Fernández visita Harvard mientras las cacerolas suenan en Argentina

La presidenta argentina Cristina Fernández habla ante la ONU.

Ninguno de los canales de televisión argentinos, ni siquiera TN, perteneciente al grupo Clarín, ha informado de la protesta, que ha durado 35 minutos.
Las cacerolas han sonado de nuevo este jueves en los barrios de Buenos Aires, como La Recoleta, contra el Gobierno de Cristina Fernández, publica el diario español El país.

Desde el mes de junio se han sucedido este tipo de protestas para criticar la política económica del Ejecutivo y en especial sus restricciones a la compra de dolares y su salida al exterior.

Ninguno de los canales de televisión, ni siquiera TN, perteneciente al grupo Clarín, ha informado de la protesta, que ha durado 35 minutos.

En la redes sociales se había convocado el #cacerolazo para cuando la presidenta hablara en la Universidad de Harvard, en Boston (EE UU), en un acto que estaba previsto para las nueve de la noche, hora argentina, las dos de la madrugada en España, pero que ha empezado 50 minutos más tarde, asegura el diario español.

La presencia de Fernández en la prestigiosa universidad estadounidense ha generado tal expectación que las plazas para asistir al evento se han tenido que sortear: solo había 700 y había 2.800 solicitudes.

Ayer la presidenta argentina respondió a las preguntas de los estudiantes de Georgetown. Hoy ha adelantado que preferiría hablar de "cuestiones internacionales".

La presidenta argentina arrancó el lunes su visita a Estados Unidos con una reunión de trabajo con el inversor George Soros y un recorrido por una muestra sobre Evita Perón en el Consulado argentino en Nueva York. Al día siguiente, Fernández intervino en el pleno de la Asamblea General, desde donde criticó al Fondo Monetario Internacional (FMI), cargó contra las recetas de austeridad para salir de la crisis e incluso denunció la "represión" en España a los "indignados".

La presidenta argentina también aprovechó para volver a exigir a Reino Unido que se siente a dialogar sobre la soberanía de las islas Malvinas, y aceptó una invitación de las autoridades iraníes para abordar el conflicto por el atentado de la AMIA en 2004.