Los estudiantes sudaneses abandonaron Cuba y prefirieron esperar en Canadá el fin de la guerra civil que se libraba en su país.
En Juba, capital de Sudán del Sur, hay una pequeña esquina habanera. Varios sudaneses (jubanos) que estudiaron en Cuba, intentan recrear en su país un pedacito de la isla caribeña, señala la página digital npr.org.
Los sudaneses del sur celebran a ritmo de salsa todos los jueves por la noche en el Havana Lounge. Los cubanojubanos, como suelen llamarles, saborean su bebida predilecta, un Cuba Libre, que les permite recordar sus experiencias como estudiantes en la isla.
Deng Aleer Leek, un ingeniero civil sudanés que estudió 8 años en La Habana, es uno de los profesionales que sugirió el nombre de Havana Lounge para el centro de entretenimiento.
El Gobierno de Cuba invitó en 1983 a unos 660 sudaneses a cursar estudios de medicina, ingeniería, enfermería, leyes y contaduría en la isla, algo que agradece el país africano donde murieron cerca de 2 millones de personas durante su guerra civil.
Para finales de la década de 1990, los estudiantes sudaneses ya habían concluido sus estudios, pero no podían regresar a su país porque la guerra civil se encontraba en su peor momento, por lo que los recién graduados viajaron a Canadá, donde fueron aceptados como refugiados hasta que finalizaron las hostilidades.
No fueron originales en la salida de la isla, pues años antes, los exiliados chilenos tras el golpe de estado de 1973, vivieron unos años en la Isla y después partieron aprovechando el estatus de refugiado que les brindaban en Suecia y la República Federal Aleman, con climas más fríos que el caribeño pero mayores beneficios.
Sudán del Sur y del Norte firmaron en 2005 un tratado de paz y poco después los Cuban-Jubans regresaron a su tierra natal.
La República de Sudán del Sur ya cumplió un año de edad y es uno de los países más subdesarrollados del mundo; un 80 por ciento de sus 10 millones de habitantes no saben leer ni escribir. Ahora, les toca a los "Cuban Jubans" ayudar a reconstruir su país.
Los sudaneses del sur celebran a ritmo de salsa todos los jueves por la noche en el Havana Lounge. Los cubanojubanos, como suelen llamarles, saborean su bebida predilecta, un Cuba Libre, que les permite recordar sus experiencias como estudiantes en la isla.
Deng Aleer Leek, un ingeniero civil sudanés que estudió 8 años en La Habana, es uno de los profesionales que sugirió el nombre de Havana Lounge para el centro de entretenimiento.
El Gobierno de Cuba invitó en 1983 a unos 660 sudaneses a cursar estudios de medicina, ingeniería, enfermería, leyes y contaduría en la isla, algo que agradece el país africano donde murieron cerca de 2 millones de personas durante su guerra civil.
Para finales de la década de 1990, los estudiantes sudaneses ya habían concluido sus estudios, pero no podían regresar a su país porque la guerra civil se encontraba en su peor momento, por lo que los recién graduados viajaron a Canadá, donde fueron aceptados como refugiados hasta que finalizaron las hostilidades.
No fueron originales en la salida de la isla, pues años antes, los exiliados chilenos tras el golpe de estado de 1973, vivieron unos años en la Isla y después partieron aprovechando el estatus de refugiado que les brindaban en Suecia y la República Federal Aleman, con climas más fríos que el caribeño pero mayores beneficios.
Sudán del Sur y del Norte firmaron en 2005 un tratado de paz y poco después los Cuban-Jubans regresaron a su tierra natal.
La República de Sudán del Sur ya cumplió un año de edad y es uno de los países más subdesarrollados del mundo; un 80 por ciento de sus 10 millones de habitantes no saben leer ni escribir. Ahora, les toca a los "Cuban Jubans" ayudar a reconstruir su país.