Cambia el Bajo Manhattan a 11 años del 9/11

  • Carmen María Rodríguez

Dos personas observan el World Trade Center, el lugar en el que se encontraban las Torres Gemelas, en Nueva York, en esta foto tomada el martes 15 de agosto de 2006. Cinco años después de los atentados del 11 de Septiembre, políticos y promotores todavía

El destrozo y la desolación que sembraron los terroristas del 9/11 contra Estados Unidos, están siendo reemplazados en el sitio de los hechos, por construcción cuyo costo asciende a más de $30 mil millones.
En lo que se conoció como la Zona Cero ya aparece erguida una torre cubierta de paneles de cristal reflectivo, obra del arquitecto Daniel Liebeskind. Visto de lejos el edificio parece un faro y su construcción de 1776 pies –en honor al año de en que fue proclamada la Independencia de EE UU- debe de concluir en el 2014. One World Trade se halla en la esquina noroeste del punto cero. La base consiste en 11 pisos de concreto, sin ventanas, fortalecida para resistir un ataque por camión bomba. El edificio vecino más cercano del complejo está también bajo construcción y se conoce ya como Torre Cuatro, donde habrán más de 600 policías asignados al Comando Centro Mundial del Comercio. La Torre Cuatro tiene una altura de 346 metros y One World Trade 558 metros.

A pasar del ataque, la zona nunca dejó de ser el Centro Mundial del Comercio. Del horror del día se pasó a la eventual construcción del memorial - dos piscinas en el sitio donde se hallaban las bases de las Torres Gemelas. Ahí están inscritos los nombres de los aproximadamente 2,606 que perecieron y sobre el terreno adyacente; a nivel de la calle perecieron 292 como consecuencia del derrumbe de las Torres o por lanzarse de las ventanas de Las Torres hacia el abismo espantados por las llamas. Ya el memorial ha sido visitado por mas de 4.5 millones de personas, en menos de un año. Se esperaba la inauguración del Museo de Recordación Nacional para este 12 de septiembre 2012, pero no será posible debido a una disputa entre el Puerto de Autoridad que rige al Centro Mundial del Comercio y la fundación sin fines de lucro encargada del museo.

La desolación inmediata
La destrucción del Centro Mundial del Comercio borró de Nueva York, el mismo espacio de oficinas que cuenta actualmente, toda la ciudad estadounidense de Atlanta, Georgia.

Los primeros meses luego del 9/11 se caracterizaron por la desolación y tristeza que permeó a Nueva York. El área más impactada es el Centro Mundial del Comercio, conocida como el Bajo Manhattan, que comprende desde la calle Chambers al norte, hasta el punto sur donde se haya el trasbordador de Staten Island, y va del Río Hudson hasta el Río del Este.

Luego del ataque terrorista, los comerciantes del Bajo Manhattan iniciaron campañas publicitarias para que el consumidor comprara en sus estantes y tiendas, en un esfuerzo para salir a flote. El humo y sobre todo el olor del área, el polvo y los escombros hicieron que miles de vecinos optaran por irse de la zona. Edificios enteros ofrecían alojamiento a precios reducidos, y algunos dejaban de cobrar uno o dos meses de alquiler, como oferta para que se lograran contratos de arrendamiento. Luego del 9/11 el Bajo Manhattan se convirtió en un área donde no todos deseaban residir.

La transformación demográfica
Once años después, el Bajo Manhattan ha visto una transformación aunque gradual, dramática. Finalizaron los días en que las personas abandonan la zona. Antes de que los proyectados edificios entren en función, ya son 309,800 los ciudadanos que trabajan allí. También el área es hogar para 57,000 neoyorquinos quienes viven en 27,722 unidades o apartamentos, en los 318 edificios residenciales. De estos vecinos, 23% son menores de edad. De acuerdo a la Alianza del Bajo Manhattan, se espera que este número aumente. En esta zona el 30% de sus residentes pueden caminar al trabajo, una clara ventaja en una ciudad en que un viaje diario de ida y vuelta al trabajo tome más de dos horas. Más de 87% de los que residentes dicen que lo han hecho por la buena calidad de vida; un 84% afirma que la calidad de vida se debe a la comodidad de sus apartamentos.

La estación de transporte público del nuevo World Trade Center de Nueva York, diseñada por el español Santiago Calatrava, fue aprobada hoy por la Autoridad del Puerto, propietaria del complejo y encargada del sistema de transporte.EFE/Miguel Rajmil

El renacimiento material
Desde el 9/11, la estación del trasbordador de Staten Island fue completamente renovada, sus antiguos transbordadores jubilados y una nueva flota puesta a servicio de los neoyorquinos y de los más de 2 millones de turistas que visitan la Bahía de Nueva York en su recorrido por la ciudad.

En contraste a los días y meses siguientes al ataque terrorista en que se notaba la ausencia de personas en el barco, hoy en día ha habido que reemplazar las naves pequeñas por las más grandes debido a la demanda de usuarios. Se han inaugurado parques públicos en las azoteas de los rascacielos, como el Elevated Acre” en el 55 Water Street, uno de los más importantes espacios urbanos del país, al que se llega luego de un ascenso por elevador hasta un patio público encima de un edificio comercial. También hay espacios bien cuidados el el Battery Park City justo frente donde desemboca el Río Hudson, así como espacios urbanos con árboles que han surgido en Water Street, en Stone Street. Muchos de estos sitios tienen con conexión WiFi.

Se espera para el 2015, la inauguración del centro de transporte Calatrava que lleva el nombre de su arquitecto catalán.

Y si vivir en esta área aunque sea por unos días es la predilección del turista, ya hay 18 hoteles, y antes del 11 de septiembre del 2011 solo habían 6.

Lo que queda por hacer y lo que ya esta hecho

Carmen María Rodríguez trasmitiendo para Radio Martí tras el ataque del 11 de Septiembre del 2001.

Este 11 de septiembre del 2012 será marco para la recordación. Hay un esfuerzo a través de todo el EEUU para que el día se convierta en un momento de servicio nacional, para ayudar al prójimo y a la sociedad. Se espera que el cáncer sea designado como una de las enfermedades resultado del ataque terrorista, en particular de los que trabajaron removiendo escombros. Esto permitiría la compensación de los que han contraído la enfermedad ya sea porque trabajaron entre los escombros, o porque estaban en la zona y respiraron en el ambiente tóxico. La Sociedad de Huérfanos de EEUU calcula que 2,752 niños quedaron huérfanos tras el 9/11 y unos 1,300 nacieron luego de que sus padres perdieran la vida en el ataque terrorista. Queda pendiente además, el juicio de 5 detenidos en Guantánamo, acusados de planificar y ayudar en los ataques.

Queda mucho por hacer y por sanar. Queda la frase aquella de Oscar Wilde - “Vivir bien es la mejor venganza”. En Nueva York, una sociedad entera inició la reconstrucción de un área desolada por el odio; los neoyorquinos aguardan que la Torre de La Libertad sea concluida para ser la tarjeta de presentación de una zona que superó el odio y la destrucción para optar por la belleza, la vida, y la vuelta del empuje empresarial. Esto es felizmente obvio en el renacimiento del área 11 años después.

Carmen María Rodríguez es corresponsal de Radio Martí en Nueva York y se dirigía a sus labores esa mañana en el Bajo Manhattan. Tras el ataque a las Torres Gemelas, ella estuvo trasmitiendo desde el lugar de los hechos. Por su dedicación, coraje y compromiso con la misión de informar en cualquier circunstancia, Carmen María Rodríguez recibió la Medalla al Valor, que entrega la Junta de Gobernandores de Trasmisiones Internacionales (BBG).