Yasiel Puig y el largo camino a su sueño

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Yasiel Puig (foto Yahoo Sports)

Salir de Cuba tras ser suspendido no fue el único obstáculo que tuvo que salvar el cubano antes de convertirse en la inspiración de los Dodgers y sus fans. Un recuento de LA Times.
“Yasiel Puig, de los Dodgers, recorrió un largo camino para convertirse en repentina sensación” tituló el diario Los Angeles Times uno de sus recientes reportajes sobre el sorprendente desempeño del muchacho nacido en Palmira, provincia cubana de Cienfuegos.

El matutino se refiere a su ofensiva de cuatro cuadrangulares y 10 carreras impulsadas en sus cinco primeros partidos, incluido un jonrón con las bases llenas ("¡Esto no sucede ni en Hollywood!", exclamó el narrador radial Charley Steiner). "Con ese poder, su velocidad en las bases y los cañonazos de su brazo desde el jardín derecho, ha energizado, él solo, a los frustrados fanáticos de un club generosamente pagado y poco productivo, que estaba en el último lugar de su Liga", agrega el diario.

"¡Esto no sucede ni en Hollywood!", exclamó el narrador radial Charley Steiner tras el jonrón con las bases llenas de Yasiel Puig (66) en su cuarto partido de Grandes Ligas.

Agrega que, incluso para el ojo no avezado, Puig luce notoriamente más fuerte y rápido que cualquiera de sus compañeros de equipo. “Todo lo que hace, sea su swing con el bate, correr o lanzar, es una explosión de violencia controlada, el equivalente del mejor golpe de un boxeador de campeonato”, comenta el autor, Dylan Hernandez.

Recuerda que hace poco más de un año Puig estaba inactivo en la casa de sus padres en Cienfuegos, exasperado por su suspensión del nivel superior del béisbol cubano en represalia por intentar abandonar el país. “Desde entonces se embarcó en una vertiginosa odisea que le ha transformado. Si una vez fue desterrado del béisbol, ahora es multimillonario; si antes fue un desconocido, de la noche a la mañana se volvió una sensación”

Según Hernandez, el consenso en el béisbol era que los Dodgers le habían pagado demasiado a Puig cuando lo firmaron en junio de 2012 por 42 millones de dólares, en un contrato de siete años. Los escépticos arguían que se sabía muy poco de él y no había mucha información sobre su rendimiento frente a competidores de alto calibre.

Pero desde que empezó a jugar pelota a los 9 años, Puig no consideró nunca otra carrera. Y aspiraba a poder jugar en la meca del béisbol mundial. “Todo el mundo sueña con jugar aquí en Estados Unidos”, le dijo el pelotero de 22 años al reportero del LA Times.

Luego de llegar en 2012 a las playas de Cancún, por una vía de la que prefiere no hablar, y hacer contacto con el abogado y promotor de peloteros Jaime Torres, Puig obtuvo residencia mexicana, lo que le permitiría ser contratado por clubes de las Grandes Ligas sin violar el embargo estadounidense.

Luego organizaron tres exhibiciones. Los Dodgers enviaron a la última al cazatalentos Paul Fryer, cuya especialidad es proyectar cómo un jugador extranjero o universitario se adaptaría al béisbol profesional en EE. UU. Sólo que en el caso de Puig no lo vería jugar.

Pero después de quedar impresionado por el físico del cubano, Fryer lo vio batear: “Nunca he visto salir así una pelota del bate de nadie”, recuerda. La mecánica del swing de Puig le convenció de que el prospecto podría batear lanzamientos del nivel de Grandes Ligas.

Durante su posterior adaptación en la escuela de novatos y ligas menores se rumoró que al cubano no siempre se le veía “joseador”, y que era desobediente. Pero su tutor y maestro de inglés, Tim Bravo dice que sólo era mal comprendido. “Cuando supo que mi hijo de 6 años tenía cáncer, ofreció pagarle el tratamiento”, dice Bravo, citado por LA Times.

El otoño pasado, Puig fue programado para jugar en una liga de Arizona que se considera la última prueba para los mejores prospectos del béisbol. Pero entonces sufrió una infección en un codo que requirió una cirugía menor. En vez de jugar en Arizona lo hizo en la liga de invierno de Puerto Rico, donde sólo promedió .232.

Una vez que estuvo recuperado y listo, tras encabezar con promedio de .517 la Liga del Cactus, resultó que los Dodgers no podían hacer nada por incorporarlo a su roster inaugural: tenían en Matt Kemp, Carl Crawford y Andre Ethier a tres jardineros estrellas a los que en conjunto estaban pagando $53.5 millones de dólares por temporada. El novel toletero cubano fue enviado entonces a la filial Doble-A de los Dodgers en Chattanooga, Tennessee.

La decisión al parecer frustró al joven atleta. En Tennessee solía enfrentarse con los coaches, y una vez fue arrestado por conducir a 97 millas por hora en una zona de 50 mph. No obstante, nunca dejó de producir con el bate. El veterano coach Manny Mota, mentor de muchos de los jugadores latinos del equipo, se sentó entonces a conversar con él. Desde entonces, la actitud de Puig mejoró.

Lo demás es historia ya conocida: la gran oportunidad en la vida de Yasiel Puig llegó el pasado lunes 3 de junio, con Kemp y Crawford lesionados, y los Dodgers en el sótano de la Liga Nacional.

Los números (cliquee para ampliar) muestran que no la desaprovechó:

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