Anacrónico fue exigir culturalmente con la revolución todo

El discurso de Fidel Castro conocido como -‘Palabras a los Intelecuales’- normó con rigidez por más de medio siglo, la política cultural represiva de la revolución cubana.

Si algo tuvo de anacrónico el llamamiento de lealtad absoluta de Fidel Castro a los artistas e intelectuales cubanos -hace medio siglo- fue exigirle a los creadores de la cultura que con ‘la revolución todo, pero fuera de la revolución nada’.

De esa forma, más bien parecida a los métodos salvajes de Stalin en la Unión Soviética, quedó establecida la política cultural de la revolución cubana de 1959, después de que durante la última quincena del mes de junio de 1961, los artistas e intelectuales cubanos se reunieron en tres ocasiones con Fidel Castro en el local de la Biblioteca Nacional.

En un adelanto profético a los acontecimientos dramáticos que se avecinaban para Cuba, fue en una de estas reuniones donde el dramaturgo cubano, Virgilio Piñera, confesara delante de Fidel Castro que “sentía miedo, mucho miedo”, por el ambiente que se respiraba en las mismas.

El punto más tenso y polémico de la discusión fue entonces si debía haber o no una libertad de contenido en la expresión artística, como se pregunta el reportero Aurelio Alonso del periódico juvenil oficialista, Juventud Rebelde.

Los acontecimientos de confrontación en 1961 generaron una radicalidad sin precedentes en el proceso revolucionario cubano. Llegaba al punto más álgido el choque político generado por la revolución, al tomar el rumbo marxista-leninista inesperado.

Unas semanas después se celebró el congreso que creó la Unión de Escritores y Artistas de Cuba (UNEAC), pero ya los lineamientos de control absoluto del líder Fidel Castro, estaban establecidos.

En este congreso de la UNEAC, Fidel Castro pronunció su discurso famoso -‘Palabras a los Intelecuales’- que dejó perplejos a algunos y en el que normó con rigidez por más de medio siglo, la política cultural represiva de la revolución cubana.

Sus palabras «dentro de la Revolución, todo, contra la Revolución, ningún derecho», todavía resuenan y estremecen la conciencia intelectual en la isla.

Lo que todos esperaban, que la Revolución garantizara la libertad creativa de todos los cubanos, ya con ese discurso quedó destrozada esa ilusión, que además era un derecho inalienable y una aspiración del pueblo.

Si algo represivo, tuvo la política excluyente definida en el discurso por Fidel Castro, era que imitaba al pie de la letra la política salvaje y criminal de José Stalin en la Unión Soviética.

La periodista y artista cubana, Rebeca Monzó, nos expresa su visión del fin de la libertad de los intelectuales y artistas en Cuba, a partir de la definición de Fidel Castro en 1961.