Acosan en escuelas de Cuba a Testigos de Jehová

Escolares cubanos bajo el ojo vigilante del Che Guevara (Foto Mike Keran)

En este reportaje publicado por el Institute for War and Peace Reporting, la abogada independiente Yaremis Flores muestra cómo no acatar la ideología oficial expone a discriminación a miembros de grupos religiosos.
Una mujer que pertenece al grupo religioso Testigos de Jehová presentó el mes pasado una denuncia ante el Fiscal General de la República de Cuba, en la que denuncia la discriminación de que son objeto en la escuela sus tres hijas en edad escolar.

Ella sostiene que las autoridades han tolerado estos actos discriminatorios, incluyendo violencia física y verbal, que han obligado a las tres estudiantes a faltar a clases, y a sus padres, a mudarse a otra provincia.

"Exijo una solución, porque [las autoridades] son responsables de proteger a los jóvenes", dijo la mujer, a quien identificaremos con el seudónimo de “Ana” para proteger la identidad de su familia. "Estoy harta del maltrato que reciben mis hijas, y de que nadie esté haciendo algo al respecto", se quejó.

Su apelación al Fiscal General sigue a reclamaciones nunca atendidas en otras instituciones del Estado. Cuba no cuenta con un mecanismo jurídico para atender las quejas sobre violaciones de la libertad religiosa.

Ana explicó que debido a los valores en los que creen los Testigos de Jehová, "las niñas no visten el uniforme escolar, pues nuestra religión lo prohíbe. Tampoco cantan el himno nacional, ni rinden tributo a los símbolos patrios".

El problema comenzó en Bayamo, cabecera de la oriental provincia de Granma, donde las tres chicas se buscaron problemas por no tomar parte en las actividades políticas que tipifican la vida escolar en Cuba. Esto fue anotado en un informe docente acerca de una de ellas como la razón por la que había reprobado el quinto grado.

"La persona a cargo de los asuntos religiosos en la provincia me advirtió que si mis hijas no asistían a actividades políticas, no pasarían de grado", aseguró Ana.

Para el año escolar 2011-2012, la familia regresó a La Habana, la capital. A la menor que no aprobó el quinto grado se le permitió volver a clases pero, según Ana, "los problemas continuaron”.

Otra de sus hijas se quejó de que la maestra la había golpeado en la cabeza. Los padres informaron del hecho a la policía, pero el caso fue archivado.

Ana señala que la escuela no hizo nada, y las niñas siguen siendo maltratadas por sus profesores, e intimidadas por sus condiscípulos.

Las tres están perturbadas, y se inventan enfermedades para no ir a la escuela. Ana dice que no han asistido a clases por casi dos meses.

Desde el año 1974 el gobierno cubano no reconoce a los Testigos de Jehová como un grupo religioso legítimo. En su último anuario, la secta afirma que posee 1.400 congregaciones en Cuba, y más de 9.500 miembros activos.

El sistema de educación pública está fuertemente politizado, y los reglamentos escolares vigentes requieren que todos los alumnos estén "dispuestos a defender la patria socialista". Algo que los testigos de Jehová no pueden hacer, ya que son objetores de conciencia.

(Este artículo fue publicado originalmente en inglés en el sitio web del Institute for War and Peace Reporting, entidad con sede en Londres que se encarga de “dar voz a las personas en los frentes de conflicto, crisis y cambios”).


En la siguiente entrevista con martinoticias.com Yaremis Flores habla de los últimos sucesos en este caso, el posible encausamiento de la madre por actos contrarios al desarrollo del menor, y una evidencia documental del ensañamiento de las autoridades cubanas con los Testigos de Jehová.

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Yaremis Flores sobre el acoso contra las hijas de una Testigo de Jehová