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Una visión empresarial de la visita del Papa a Cuba


El papa Francisco llega a Estados Unidos
El papa Francisco llega a Estados Unidos

"Con algo más de 2000 años de fundada y con más de 2.2 mil millones de clientes en todo el planeta, la Iglesia católica es sin duda la empresa más grande que ha pisado tierras cubanas en los últimos años".

Me comentan que en la reciente visita del Papa a Cuba se dio como tarea del Partido Comunista crear grupos de “confiables” para que fueran a misas y a recepciones del papa Francisco, máximo representante de la Iglesia católica apostólica y romana.

También me comentan que a algunos de los políglotas del partido les pidieron que crearan carteles en inglés para que “esa prensa perversa de Estados Unidos capte de forma clara y concisa nuestra calurosa acogida del máximo pontífice”. Uno de aquellos carteles leía: “Welcome Potato to Cuba”.

La reciente visita del papa Francisco a Cuba y la consecuente llamada a la acción por parte del Partido Comunista tomó por sorpresa a algunos militantes, que no entendieron bien y algunos con nombres “célebres” hasta se negaron a asistir a las congregaciones eclesiásticas.

Dicha visita coincide con la clara intención del gobierno de mostrar que Cuba está “open for business”. Cuba está preparándose para abrirse a los negocios americanos, y varios ejecutivos de empresas importantes ya han estado explorando sus oportunidades en la isla con más potencial en el Caribe.

Entre las empresas con más interés de penetración en Cuba está una de las más antiguas y exitosas del planeta. Con algo más de 2000 años de fundada y con más de 2.2 mil millones de clientes en todo el planeta, la Iglesia católica es sin duda la empresa más grande que ha pisado tierras cubanas en los últimos años.

Tres de sus presidentes (Papas) han visitado la isla solo en busca de lo mismo que el resto de los pretendientes de otras empresas, expansión.

Quieren escuelas privadas católicas para extender su clientela en la isla, quieren medios de prensa independientes para mantener sus campañas de promoción llegando con frecuencia y frescura a las nuevas generaciones y por supuesto, quieren estar más cerca del poder para consolidar su agenda.

Aún sabiendo esto, hay quienes se preguntan, ¿por qué el papa Francisco no se reunió con los disidentes? ¿Really?

El objetivo de la visita del Papa a Cuba fue avanzar la agenda de su empresa en la isla. Punto. Todo lo que pueda comprometer esto debe quedar fuera.

Hasta aquí todo parece lógico desde el punto de vista empresarial. ¿Realmente alguien se imaginó o se preguntó por qué Erich Smith, presidente de Google, no se reunió con Berta Soler? Por supuesto que no.

Hay un solo problema con esta lógica. El producto que vende la Iglesia católica es pasión por los desposeídos, por los pobres y los marginados, por los aplastados y oprimidos sin mirar la causa de sus pesares, la causa de su desdicha.

Pero el Papa los ignoró en Cuba. No visitó una cárcel. No preguntó por un grafitero que lleva meses soterrado en una de las catacumbas del régimen por solo proponer un proyecto anti-régimen. No visitó los barrios marginados del país, ni se arriesgó a condenar el vandalismo de los actos de repudio que por más de 50 años han representado la violencia orquestada por el régimen en contra de sus oponentes.

Los que hemos estudiado la anatomía de las empresas capitalistas globales como lo es la Iglesia católica, pudiéramos entender la estrategia del papa Francisco en Cuba.

El problema con esa estrategia es que desmoraliza parte de su producto que es la compasión con los desposeídos o el amor al prójimo.

Le deseo al presidente Francisco el más sincero éxito en su expansión en Cuba. Mi único consejo: cambia de estrategia o cambia de producto. En este momento me parecen incompatibles.

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