¿Apertura migratoria absoluta?

El sentido y los límites de la probable reforma migratoria del gobierno de Cuba pueden leerse entre líneas en una entrevista con un experto oficialista en el tema.

Un despacho de la agencia italiana ANSA, firmado por su corresponsal cubano, Francisco Forteza, da por hecho que la modificación de ls reglass migratorias anunciadas por Raúl Castro en agosto pasado se aprobará este mes de diciembre. (Teóricamente eso debería ocurrir en la segunda sesión anual del Parlamento que menos se reúne en el mundo)

El cable de mi ex compañero de la escuela de Periodismo en la colina universitaria se centra en una entrevista originalmente grabada en video con el experto oficialista en estos temas, ex diplomático ante la ONU y en la Sección de Intereses de Cuba en Washington D.C., y actual catedrático de Historia en la Universidad de La Habana Jesús Arboledya.

Una cita del académico da título al despacho: “Es necesaria una apertura migratoria absoluta”. Mi primera reacción fue una reminiscencia del genial Enrique Arredondo: “Na, na, tú me’ta engañando”.

La entrevista original la realizó el corresponsal en la capital cubana de Radio Progreso Alternativa, en cuya edición digital figuran columnistas tan orgánicos del castrismo como Elsa Claro y Eduardo Dimas. El reportero, Manuel Alberto Ramy, escribió luego un artículo que incluye la transcripción de la entrevista, y que ha sido publicado por el sitio Espacio Laical de la Iglesia católica de la isla.

Entre líneas pueden leerse el sentido y los límites de la probable reforma migratoria. El experto enfatiza que los cambios contribuirán, como dijo Raúl Castro, a la unidad de la nación cubana, pero también admite que son estratégicos y motivados por la necesidad. Además, que se aspira a una emigración circular y natural: sales, entras, vuelves a salir etc.

En otra sugestiva afirmación Arboleya asevera que el capital humano de Cuba no puede ser absorbido por la economía del país. Y más previsiblemente, que quien emigra no necesariamente es parte de lo que con disciplina partidista llama “la mafia vendepatria”, sino que puede ser un emigrante económico; y que el hecho de emigrar no quiere decir que uno no comparta el proyecto social (es decir, la prolongación del castrismo) y que no contribuya a él.

En un reciente artículo en el diario madrileño El País, el intelectual exiliado Rafael Rojas pronosticaba que los decretos de compraventa de autos y bienes raíces serían complementados con una Ley Migratoria que eliminaría las trabas a la entrada y salida del país, y fomentara la captación de remesas, a fin de formalizar la acumulación originaria del nuevo capital cuentapropista cubano.

Creo que por ahí vienen los tiros. El gobierno es ya una enorme sanguijuela chupando de ese nuevo capital. Le dejo con Borrador de un corresponsal de Manuel Alberto Ramy en Espacio Laical.