Científicos ensayan un nuevo robot anti huracanes

  • Jesús Rojas / Radio Martí

Fotografía cortesía de la NOAA.

Los robots marítimos y anti-huracanes estarán listos para operar en la temporada del 2013
Cuando la tormenta tropical Isaac avanzaba en aguas del Caribe rumbo al Golfo de México y antes de convertirse en huracán, científicos de Estados Unidos pusieron a prueba una nueva herramienta: un robot submarino no tripulado para detectar desde dentro las condiciones del fenómeno, y recopilar datos sobre la superficie del mar.

El laboratorio de investigaciones de la Administración Nacional Oceanográfica y Atmosférica, NOAA, despachó desde Miami el Wade Glader o Planeador de Olas, una plataforma flotante llena de sensores, con un estabilizador submarino, bautizado como Alex, dentro de las aguas del océano Atlántico,160 kilómetros al norte de Puerto Rico, con la misión de interceptar a Isaac.

El laboratorio Wave Glider puede operar en el mar durante un año, impulsado por energía renovable que convierte el movimiento de las olas en energía de propulsión. Sus paneles solares a bordo, combinado con equipos y sensores de comunicación, permiten ser operado por satélite desde las oficinas de la empresa en California.

Los robots científicos están siendo utilizados en investigaciones marinas en aguas frente a California, para monitorear al Gran Tiburón Blanco. Una versión militar, denominada Tiburón, ha sido adaptada para propósitos de inteligencia, comunicaciones y operativos de vigilancia.

Los robots marítimos y anti-huracanes estarán listos para operar en la temporada del 2013 en aguas a lo largo de la costa oriental de las islas de Sotavento, cuando se acerque una tormenta tropical. Para ellos, el escenario ideal sería una tormenta con olas entre seis y doce pies.

El robot submarino con forma de tabla de esquiar fue capaz de recopilar información de la tormenta, en particular de sus bandas de lluvias externas. Un segundo laboratorio flotante, denominado G2, siguió a la tormenta en el Golfo de México en otra misión separada hacia las instalaciones de gas y petróleo en la zona.

El ojo de Isaac pasó a sólo 97 kilómetros del segundo robot, lo que permitió a los científicos de Estados Unidos recopilar información valiosa del océano, entre ellas una dramática baja de la temperatura del agua, lo que sugiere que Isaac succionó todo el calor del golfo, según el fabricante, Liquid Robotics, con sede en Sunnyvale, California.

Otro bote robótico, bautizado EMILY, ya opera en aguas del océano Pacífico. Junto a los otros dos laboratorios flotantes con forma de tabla de esquiar, los meteorólogos confían en recopilar datos más precisos desde el corazón de las tormentas y huracanes, para diseñar mejores modelos de pronósticos a nivel de superficie marina, además de utilizarlos para proyectos pesqueros, arqueológicos, mapeo y topografía del fondo marino, según los investigadores.