los dos partidos más votados.