Comercio con la isla enfrenta a políticos de EEUU

ARCHIVO 11/07/03- La barcaza estadounidense Helen III, arrastrada por el remolcador El Jaguar,entra en la Bahía de La Habana con un cargamento de papel y madera vendido a Cuba por compañías norteamericanas.

Ileana Ros-Lehtinen y Charles Rangel han protagonizado recientemente las dos posturas que dividen a los políticos estadounidenses respecto a las relaciones comerciales de Estados Unidos con la isla.
El representante Charles Rangel, demócrata por Nueva York, tiene un historial mixto en la libertad de comercio. En octubre de 2011 se opuso a un acuerdo de libre comercio con Colombia, pero hoy quiere abrir el camino para un tratado de este tipo con Cuba, una dictadura totalitaria, asegura el sitio digital The Foundry.

El legislador demócrata Charles Rangel

El 18 de marzo de 2003, los agentes de seguridad que operan en bajo las instrucciones del marxista Fidel Castro, arrestaron a 75 disidentes cubanos en una redada brutal y a la velocidad del rayo, los 75 fueron condenados a largas penas de prisión, que van desde 10 a 25 años. Raúl Castro cedió más tarde y puso en libertad a los 75, por mediación de la Iglesia Católica, pero el recuerdo de las injusticias persisten.

El 18 de marzo de 2013, diez años después de la Primavera Negra, como se le llamó al encarcelamiento de los 75, el representante Charles Rangel insta a los miembros del Congreso a "perdonar y olvidar" y de paso, abrir la puerta para el comercio y los viajes de estadounidenses, sin restricciones, a Cuba.

Para respaldar su iniciativa de libre comercio con la isla, Rangel se sirve de una investigación sobre el tema que la conservadora Heritage Foundation había preparado para el caso de Colombia.

En la misma Denise H. Froning, quien fuera una especialista en comercio de esta fundación exlica que “Los beneficios del libre comercio se extienden mucho más allá de los hogares estadounidenses. El libre comercio ayuda a difundir el valor de la libertad, reforzar el Estado de Derecho y promover el desarrollo económico en los países pobres. El debate nacional sobre las cuestiones relacionadas con el comercio demasiado a menudo hace caso omiso de estas ventajas importantes”.

Tomando estas afirmaciones generales fuera de contexto Rangel no ayuda a avanzar en la defensa de la libertad de Cuba y distorsiona a su manera la posición de la Heritage Foundation, plantea The Foundry, una publicación de la fundación.

Por otro lado, este miércoles la congresista republicana Ileana Ros-Lehtinen, presidenta del Subcomité del Medio Oriente y África del Norte, hizo la siguiente declaración con respecto a intentos recientes de parte de legisladores para introducir una legislación pidiendo la terminación del embargo norteamericano sobre Cuba y el fin de las restricciones de viaje.

“Otra vez vemos el mismo grupo de legisladores intentando eliminar restricciones norteamericanas sobre el régimen castrista a través de legislación que no sólo es equivocada, es temeraria y peligrosa. Voy a continuar mi oposición a estas leyes porque no ayudan a avanzar la libertad y los derechos humanos del pueblo cubano, sino sirven para solidificar el control del régimen asesino sobre la isla y para ofrecer una línea de vida económica a los Castros".

“Estos intentos recientes por apologistas de los Castros son un recuerdo de que hay algunos en el Congreso que se niegan a ver lo que es obvio – que más de 50 años después, la dictadura castrista no tiene ninguna intención de soltar su control sobre el pueblo cubano. Justo esta semana, agentes de seguridad castristas rodearon y apedrearon la casa de una líder de las Damas de Blanco y causaron la hospitalización de muchas personas que fueron heridas. El régimen sigue escondiéndose detrás de supuestas reformas para distraer la atención de sus atroces y sistémicas violaciones a las libertades básicas y los derechos humanos.

“Es espantoso que algunos legisladores continúan presentando legislación que ayuda a la dictadura castrista en Cuba e ignora las continuas violaciones graves a los derechos humanos. Ahora más que nunca antes debemos estar en solidaridad con el pueblo cubano hambriento por la libertad, y estoy segura que mis colegas en el Congreso que apoyan la lucha del pueblo de Cuba por la democracia y la libertad permanecerán unidos en su oposición al régimen castrista y a estas leyes ridículas”, concluye la congresista.