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Lo que dicen sobre Cuba y por qué me enloquece


Dos niños posan frente a una casa en ruinas en Santiago de Cuba. EFE
Dos niños posan frente a una casa en ruinas en Santiago de Cuba. EFE

Sólo un estudiante de los 25 a quienes les pregunté en el Campus de la Universidad de Georgetown me mencionó la opresión y los Derechos Humanos, escribe la autora.

Yo solía pensar que mucha gente aquí en Georgetown ignoraba la situación de Cuba por estar mal informada, ello de acuerdo a conversaciones anteriores que he sostenido en el Campus. Al igual que un día durante el pasado semestre, cuando una amiga me dijo: "No puedo esperar para ir a Cuba antes de que se convierta en demasiado turístico". Yo no puedo imaginar a alguien esperando para visitar un lugar donde el régimen le causó tanto dolor a mi familia.

Entonces, ayer escuché a un estudiante decir que Leo espera "hacerse una foto al lado de un coche de época en La Habana", durante las vacaciones de Navidad, cuando visite Cuba. Luego le preguntó a su amigo lo que debiera escribir como título en Instagram. Yo estaba insultada.

Pero he llegado a saber que no es necesariamente culpa de la gente que Cuba se anuncie como un paraíso turístico de algún tipo. El conocimiento de la mayoría de la gente sobre Cuba se basa únicamente en lo que difunden los medios de comunicación. En los últimos meses, los medios de comunicación –junto con el Gobierno cubano– han idealizado la isla, poniendo de relieve los aspectos "atractivos" de la cultura, como la histórica ciudad de La Habana y la hermosa playa de Varadero.

Una casa sin techo tras el paso de un huracán, en el poblado pinareño de Los Palacios. EFE
Una casa sin techo tras el paso de un huracán, en el poblado pinareño de Los Palacios. EFE

Así que la semana pasada les pregunté a los estudiantes en el Campus: "¿Cuál es la primera palabra que les viene a la cabeza cuando piensan en Cuba?".

Ellos respondieron con imágenes tales como la Crisis de los Misiles, bailar salsa, arroz y frijoles negros, Fidel Castro, la Bahía de Guantánamo, el Che Guevara, las hermosas playas, la cultura, el turismo, el paraíso del turista, la historia, el comunismo, colores vibrantes, las vacaciones de primavera y la moda.

Sus respuestas no me sorprendieron en absoluto. Lo que me sorprendió fue que sólo un estudiante de los 25 a quienes les pregunté me mencionó la opresión y los Derechos Humanos. Me dijo: "Aunque no estoy del todo al día con la situación actual en Cuba, soy consciente de que la gente de allí no tiene muchos derechos".

Fue bueno saber que hay estudiantes que son conscientes de la situación actual. La mayoría de la gente no sabe que las personas promedio en Cuba reciben una libreta de racionamiento para su ración de comida, no tienen libertad de expresión o de religión, y son encarceladas por estar en desacuerdo con el Gobierno. Ni siquiera pueden expresarse a través del arte o la música sin ser detenidos. Es como arrestar a Hoyas for Choice (una agrupación de estudiantes de la Universidad de Georgetown a favor de los derechos de la mujer) en la Plaza Roja de Moscú por ser "demasiado controvertido". Eso nunca sucedería.

Un opositor es detenido por la policía. Reporta Cuba.
Un opositor es detenido por la policía. Reporta Cuba.



Ayer, mientras estaba sentada en Lau 2, les pregunté a tres chicas si pensaban que el cubano tenía acceso a internet. Una de ellas me dijo: "Por supuesto que tienen acceso a internet. Estamos en el siglo XXI".

Pero la triste verdad es que el cubano promedio no tiene acceso a internet a menos que pague $2 por hora en un cibercafé del Gobierno. Y sí, estamos en el siglo XXI.

Imagine que es un adolescente en Cuba sin Facebook, Instagram y Google. Probablemente no podrá funcionar. Así que ¿por qué nadie habla de que no existen los Derechos Humanos en la isla hoy, ni han existido durante los últimos 50 años? Es porque simplemente no saben. La gente no conoce la realidad de Cuba, y esto tiene que cambiar.

Crecí en un hogar cubano anticastrista y a favor de la libertad, donde escuchar cosas como: "Nuestra libertad se gana, no se da", "un día vamos a poner un pie en una Cuba libre" y "siempre hay que seguir adelante, adelante, adelante" era la norma. Mi abuelo se fue de Cuba y vino a Estados Unidos, donde se convirtió en lechero. Ese no era su trabajo ideal, pero lo hizo con el fin de ser libre, algo que él sabía que no sería si se quedaba en Cuba.

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Mi abuelo, exiliado en Estados Unidos, más tarde fundó la Fundación Nacional Cubano Americana, que se dedica a promover la democracia en Cuba. Es por eso que escuchar cosas como "no sé mucho sobre el país, ¡pero he oído que tienen buena comida!" realmente me irrita.

El Gobierno de Castro ha despojado a personas inocentes de sus Derechos Humanos y nada ha cambiado desde entonces. La única cosa que ha cambiado, según el tipo sentado detrás de mí la semana pasada en Sweetgreen, es que Cuba será ahora uno de los destinos más calientes de 2016.

Los cubanos, especialmente los jóvenes, tienen el anhelo de una conexión con el mundo exterior. Hasta el momento sólo han experimentado la prohibición. Cuantas más personas sean conscientes de la realidad de Cuba, más cercano estará el momento de que Cuba consiga la libertad.


Vamos, Georgetown, es hora de que se huela el café cubano y obtener una bocanada de la realidad de los cubanos que se han quedado atascados en el tiempo, en un túnel comunista, y le toca a nuestra generación ayudarlos. Cuba no está construida para servir a su pueblo: la mayor parte de sus edificios ni siquiera puede ponerse en pie. Cuba está construida para servir a los extranjeros que están poniendo dinero de los turistas en las manos del Gobierno. Así que... ¿Cuba es un paraíso para quién? Para todo el mundo, excepto para su propio pueblo.

Espero que la próxima vez que le pregunte a alguien acerca de Cuba, no sean los cigarros y los coches clásicos las primeras cosas que le vengan a la mente.

[Este artículo fue escrito por Gabriella Mas, nieta del fundador de Radio y TV Martí, Jorge Mas Canosa, y fue publicado originalmente en The Tab bajo el título: What Georgetown students say about Cuba and why it drives me crazy]

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