Intentan secuestrar embarcación en Cabañas

Embarcadero de Cabañas.

Inmediatamente, otro hombre le colocó un cuchillo en el cuello y le indicó no gritar ni resistirse.
El custodio de las alrededor de 60 embarcaciones privadas de la bahía de Cabañas, Juan Puñales, vio sobre las 2 de la mañana del 31 de mayo último un hombre parado frente a una de las ventanas de la garita.

Inmediatamente, otro hombre le colocó un cuchillo en el cuello y le indicó no gritar ni resistirse, según informa CubaNet.

Amarraron y amordazaron a Puñales, colocándolo en el fondo de la embarcación que pretendían llevarse, nombrada La Luba, rompieron las cadenas y candados que aseguraban la nave y trasvasaron el petróleo de otra lancha hacia La Luba.

La embarcación, propiedad de Osvaldo Miranda, tiene unos 24 pies de eslora, casco de plástico y un potente motor de petróleo que su dueño, mecánico naval de profesión, mantiene en perfecto estado, por lo que “es muy codiciada por su tamaño y buenas condiciones marineras”, según dijo a este reportero un pescador deportivo de la zona que pidió no ser identificado.

A pesar de que intentaron poner en marcha el motor prescindiendo de la llave del arranque, los ladrones no lo lograron, debido a que el propietario siempre le quita una pieza para evitar su robo.

Después de avanzar unos 500 metros a la deriva, mientras trataban de arrancarla, la embarcación encalló y los individuos la abandonaron, llevando al custodio como rehén a punta de cuchillo. Sortearon así varias postas interiores del varadero de Cabañas, y salieron por la puerta principal sin despertar sospechas de la guardia.

Al avanzar por el camino que conduce hacia el centro del pueblo, echaron a correr, dejando abandonado a Juan que, a su vez, corrió hasta la puerta principal del varadero, desde donde llamaron a la estación de la Policía Nacional Revolucionaria (PNR) del poblado, según inofrma CubaNet.

El policía de guardia les respondió que estaba solo y por eso no podía abandonar la estación, que, además, el vehículo de que disponía estaba roto.
Solo horas después, entrada la mañana del sábado, se vieron efectivos del Ministerio del Interior rastreando la zona con perros, colectando evidencias y entrevistando a los que cubrían la guardia en el varadero y a otros vecinos. Hasta el momento de redactar esta nota, continúan las investigaciones, aunque no ha trascendido si han detenido a presuntos autores.

La Luba y otra embarcación de características similares, El Coral Rojo, ya no están en el lugar de amarre de pescadores deportivos en que tuvo lugar el incidente. Es rumor, no confirmado por este reportero aun, que fueron trasladadas hacia los embarcaderos de la estatal cooperativa pesquera de Cabañas que pertenece al Ministerio del Interior.

Conocidos de Juan Puñales aseguran, con el tono de jocosidad acostumbrado entre pescadores, que éste dijo: “no hago más guardia, ni siquiera voy más por allá”, y añadió que nunca en su vida había pasado un sofocón tan grande porque, de salir la embarcación a mar abierto, quizás hubiera terminado en la barriga de los tiburones.