Matrimonio opositor cubano cumple el lunes 10 meses en prisión sin juicio

Sonia Garro Alfonso y Ramón Alejandro Muñoz

Sonia Garro Alfonso y Ramón Alejandro Muñoz fueron violentamente arrestados en su hogar días antes de la visita del papa Benedicto XVI y todavía permanecen en prisión. Antes de su encarcelamiento, el matrimonio era frecuentemente hostigado por la Seguridad del Estado, bien a través de turbas organizadas o directamente.
Este lunes 21 cumplirán diez meses en prisión sin juicio en Cuba la Dama de blanco Sonia Garro, y su esposo, el activista opositor Ramón Alejandro Muñoz.

Garro es una cubana de la raza negra residente en el humilde barrio de Los Quemados, municipio habanero de Marianao. Según recuerda la periodista cubana radicada en Suiza, Tania Quintero, Garro fundó en 2007 un centro independiente para niños de padres con bajos recursos, con el fin de que no anduvieran jugando de forma peligrosa en las calles en su tiempo libre.

En el portal y la sala de su modesto hogar, sito en la avenida 47 entre 116 y 118, se reunían, después de terminar su horario escolar, una veintena de niños de 7 a 15 años de edad, para dibujar, aprender corte y costura, o con Ramón Alejandro, que es músico, a aprender a tocar algún instrumento.

Garro, quien afirma haber vivido en carne propia la persistencia de un crudo racismo en la isla, también es miembro de la Fundación Afrocubana Independiente.

Antes de su encarcelamiento, el matrimonio era frecuentemente hostigado por la Seguridad del Estado, bien a través de turbas organizadas o directamente (al menos tres actos de repudio y un par de golpizas).

En Youtube: machete en mano, Ramón reclama a viva voz libertad para su esposa.

En mayo de 2011, ante una nueva detención de su esposa, Ramón subió a la azotea de su vivienda a medio construir y machete en mano empezó a reclamar libertad y a condenar al régimen de los hermanos Castro. Un video de la protesta que alguien grabó se hizo popular en la red social Youtube.

La noche del 21 de marzo de 2012, fuerzas especializadas de la Seguridad del Estado y de tropas especiales, utilizaron balas de goma para proceder a su detención en su domicilio. Uno de los disparos impactó en un pie de Sonia Garro, a quien casi arrastraron desde la parte superior de su casa, mientras que su esposo fue lanzado por los uniformados desde el techo a la terraza de la casa, y de allí bajado a la fuerza.

La hermana de Sonia, Yamilé, tuvo que hacerse cargo de Elaine, la hija de 15 años de la pareja.

En pequeñas notas enviadas a Quintero desde la cárcel, Sonia Garro cuenta que desde que está encarcelada (en la prisión de mujeres conocida como Manto Negro) le han negado todo contacto con su marido. “A las mujeres de aquí, que tienen a sus esposos presos, las llevan al Combinado del Este para que los vean. A mí me dijeron que yo no estaba en el listado”, escribió. También ha tenido muchos problemas para atenderse con un médico.

En un principio pretendieron acusarlos de 'terrorismo'; ahora los acusan de 'desorden público' y 'tentativa de asesinato', un cargo que ninguno de los dos entiende, pues nunca les ha pasado por la mente matar a nadie.

Podría tratarse de un subterfugio jurídico para mantenerlos lejos de las calles.

Según la enciclopedia online cubana ECURED, un juez o tribunal puede adoptar la medida de prisión provisional si el delito imputado tiene señalada una pena superior a tres años. Para el desorden público, el Código Penal vigente sólo prevé en su artículo 200.1 una pena máxima de tres años “si para la ejecución del hecho, se emplea un arma de cualquier clase o materias explosivas”.

Algo que nada tiene que ver con la protesta cívica de estos dos valerosos opositores pacíficos.