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Salud pública en Cuba, entre "misiones", rabia, dengue y chikungunya


Los servicios médicos han sido una tabla de salvación para el gobierno de Cuba, con un severo déficit de exportación de bienes en su balanza comercial.
Los servicios médicos han sido una tabla de salvación para el gobierno de Cuba, con un severo déficit de exportación de bienes en su balanza comercial.

Lo peor es que mientras se envían miles de médicos cubanos al exterior, se descuida la salud interior.

El Ministerio de Salud Pública de Cuba cumplió 105 años de creado. Felicidades, personalmente considero que la salud es el más preciado patrimonio inmaterial con que cuenta el ser humano. Debería ser considerado un derecho para todos los ciudadanos del mundo y una responsabilidad de cada Estado.

Es triste saber que a pesar del amplio arsenal y el enorme desarrollo con que cuenta la medicina mundial, casi 10 millones de infantes y mujeres embarazadas mueren prematuramente cada año por causas que, en gran medida, pudieran ser evitables. Tan poderosa razón, me lleva a aplaudir la colaboración que, en materia médica, el MINSAP y los galenos cubanos, brindan en diferentes países.

Ignorar esto sería una forma de ceguera; pero claro, porque siempre hay un porqué, no debemos olvidar que detrás de este actuar tan ferozmente bondadoso, la salud tiene además un carácter conquistador.

Enviar médicos al mundo es una encantadora y muy sabia manera de crear un ejército de fieles integrado por personas agradecidas. Por cada paciente curado, hay mucho más que un ser humano satisfecho. Se me hace un falso altruismo que va en busca de luces, de flores, de aplausos y de seguidores.

Es una forma sutil de manipular la opinión de cada paciente atendido, de sus amistades, conocidos y familiares, para capitalizar su lógico y sincero agradecimiento. Es invertir en publicidad para proporcionar en pastillas los ideales “revolucionarios”. Triste paradoja, porque tal desempeño es mucho más que un simple acto de caridad; es una cruda estrategia para aumentar la influencia del gobierno de Cuba en América y el mundo, o para cambiar la correlación de fuerzas en determinadas zonas del planeta.

Ahora mismo, con el propósito de silenciar a los estudiantes que día a día protestan en las calles de Venezuela, promover votos a favor del gobierno imperante; el presidente Nicolás Maduro, con franca pérdida de popularidad, le pidió a su homólogo cubano incrementar, dentro de los próximos 45 días, el personal de la misión médica con una nueva campaña llamada “Barrio adentro pero bien adentro”, para la cual se prevé poner consultorios médicos en lugares de difícil acceso con la ayuda del ejército, de alcaldías y líderes comunitarios.

Calendario de asambleas para impulsar Misiones y Grandes Misiones

El documento muestra el calendario de asambleas con la comunidad para reimpulsar el sistemas de Misiones y Grandes Misiones
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En esta nueva pachanga de salubridad politizada, los médicos cubanos se enfrentarán a escenarios muy adversos, y no porque se trata de llegar a localidades en las que reina la extrema pobreza, sino porque en estas zonas – según el informe que posee el MINSAP de La Habana – no hay garantías de seguridad para el personal médico que mal vivirá en carpas donde ni siquiera existen condiciones adecuadas para almacenar medicamentos. No obstante, este mes de junio será "el mes de las misiones" con el lanzamiento y el "relanzamiento" de programas sociales para comprar votos y mangonear esperanzas.

De todo esto, lo peor es que mientras se envían miles de médicos cubanos al exterior, se descuida la salud interior. Hace unos días, el grupo de higiene y epidemiología de Ciudad Habana emitió una alerta que han intentado esconder; pero por más que persistan en regular el contenido a la prensa nacional sometida a la constante censura; “Cuando la prensa calla, las paredes hablan”. Se rumora por los pasillos del Ministerio de Salud Pública, sobre la reciente detección de al menos dos casos de una enfermedad que hace muchísimos años estaba erradicada en la isla, la rabia en humanos trasmitida por hurones, murciélagos y/o perros callejeros.

Cuando yo lo digo; el libro de la Revolución debería titularse “55 años de mentira y perversión”.
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    Juan Juan Almeida

    Licenciado en Ciencias Penales. Analista, escritor. Fue premiado en un concurso de cuentos cortos en Argentina. En el año 2009 publica “Memorias de un guerrillero desconocido cubano”, novela testimonio donde satiriza  la decadencia de la élite del poder en Cuba.

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