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Relaciones EEUU-Cuba

Para evaluar las relaciones actuales de EEUU y Cuba

Un grupo de cubanos observa el paso del Air Force One, el avión presidencial estadounidense, sobre la localidad de Santiago de las Vegas.
Un grupo de cubanos observa el paso del Air Force One, el avión presidencial estadounidense, sobre la localidad de Santiago de las Vegas.

Los Castro siempre fueron capaces de manejar el "status quo" antes del 17 de diciembre. Pero dudo que sean capaces de resistir la embestida de las olas masivas de turistas, empresas y periodistas estadounidenses.

Tengo sentimientos encontrados sobre la decisión del presidente Obama de moverse hacia la normalización de relaciones entre Estados Unidos y Cuba.

El Presidente está haciendo todo en su poder por normalizar relaciones, incluida la apertura de embajadas y el relajamiento de las restricciones de viaje, mientras pide el levantamiento del embargo económico. El levantamiento del embargo requiere una ley del Congreso como resultado de la Ley Helms Burton, de 1996, firmada por el presidente Clinton tras el asesinato de cuatro pilotos de Hermanos al Rescate en aguas internacionales a manos del Gobierno cubano.

Estoy preocupado por la manera en la que el presidente Obama ha implementado sus políticas de cambio, incluido su lenguaje apologético y su tibio apoyo a los disidentes cubanos y los Derechos Humanos de los cubanos. Hubiera preferido mucho más ver la normalización acompañada por un cambio de régimen en Cuba o, al menos, mejoras concretas en el tratamiento del régimen al pueblo cubano.

Soy un feroz crítico del presidente Obama en la mayoría de los asuntos. Creo que sus políticas izquierdistas de estilo europeo han debilitado a Estados Unidos doméstica e internacionalmente y han hecho del mundo un lugar mucho más peligroso y mucho menos próspero de lo que debería ser. Aun así, por razones prácticas, apoyo la iniciativa del gobernante de Cuba porque es lo mejor para los intereses de los pueblos estadounidense y cubano.

Dada mi singular historia familiar y el camino profesional que he elegido, mi vida entera ha estado estrechamente ligada a Cuba y las relaciones EEUU-Cuba. Mi padre, Neill Macaulay, fue un veterano idealista del ejército estadounidense que creyó en lo que leía acerca de Fidel Castro en The New York Times y cuando fue a Cuba en 1958 a luchar en el Movimiento 26 de Julio. Luego de que la guerra terminara, sembró tomates por un corto tiempo y los exportó a Estados Unidos. Entonces, debido a la aparición del comunismo, huyó de Cuba en julio de 1960, con mi madre y mi hermano mayor, y yo nací en New Hampshire, en noviembre de 1960.

Inspirado por su experiencia cubana, mi padre se convirtió en profesor de Historia Latinoamericana, con énfasis en la guerra de guerrilla. A través de la Guerra Fría, además de su trabajo académico, usó su experiencia y conocimientos para educar y asistir a los servicios militares y de Inteligencia de Estados Unidos. Como estudiante de mi padre, cada día a la mesa de cenar, así como a través de extensas lecturas y viajes propios, aprendí a respetar el genio malvado de Fidel Castro y seguí de cerca los movimientos cubanos en el tablero de ajedrez mundial.

Desde 1983 he vivido en Miami y he observado los giros y vueltas de las relaciones EEUU-Cuba, como un constante y trágico factor: Fidel Castro, y luego Raúl, ha encontrado siempre un modo de mantener su control totalitario sobre Cuba, en detrimento del largamente sufrido pueblo cubano.

Esto no fue culpa de Estados Unidos; fue culpa de los Castro. Ellos eligieron tomar como rehenes a un país entero y a sus millones de habitantes por décadas, para satisfacer su megalomanía y maximizar su poder personal y su riqueza. Si Fidel Castro hubiera mantenido su promesa inicial de instalar y mantener un gobierno democrático en Cuba, o si Raúl en cualquier momento después hubiera accedido a una transición de dictadura a democracia, como el general Pinochet hizo en Chile a finales de los 80, el embargo hubiera sido levantado y las relaciones diplomáticas normalizadas, y Cuba y su gente hubieran tenido el apoyo total de Estados Unidos.

Los Castro, desafortunadamente, han mostrado que ellos pueden mantener el control total de Cuba indefinidamente ante la política de línea dura de Estados Unidos, incluyendo el embargo comercial, mayormente por sus habilidades despiadadas y su brutalidad, pero también por la ayuda de la suerte (incluyendo el 9/11 y sus consecuencias, que enfocaron a Estados Unidos en adversarios más peligrosos). Ellos han mantenido el control en una variedad de contextos, durante y después de la Guerra Fría y luego de la enfermedad de Fidel en 2006. Nunca olvidaré la víspera de año nuevo de 1989, poco después de la caída del Muro de Berlín. Mi anfitrión costarricense y yo tuvimos un vigoroso debate mientras bebíamos mentiritas. Yo insistía en que el régimen de Castro caería en seis meses; él decía que en 12.

Entiendo el dolor que el cambio de política del presidente Obama ha causado en muchos amigos en la comunidad exiliada cubana. He simpatizado con ellos y su causa justa de una Cuba libre durante toda mi vida, incluidos mis 32 años en Miami.

Lo que los Castro han hecho a Cuba y su gente es un crimen horrendo –miles de personas asesinadas, millones exiliadas y cientos de millones empobrecidos– por más de cinco décadas.

Consecuentemente, la normalización de relaciones con los Castro todavía en el poder se siente como una humillante derrota para muchos exiliados cubanos, especialmente para aquellos de las generaciones más viejas. Como estadounidense cuyo país ganó la Guerra Fría y que está en el lado correcto de la Historia, no veo el cambio en la política EEUU-Cuba como una derrota. Más bien lo veo como una decisión del ganador de utilizar nuevos métodos para limpiar el reducto, mínimamente peligroso, del enemigo.

Muchos de los que critican el cambio de la política de Obama se quejan de que los abusos de Derechos Humanos, los ataques a disidentes y la hostil retórica antiamericana han continuado desde el anuncio del 17 de diciembre de 2014. Todo esto es cierto, pero todo esto ha estado pasando por décadas antes del cambio. La desafortunada realidad es que los Castro siempre fueron capaces de manejar el status quo antes del 17 de diciembre. Pero dudo que sean capaces de resistir la embestida de las olas masivas de turistas, empresas y periodistas estadounidenses.

Quizás los Castro puedan adaptarse a la nueva realidad y mantener el control de Cuba y su gente hasta la inevitable (pero talvez demorada debido a la longevidad de la familia Castro) solución biológica. Incluso si estuviera equivocado sobre la habilidad de los Castro de mantener el poder a pesar del masivo flujo estadounidense, creo que los 11 millones de rehenes que viven en Cuba estarán mejor económica, política y socialmente cuando el cambio de régimen, eventualmente, ocurra.

Los críticos del cambio de política del presidente Obama hacia Cuba, cubanoamericanos y no, se han quejado de que Obama no obtuvo ninguna concesión del régimen de Castro con respecto a los Derechos Humanos, o ni siquiera un progreso mínimo hacia la democracia. Quizás el Presidente trató profundamente de obtener estas concesiones pero le fue imposible. Quizás pareció tan dispuesto a normalizar relaciones que el régimen de Castro no vio necesidad de hacer concesiones y, por consiguiente, mantuvo su línea dura.

Dada la desafortunada historia del presidente Obama apaciguando regímenes dictatoriales antiestadounidenses, incluyendo a muchos más peligrosos que Cuba, por ejemplo, Rusia, Irán, China y Siria, es bastante probable que Obama llegó a un acuerdo más débil de lo que podría haber conseguido con una estrategia de negociación más dura.

Otra crítica válida a Obama en relación con su política hacia Cuba concierne a la manera en la que la presentó. En lugar de defender sin excusarse el embargo que ayudó a ganar la Guerra Fría mediante al sangrado de la Unión Soviética de miles de millones de dólares al año por 30 años, se disculpó por el embargo, como un fracaso de más de cinco décadas.

Obama debió culpar inequívocamente a los Castro por su completa responsabilidad en la miseria del pueblo cubano, destacando que buenas relaciones económicas y diplomáticas estuvieron siempre disponibles si los Castro hubiesen accedido a cesar sus abusos al pueblo cubano. Obama debió enfatizar que Fidel Castro es un perdedor que apostó al caballo equivocado –el comunismo soviético– en lugar de al capitalismo democrático.

En 1959, Cuba se estaba acercando rápidamente al estatus del primer mundo, muy por delante de España, por ejemplo, de acuerdo con cualquier medida social o económica. Hoy, Cuba es un caso perdido y España está sólidamente arraigada en el primer mundo.

El presidente Obama también debió haber dado las gracias expresamente a los miembros de la comunidad cubana en el exilio por sus importantes contribuciones a la victoria de Estados Unidos en la Guerra Fría, a través de sus valientes y diligentes esfuerzos en el Ejército estadounidense y los servicios diplomáticos y de Inteligencia, así como en el sector privado. De esa manera, podría haber tranquilizado a los exiliados sobre que, como estadounidenses, son ganadores y que el cambio de política hacia Cuba es un cambio en las tácticas, diseñado para acabar con el último adversario de la Guerra Fría.

El presidente Obama de un ala anti-anticomunista del Partido Democrático y ha implementado una política exterior estadounidense basada en la debilidad. Entonces, no estoy sorprendido de que él no presentara ni implementara el cambio en la política hacia Cuba del modo en que me hubiera gustado: Del modo en el que el presidente Reagan o el presidente Romney lo hubieran hecho. Aun así, creo que la normalización de las relaciones entre Estados Unidos y Cuba como propone el presidente Obama es, en general, un cambio positivo para Estados Unidos y para el pueblo cubano. El pueblo cubano no estará peor como resultado del cambio, y es casi seguro que estará mejor.

El tren estadounidense ha partido. La pasada semana, comités del Congreso, dominado por republicanos, dieron los primeros pasos para levantar las restricciones de viajes de estadounidenses a Cuba y las limitaciones de los bancos de comerciar con la isla.

Con la eliminación de las restricciones a turistas y empresas estadounidenses, al régimen de Castro le será difícil negarle al pueblo cubano (y a muchos miembros del régimen y simpatizantes que quieren hacer negocios con Estados Unidos) los beneficios económicos de este cambio, que la gente sabe que está en camino.

Ciertamente, los Castro y sus compinches se beneficiarán con creces en el corto plazo de un aumento de negocios con Estados Unidos, pero el pueblo cubano común –las personas más importantes para mi análisis– también se beneficiarán. Como resultado de la afluencia de estadounidenses, estarán mejor económica y políticamente cuando se produzca el inevitable cambio de régimen.

Dado que el cambio tiene un potencial alcista importante y una desventaja mínima, lo apoyo.

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Iniciativa bipartidista exige a Biden reevaluar el Síndrome de La Habana

Fachada de la Embajada de Estados Unidos en La Habana.
Fachada de la Embajada de Estados Unidos en La Habana.

Senadores de ambos partidos pidieron en Estados Unidos reevaluar las conclusiones sobre el Síndrome de La Habana, después que un reportaje de la CBS generara preocupaciones en Washington sobre la culpabilidad de Rusia en lo que la administración del presidente Joe Biden y la comunidad científica denomina “Incidentes Anómalos de Salud”.

"En este momento, reconocemos que no debemos permitir que las acusaciones tengan más peso que las pruebas", escribieron los miembros del Congreso al presidente Biden. "Sin embargo, el artículo de 60 Minutos presentó pruebas convincentes que merecen una mayor revisión", añadieron, de acuerdo a CBS News.

Entre los firmantes se encuentran la senadora republicana de Maine, Susan Collins, miembro de alto rango del Comité de Inteligencia del Senado; la senadora demócrata por New Hampshire, Jeanne Shaheen, miembro de alto rango de los Comités de Relaciones Exteriores y Servicios Armados; y el senador demócrata por Virginia, Mark Warner, presidente del Comité Selecto de Inteligencia.

"No hay mayor prioridad que la salud y la seguridad de los empleados del gobierno estadounidense y de sus familiares que comprometen sus vidas para promover los intereses de seguridad nacional de Estados Unidos", escribieron.

"Debemos hacer todo lo posible para protegerlos", afirmaron los legisladores.

Contradicciones entre la comunidad de inteligencia y la Casa Blanca

Una evaluación oficial de la inteligencia estadounidense publicada el año pasado encontró que era "muy improbable" que un adversario extranjero fuera responsable del Síndrome de La Habana.

El Síndrome de La Habana, llamado en un inicio “ataques sónicos” y ahora “Incidentes Anómalos de Salud” comenzó a reportarse entre miembros del personal diplomático estadounidense y canadiense estacionado en Cuba en 2016, lo que llevó a la evacuación de la mayor parte de los trabajadores de ambas embajadas.

Las víctimas afectadas informaron haber experimentado ruidos extraños y sensaciones de presión provenientes de una dirección específica. De acuerdo a sus testimonios posteriormente desarrollaron “síntomas debilitantes” como vértigo, migrañas y problemas auditivos y cognitivos. Muchos de los afectados han sido diagnosticados con lesiones cerebrales traumáticas.

El senador de Florida, Marco Rubio, vicepresidente del Comité de Inteligencia del Senado, también se ha pronunciado a favor de una revisión de las conclusiones de los informes sobre el Síndrome de La Habana.

Greg Edgreen, un teniente coronel del ejército ahora retirado que dirigió la investigación del Pentágono sobre los Incidentes de Salud Anómalos, dijo a 60 Minutes que siempre “hubo un nexo con Rusia” en los ataques.

“Sabes, si mi madre hubiera visto lo que yo vi, diría: 'Son los rusos, estúpido'”, dijo en el explosivo programa.

La investigación vinculó a una víctima, un agente del FBI, con trabajos relacionados con Rusia.

La Habana sale en defensa de Moscú

Poco después del reporte de CBS, en el que participaron también expertos de la publicación digital rusa The Insider y de la alemana Der Spiegel, el régimen cubano salió a defender a Rusia y a calificar la investigación como una “operación política” sin fundamentos.

Johana Tablada, subdirectora para Estados Unidos de la Cancillería cubana, tachó el trabajo periodístico de “propaganda” para reflotar “teorías conspirativas”, que intenta "presentar a Cuba como una amenaza para la seguridad nacional de Estados Unidos, aún cuando no se ponga a Cuba como el supuesto actor principal, pone al territorio cubano como la plaza que se presta para que potencias extranjeras puedan hacer actos contra Estados Unidos”.

“La reacción nuestra es de preocupación”, dijo en declaraciones a The Associated Press.

Cuba no fue mencionada como responsable ni como parte de los presuntos ataques contra oficiales estadounidenses en el reporte, que solo hace referencia a la inteligencia militar rusa.

“El Síndrome de La Habana no existe pues no está registrado (como una enfermedad)”, agregó Tablada, haciéndose eco de la respuesta oficial del régimen cubano desde el inicio de los reportes.

EEUU y Cuba abordaron cooperación policial y penal e intercambio de información en reunión bilateral

Autoridades de Cuba y EEUU supervisan una operación de repatriación. En la reunión de esta semana ambos países reiteraron la comunicación en tiempo real para detectar contrabandistas de personas o narcotraficantes.
Autoridades de Cuba y EEUU supervisan una operación de repatriación. En la reunión de esta semana ambos países reiteraron la comunicación en tiempo real para detectar contrabandistas de personas o narcotraficantes.

Funcionarios estadounidenses y cubanos sostuvieron este miércoles en Washington, D.C. una discusión a nivel de trabajo bilateral en materia de aplicación de la ley, incluido el tráfico de migrantes y el fraude migratorio.

“La reunión del 17 de abril fue una discusión a nivel de trabajo. Funcionarios de los Departamentos de Estado y Seguridad Nacional representaron a Estados Unidos”, dijo un funcionario del Departamento de Estado en un correo electrónico a Martí Noticias.

Añadió que “el objetivo principal de este intercambio técnico fue avanzar en las discusiones a nivel de trabajo entre Estados Unidos y Cuba”.

“La cooperación efectiva en asuntos penales puede incluir en ocasiones el intercambio de información, como información sobre fugitivos u otras personas buscadas, o comunicación en tiempo real entre la Guardia Costera de Estados Unidos y la Guardia Fronteriza cubana para detectar contrabandistas de personas o narcotraficantes”, dijo el funcionario.

Señaló que “estas discusiones no son una iniciativa nueva y no representan una nueva actividad diplomática entre Estados Unidos y Cuba” sino que son discusiones rutinarias a nivel de trabajo que se llevan a cabo en el marco del Diálogo más amplio sobre las fuerzas del orden entre Estados Unidos y Cuba.

Estados Unidos y Cuba celebraron su sexto diálogo sobre aplicación de la ley en febrero de 2024.

El funcionario subrayó que durante décadas, la Guardia Costera de los Estados Unidos y la Oficina de Seguridad Regional de la Embajada en La Habana han mantenido canales de comunicación a nivel de trabajo con el gobierno cubano para cooperar en temas de interés mutuo, como la migración irregular y los problemas de seguridad que enfrentan el personal diplomático y los ciudadanos estadounidenses en Cuba.

“Participar en estas conversaciones subraya el compromiso de Estados Unidos de mantener conversaciones constructivas con Cuba, cuando corresponda, para promover los intereses de seguridad de Estados Unidos”, expresó.

Asimismo dijo que “establecer y aumentar canales de cooperación policial para abordar mejor las amenazas transnacionales “no es a expensas de promover el respeto de los derechos humanos” y que “Estados Unidos integra las preocupaciones y protecciones de los derechos humanos en todas las interacciones con el gobierno cubano”.

El martes, se llevó a cabo una reunión entre funcionarios estadounidenses y cubanos sobre la migración, que según informó el Departamento de Estado a Martí Noticias, cubrió tendencias migratorias, migración irregular, retornos y repatriaciones de ciudadanos, funciones de la Embajada y otros temas relacionados”.

En su conferencia de prensa diaria, el vocero del Departamento de Estado, Matthew Miller, explicó que son discusiones bilaterales sobre migración que se realizan dos veces al año y “reflejan el compromiso de Estados Unidos de revisar periódicamente la implementación de los Acuerdos de Migración a Cuba de Estados Unidos, que datan de 1984, garantizando un acceso seguro, ordenado, humano y regular”.

“La migración entre Cuba y Estados Unidos sigue siendo un interés primordial de Estados Unidos, consistente con nuestro interés en fomentar la reunificación familiar y promover un mayor respeto a los derechos humanos y las libertades fundamentales en Cuba”, declaró Miller.

Por su parte, el Ministerio de Relaciones Exteriores de Cuba dijo en un comunicado el martes que en las conversaciones migratorias presididas por el viceministro Carlos Fernández de Cossío, la delegación cubana reafirmó "su disposición a cumplir y respetar, como hasta el presente, los compromisos establecidos y reiteró su preocupación por las políticas y medidas de estímulo a la migración irregular que se mantienen vigentes por decisión política del gobierno estadounidense”.

EEUU y Cuba discuten Acuerdos Migratorios; hablan este miércoles sobre aplicación de ley internacional

La Embajada de Estados Unidos en La Habana, Cuba, el 3 de marzo de 2022. (REUTERS/Amanda Perobelli)
La Embajada de Estados Unidos en La Habana, Cuba, el 3 de marzo de 2022. (REUTERS/Amanda Perobelli)

Después de las conversaciones de este martes sobre la implementación de los Acuerdos Migratorios entre Estados Unidos y Cuba, funcionarios de ambos países se reunirán el miércoles para discutir temas de interés bilateral en materia de aplicación de la ley internacional.

“Una mayor cooperación en materia de aplicación de la ley permite a Estados Unidos proteger mejor al pueblo estadounidense y la seguridad nacional y facilitar el procesamiento de los criminales ante la justicia”, señaló un funcionario del Departamento de Estado en un correo electrónico a Martí Noticias.

La cancillería estadounidense señaló que “como en conversaciones anteriores, las discusiones cubrieron tendencias migratorias, migración irregular, retornos y repatriaciones de ciudadanos, funciones de la Embajada y otros temas relacionados” y que “estas conversaciones ayudarán a promover una migración segura, ordenada y humana entre Estados Unidos y Cuba”.

En su conferencia de prensa diaria, el vocero del Departamento de Estado, Matthew Miller, explicó que son discusiones bilaterales sobre migración que se realizan dos veces al año y “reflejan el compromiso de Estados Unidos de revisar periódicamente la implementación" de estos acuerdos, que datan de 1984, garantizando una migración "segura, ordenada, humana y regular”.

“La migración entre Cuba y Estados Unidos sigue siendo un interés primordial de Estados Unidos, consistente con nuestro interés en fomentar la reunificación familiar y promover un mayor respeto a los derechos humanos y las libertades fundamentales en Cuba”, declaró Miller.

El Departamento de Estado dijo que la reunión de este martes para discutir los Acuerdos Migratorios incluyó a representantes de las Oficinas de Asuntos del Hemisferio Occidental, Asuntos Consulares, Población, Refugiados y Migración del Departamento de Estado; así como la Oficina de Estrategia, Políticas y Planes del Departamento de Seguridad Nacional, el Servicio de Inmigración y Control de Aduanas de Estados Unidos, la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza, la Patrulla Fronteriza, la Guardia Costera, los Servicios de Ciudadanía e Inmigración y la Embajada de Estados Unidos en La Habana.

Por su parte, el Ministerio de Relaciones Exteriores de Cuba (MINREX), dijo en un comunicado que en las conversaciones migratorias el viceministro de Relaciones Exteriores, Carlos Fernández de Cossío, presidió la delegación cubana.

“La delegación cubana reafirmó su disposición a cumplir y respetar, como hasta el presente, los compromisos establecidos y reiteró su preocupación por las políticas y medidas de estímulo a la migración irregular que se mantienen vigentes por decisión política del gobierno estadounidense”, dijo el MINREX.

La más reciente reunión sobre el tema se realizó el pasado 14 de noviembre, en La Habana, y fue la segunda sesión del 2023 de estas discusiones bilaterales sobre migración.

La sesión del martes fue la quinta ronda de conversaciones migratorias entre ambos países desde que la administración del presidente Joe Biden decidiera reanudarlas en abril de 2022, después de que su predecesor, Donald Trump, las interrumpiera y endureciera las sanciones contra el régimen de la isla.

La ronda de conversaciones ocurre en un momento en que Estados Unidos enfrenta el arribo sostenido de cubanos a su frontera sur con México. Solo en febrero pasado, la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP) documentó el arribo de 20.815 migrantes procedentes de Cuba, para un acumulado en el actual periodo fiscal (FY2024) de 106.949.

CBP informó además que más de 81.000 cubanos se han beneficiado con el parole humanitario hasta febrero de 2024, luego de que la administración Biden ampliara el programa en enero de 2023 para ciudadanos de Cuba, Haití y Nicaragua. De ellos, 79.000 ya habían ingresado a territorio estadounidense.

En el año fiscal 2023, un total de 5.253 cubanos fueron repatriados a la isla, en su mayoría desde Estados Unidos, en medio de una oleada migratoria sin precedentes que ha alcanzado cifras récords en los últimos años.

EEUU y Cuba discutirán esta semana sobre la implementación de los Acuerdos Migratorios

“Garantizar una migración segura, ordenada, humana y regular entre Cuba y Estados Unidos sigue siendo un interés primordial de Estados Unidos", dijo el Departamento de Estado. (AP/Eric Gay)
“Garantizar una migración segura, ordenada, humana y regular entre Cuba y Estados Unidos sigue siendo un interés primordial de Estados Unidos", dijo el Departamento de Estado. (AP/Eric Gay)

Funcionarios estadounidenses y cubanos se reunirán en Washington, D.C. este martes, 16 de abril, para discutir la implementación de los Acuerdos Migratorios entre Estados Unidos y Cuba, una serie de acuerdos bilaterales que datan de 1984.

“Garantizar una migración segura, ordenada, humana y regular entre Cuba y Estados Unidos sigue siendo un interés primordial de Estados Unidos, en consonancia con nuestro interés de fomentar la reunificación familiar y promover un mayor respeto por los derechos humanos y las libertades fundamentales en Cuba”, dijo un vocero del Departamento de Estado en un correo electrónico a Martí Noticias.

Si bien el vocero no ofreció detalles sobre lo que se discutiría, fuentes del Departamento de Estado han dicho en el pasado que las conversaciones representan una continuación de un compromiso de más de 30 años con Cuba en asuntos migratorios como estados vecinos.

La mas reciente reunión sobre el tema se realizó el pasado 14 de noviembre, en La Habana, y fue la segunda sesión del 2023 de estas discusiones bilaterales sobre migración.

La sesión del martes es la quinta ronda de conversaciones migratorias entre ambos países desde que la administración del presidente Joe Biden decidiera reanudarlas en abril de 2022, después de que su predecesor, Donald Trump, las interrumpiera y endureciera las sanciones contra el régimen de la isla.

La ronda de conversaciones ocurre en un momento en que Estados Unidos enfrenta el arribo sostenido de cubanos a su frontera sur con México. Solo en febrero pasado, la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP) documentó el arribo de 20.815 migrantes procedentes de Cuba, para un acumulado en el actual periodo fiscal (FY2024) de 106.949.

CBP informó además que más de 81.000 cubanos se han beneficiado con el parole humanitario hasta febrero de 2024, luego de que la administración Biden ampliara el programa en enero de 2023 para ciudadanos de Cuba, Haití y Nicaragua. De ellos, 79.000 ya habían ingresado a territorio estadounidense.

En el año fiscal 2023, 5.253 cubanos fueron repatriados a la isla, en su mayoría desde Estados Unidos, en medio de una oleada migratoria sin precedentes que ha alcanzado cifras récords en los últimos años.

Demócratas envían carta a Biden pidiéndole revisión de su política hacia Cuba

Una bandera cubana junto a una estadounidense fuera de la Embajada de Estados Unidos en La Habana. (AP/Ramon Espinosa, Archivo)
Una bandera cubana junto a una estadounidense fuera de la Embajada de Estados Unidos en La Habana. (AP/Ramon Espinosa, Archivo)

Una docena de organizaciones y cientos de demócratas cubanoamericanos y estadounidenses han firmado una carta dirigida al presidente de Estados Unidos, Joe Biden, en la que le cuestionan no haber cumplido sus promesas de campaña de regresar a las políticas de Barack Obama con Cuba.

"Su promesa de campaña de deshacer los estragos causados por la administración anterior a las familias cubanas fue uno de los principales factores por los que muchos de nosotros lo apoyamos. Si bien ha tomado medidas positivas menores, estamos profundamente molestos de que esté lejos de cumplir las promesas de su campaña de volver a las políticas de la era Obama sobre Cuba", recoge el documento.

Los firmantes dicen que aún esperan medidas que permitan el comercio y la inversión con el creciente sector privado de la isla, una libertad ilimitada para viajar a Cuba y una embajada en pleno funcionamiento en La Habana.

Además criticaron la continua designación de Cuba como patrocinador del terrorismo, que según opinaron, “impacta negativamente el bienestar de las familias y obstaculiza su acceso a los elementos básicos de vida cotidianos, operaciones financieras y plataformas digitales”.

"Estamos extremadamente decepcionados y consternados por su inacción, falta de coraje y sensibilidad para deshacer las drásticas e infundadas medidas ejecutivas impuestas por su predecesor. Causan un gran daño a la gente en Cuba y también aquí en los Estados Unidos. Con un simple gesto, se podrían revertir fácilmente estas políticas y poner fin al dolor y al sufrimiento", agrega la misiva, fechada el pasado 2 de febrero.

Para los firmantes, quienes permanecen en Cuba, incluido el creciente sector privado, están viendo sus medios de vida "gravemente afectados" por las sanciones impuestas a la isla.

La carta al presidente Biden cita una encuesta realizada en 2022 por la Universidad Internacional de la Florida (FIU) que señala que de los casi 1,5 millones de votantes cubanoamericanos, más de la mitad están consistentemente a favor de la normalización con Cuba y que el apoyo es abrumador entre los votantes demócratas y más jóvenes.

“Somos una mayoría relativamente silenciosa –aunque votante–, porque muchos de nosotros enfrentamos amenazas e intimidación por parte de la extrema derecha cubanoamericana, como resultado de nuestro apoyo a una política racional y humana hacia Cuba; el mismo que usted defendió durante su campaña de 2020”.

Además, instan al presidente a abordar la cuestión de la política de su administración hacia Cuba durante su campaña para la reelección, añadiendo que si eligiera prometer, una vez más, una nueva política de compromiso con la isla “seguirá ganando una proporción considerable” del voto de la comunidad cunaboamericana.

“Sabemos que las elecciones se ganan en los márgenes, y esto será importante no sólo en Florida, sino también en otros estados como Nevada, Nueva Jersey, Kentucky y Michigan, donde también viven y votan muchos inmigrantes cubanos. Más allá de la comunidad cubanoamericana, reflejamos las opiniones de una gran mayoría del pueblo estadounidense, que apoya la normalización con Cuba”, explican.

Los firmantes concluyen la misiva diciendo que volver a comprometerse con una política de acercamiento hacia Cuba le ofrece a Biden las mejores posibilidades de recibir votos de una de las comunidades latinoamericanas con mayor participación electoral y que contribuiría a reducir la inmigración ilegal.

La carta está abierta a firmas en la página web de la Alianza por el Compromiso y el Respeto de Cuba, ACERE.

La actual administración ha reiterado que su política se basa en dos principios: el apoyo a la democracia y los derechos humanos, y que los estadounidenses, en especial los cubanoamericanos, son los mejores embajadores de la libertad en Cuba.

El éxodo masivo de cubanos llevó a la reanudación de las conversaciones migratorias, interrumpidas por Donald Trump. Entre las iniciativas aprobadas por Biden está la ampliación del programa de parole humanitario para Cuba.

Durante su mandato, Biden también autorizó la reanudación de los vuelos al interior de la isla y anunció medidas para apoyar al emergente sector privado cubano.

En enero, el subsecretario Adjunto de la Oficina de Asuntos del Hemisferio Occidental, Eric Jacobstein, dijo que “la expansión orgánica del sector privado cubano es una oportunidad que no debe desperdiciarse”.

El 12 de enero de 2021, Estados Unidos designó a Cuba como Estado Patrocinador del Terrorismo tras determinar “que brindó apoyo reiteradamente a actos de terrorismo internacional al otorgar refugio seguro a terroristas”.

El régimen de La Habana había sido designado previamente como Estado Patrocinador del Terrorismo en 1982, debido “a su larga historia de brindar asesoramiento, refugio seguro, comunicaciones, entrenamiento y apoyo financiero a grupos guerrilleros y terroristas individuales”.

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