Bailarina cubana Xiomara Reyes deja el American Ballet con "Giselle"

  • Agencias

Los bailarines Ángel Corella y Xiomara Reyes interpretan la pieza "Don Quijote" en el escenario del Tokio International Forum.

Xiomara Reyes volvió en el 2010 a actuar en Cuba, rompiendo 50 años de aislamiento en términos de danza entre Nueva York y La Habana.

Las dos grandes bailarinas latinas del American Ballet Theatre (ABT) se despiden hoy de la compañía con un mismo personaje "Giselle", que representa en la sesión matinal la argentina Paloma Herrera y en la nocturna la cubana Xiomara Reyes.

Herrera y Reyes, dos de los últimos bastiones de la hegemonía latina en la compañía de ballet más importante de este país, ponen el broche a sus carreras con un mismo papel y el mismo día.

La bailarina cubana Xiomara Reyes nacida en La Habana y que alcanzó el auge de su carrera al convertirse en primera figura del American Ballet hace 12 años, tiene en Giselle el papel que le hizo amar el ballet cuando era una niña en Cuba.

Reyes comenzó su andanza en el Ballet Nacional de Cuba, donde se formó. Pero pronto se trasladó a Europa, donde empezó a viajar con el Royal Ballet de Flandes. Fue en 2001 cuando entró como bailarina solista en el American Ballet.

Una vez alcanzada la compañía más importante del país, tardó dos años en llegar a ser primera figura y en 2010 volvió a actuar en Cuba, rompiendo los 50 años de aislamiento en términos de danza entre Nueva York y La Habana.

Herrera, nacida en Buenos Aires y niña prodigio de la compañía desde que entró hace 24 años, se retira en la sesión matinal, un gesto que ha desatado polémica entre la comunidad balletómana. En un principio, estaba previsto su adiós el 9 de junio con el papel de Aurora en La bella durmiente, con la coreografía de Alexei Ratmansky, pero la bailarina sintió que la función no le representaba y pidió un cambio.

El ABT, si bien le concedió el cambio, la arrinconó en la misma jornada que la retirada de su compañera Xiomara Reyes y con la hora menos mediática de la matiné. Herrera, formada en Argentina bajo la batuta de Olga Ferri, se mudó a Nueva York y entró en el ballet ABT con 15 años, para convertirse en primera figura a la edad de 19 e interpretar roles como Kitri en Don Quijote o Nikiya en La Bayadera y convertirse en una primera figura de renombre internacional.

Así, el American Ballet ya solo tiene como reminiscencia de la época dorada de la presencia latina en la compañía al argentino Herman Cornejo y al brasileño Marcelo Gomes. Atrás va quedando aquella era en la que, además de las cuatro figuras actuales, el español Ángel Corella (ahora director del Ballet de Pensilvania), el cubano José Manuel Carreño y el argentino Julio Bocca completaban el elenco latino. El relevo parecen haberlo tomado las figuras rusas, con Polina Semionova, Diana Vishneva y Veronika Pargt bajo contrato y la presencia intermitente de Ivan Vasiliev.

Además de Herrera y Reyes, esta temporada se retira también del ABT la estadounidense Julie Kent, de 45 años, que pondrá broche a su trayectoria con el ballet neoyorquino el 20 de junio con Romeo y Julieta.