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Cuba

El reclamo de bienes estadounidenses en Cuba se anima 56 años después

Bandera de Estados Unidos en un balcón cubano.
Bandera de Estados Unidos en un balcón cubano.

Muchos políticos y empresas de EEUU harían borrón y cuenta nueva pero los ciudadanos comunes insisten en este reportaje de AP en que deben ser compensados.

Un aroma a café viene de la cocina mientras Carolyn Chester revisa fotos viejas que saca de cuatro cajas en la mesa del comedor. Amigos tomados de los brazos en una playa cubana. Hombres con trajes y mujeres con vestidos de fiesta en un nightclub de La Habana.

En todas las fotos aparecen un hombre elegante con un bigote con algunas canas y una mujer de cabello negro con las cejas arqueadas como las de una estrella de cine de los años 50 –el padre y la madre de Chester– que sonríen ante su buena fortuna, sin saber que pronto los abandonaría.

"Esa vida ya no existe", comenta Chester. "Siempre oí hablar de Cuba... de todo el dinero que perdimos y de que 'tal vez algún día...', pero no entendía de qué hablaban".

Ahora, casi 60 años después y a 2.300 kilómetros (1.500 millas) de distancia, ese día podría estar cerca para Chester y muchas otras personas como ella. Para que se haga realidad, no obstante, una nueva diplomacia, que todavía no ha sido ensayada, tendrá que ajustar viejas cuentas.

Poco después que Fidel Castro tomó el control de Cuba en 1959, su gobierno comenzó a confiscar propiedades de miles de ciudadanos y empresas estadounidenses. En el caso de Edmund y Enna Chester, las pérdidas incluyeron una hacienda 32 hectáreas con animales y un Buick nuevo que, ¿quién sabe?, todavía podría estar circulando por las calles de La Habana.

La confiscación de propiedades estadounidenses por un valor ajustado de $7.000 millones se produjo en el marco de una serie de marchas y contramarchas que desembocó en un embargo comercial estadounidense que sigue en vigor. En 1996 el Congreso aprobó una ley que estipula que Cuba deberá compensar a los estadounidenses por lo que les confiscó para que se levante el embargo.

Ese requisito no fue mencionado por el presidente Barack Obama cuando anunció en diciembre que Estados Unidos y Cuba reanudarían sus lazos diplomáticos. Dada la fragilidad de la economía cubana, algunos expertos dicen que las empresas cuyas propiedades fueron confiscadas podrían darse por satisfechas si se les permite volver a operar allí y darían vuelta la página.

Pero la memoria de las empresas no es tan grande como las de las familias. Eso queda claro en sitios como la pequeña vivienda de Chester en Omaha, en un lote esquinero, donde un retrato pintado de su madre, con un marco dorado, observa los amarillentos títulos de propiedad y las acciones que hoy no valen nada. Son recordatorios de la Cuba que existió antes de la llegada de Castro. Y la amargura generada por lo que vino después aún sigue presente.

En las oficinas de una dependencia federal poco conocida hay más de 5.900 reclamos de muebles, fábricas, ropa y vehículos que alguna vez pertenecieron a estadounidenses en Cuba. Detrás de cada reclamo hay una historia, una vida que quedó atrás.

La historia de Edmund Chester comenzó poco después de que fue dado de baja por el ejército y regresó a su casa en Louisville, Kentucky, donde consiguió un trabajo como periodista de un diario. En sus horas libres aprendió por su cuenta a hablar español y en 1929 fue contratado por Associated Press, que lo envió a La Habana.

Chester pasó la década siguiente informando desde todo el Caribe y América Latina. Su trabajo denotaba su amor por Cuba, cuya música y arte llenaron su casa hasta su muerte, y dio lugar a dos relaciones clave.

La primera nació cuando cubrió en 1933 una revuelta que puso a un antiguo sargento, Fulgencio Batista, a cargo de las fuerzas armadas cubanas. Dos décadas después, cuando Batista era el dictador de Cuba, le encomendó a Chester –quien por entonces era un amigo cercano y compañero de pesca, y no ejercía el periodismo– que escribiese una biografía autorizada, con una foto de los dos sonriendo en la tapa.

La segunda relación surgió en 1939, cuando Chester fue a Chile para cubrir un terremoto y vio a Enna, 20 años más joven que él, en la piscina de un hotel. Años después, recuerda su hija, la pareja bailaba en su casa de Mount Dora, en la Florida, al compás de "Bésame". "El seguía muy enamorado de ella", cuenta Carolyn Chester.

En 1940 CBS contrató a Chester como jefe de sus transmisiones para América Latina. En CBS Chester llegó a ser director de noticias y de eventos especiales de la cadena y trabajó en Nueva York con el legendario Edward R. Murrow.

Volvió a Cuba en 1951 y compró una cadena de radios en una isla donde empresas estadounidenses dominaban la economía. La Habana era un imán para los estadounidenses, incluidas celebridades como Frank Sinatra y Marlon Brando, que iban allí a divertirse. "Cuba era un cabaret, un casino, un sitio donde tomar sol", dice Louis Pérez, historiador de la Universidad de Carolina del Norte. "¡Muchacho, cómo cambiaron las cosas!".

Chester vendió las radios después de unos pocos años y su creciente familia seguía dividiendo su tiempo entre un departamento desde el cual se veía la bahía de La Habana y una casa en construcción en el centro de la Florida.

Abrió una agencia de relaciones públicas en La Habana y cuando llegó un equipo de Hollywood para filmar la película The Sharkfighters, Chester los llevó a lo que por entonces se llamaba Isla de los Pinos, frente a la costa sur. Poco después Chester compró una granja de 30 hectáreas en la isla, donde alguna vez hubo tantos estadounidenses que se fundó una escuela para ellos. En 1957 Chester compró acciones de la empresa telefónica cubana por valor de $250.000.

El asesor de Batista, a quien también le redactó discursos, empezó a inquietarse cuando los rebeldes de Castro comenzaron a ganar terreno.

"Preciosa, acabo de colgar el teléfono después de hablar contigo y me di cuenta de que estabas preocupada", le escribió a su esposa desde La Habana en julio de 1958, semanas después del nacimiento de Carolyn. "Estoy de acuerdo en que deberíamos irnos de Cuba lo antes posible".

Cuando se reunió con su familia en la Florida tres días antes de la Navidad, todavía tenía negocios en Cuba. Pero, pocos días después, Batista huía del país y el 1 de enero de 1959 las fuerzas de Castor tomaban el control.

En los primeros meses del gobierno de Castro, muchos funcionarios estadounidenses pensaron que era alguien con quien se podía trabajar. Pero cuando la Unión Soviética empezó a enviar petróleo a Cuba, Estados Unidos ordenó a las refinerías de la isla –que eran propiedad de firmas estadounidenses y de otros países– que no procesasen el crudo de su gran enemigo de la Guerra Fría.

Entonces, el Gobierno cubano se apropió de las refinerías. El Gobierno de Dwight Eisenhower respondió eliminando las protecciones a los precios del azúcar cubano, que generaban el 90% de las divisas fuertes de la isla. Cuba nacionalizó las principales haciendas y para cuando el presidente John F. Kennedy impuso el embargo, ya había confiscado una cantidad de propiedades.

Librado a su suerte, Edmund Chester buscó la forma de sostener a su familia. No había contemplado una jubilación temprana, le escribió a un amigo en 1965.

Los Chester no estaban solos. A lo largo de la década del 60, la Comisión de Reclamos del Extranjero (FCSC, siglas en inglés) recibió miles de reclamos de propiedades confiscadas en Cuba.

Las más grandes eran de empresas como la Cuban Electric Company, dueña de una planta eléctrica confiscada de $268 millones. Luego de numerosas fusiones, el reclamo está hoy en manos de Office Depot.

La mayoría de los 5.900 reclamos aprobados, sin embargo, eran de individuos y familias.

Luther Coleman era un empresario de Detroit que se radicó con su familia en la Isla de los Pinos en 1952. Compró allí 1200 hectáreas de tierra. Su hija Nancy Luetzow, quien tenía ocho años cuando se fue a Cuba y que hoy vive en Hillsdale, Michigan, dijo que su padre convenció a su madre de que se fuesen. "Esta es nuestra oportunidad de vivir en el paraíso, le dijo". El valor de los bienes de la familia reclamados es de $173.000.

Roy Schechter nació en Cuba y tenía doble nacionalidad. Su familia había emigrado algunos años antes y había fundado una sinagoga en La Habana. Schechter se casó y llevó a su esposa estadounidense, Lois, a la isla.

En 1960 la pareja se dirigió en auto a la granja de la familia de 5.000 hectáreas para pagar los sueldos y fue recibida por soldados que le dijeron que la hacienda ya no les pertenecía. Cuando la pareja se fue de la isla en un ferry a Cayo Hueso poco después, Lois escondió su anillo de bodas y algunas joyas adentro de un pañal manchado con extracto de vainilla con la esperanza de que los funcionarios cubanos no revisasen demasiado.

Antes de irse, le pagaron a todos sus empleados, convencidos de que algún día volverían. Pero Roy Schechter pasó al resto de sus días trabajando en una zapatería de Nyack, Nueva York, propiedad de su suegro. Entre las pérdidas de los Schechter, además de la hacienda, figuran una casa colonial española de 17 habitaciones en La Habana que había sido de su madre y que hoy alberga la embajada china.

Su hija Amy Rosoff, quien comparte una casa con su madre en Saratoga Springs, Nueva York, cuenta que su padre les recordaba constantemente acerca del reclamo. "Me encantaría recuperar la casa de mi abuela", dijo Rosoff, "porque es una historia que nos han arrebatado".

Expertos en el tema difieren en torno a la validez de los reclamos, que están amparados por las leyes internacionales.

"Hoy por hoy, lo único que hay son los recuerdos más que nada", dice Robert Muse, abogado de Washington que representa a compañías con reclamos. "Para muchos, luego de ser desposeídos (de sus propiedades) crean un mundo idealizado que tal vez no existió realmente".

Sin embargo, Mauricio Tamargo, presidente de la comisión de arreglos hasta el 2019 y hoy abogado que representa a personas con reclamos, dijo que las confiscaciones produjeron perjuicios permanentes a familias estadounidenses.

"Muchas jamás se recuperaron económicamente", sostuvo Tamargo. "Tu sabes, nadie jamás pensó que pasarían 50 años y no habrían sido compensados".

A los 60 años, Edmund Chester tenía tres hijos pequeños y no podía darse el lujo de jubilarse. Pero una fuerte helada destruyó sus cultivos de citrus. Los reemplazó con duraznos, que también perecieron. Con los últimos ahorros que le quedaban, se dedicó a criar pollos. "La granja de pollos fue un desastre financiero", dice su hijo Edmund Jr. "No me di cuenta lo mal que estaban las cosas hasta que revisé los archivos y aparecieron todos los documentos legales. El proveedor de alimentos, el banco hipotecario, todos estaban detrás suyo".

El estrés hizo mella en Chester, cuyas facultades mentales estaban diluyéndose. Les dijo a sus hijos que temía que los hombres de Castro lo iban a matar y les enseñó a usar armas. Se despertaba gritando en medio de la noche.

Esos temores tenían sus fundamentos. Una noche de 1958, la hija mayor de Chester, Patricia, nadaba en la piscina detrás de la casa con unos amigos cuando escucharon unos ruidos fuertes en medio de la oscuridad. "Al principio pensamos que era el caño de escape" de algún auto que pasaba, recuerda una amiga, Jean Stoothoff. Pero eran disparos a lo largo de toda la propiedad, agrega. Edmund Chster y dos guardias salieron con sus armas.

"Tenía una (pistola) calibre 38. No sé dónde la guardaba, pero cada vez que aparecía alguien que no conocía, se la ponía en su bolsillo trasero al ir a recibirlos", relata su hijo.

Antes de morir en 1975 a raíz de una serie de derrames, el viejo Chester seguía esperanzado en recibir compensaciones por la confiscación de propiedades "tan rápida, tan violenta y tan completa". Por años después de su muerte, Enna Chester recortó y guardó artículos sobre reclamos de estadounidenses que perdieron propiedades en Cuba. Pero tuvo que vender la tierra alrededor de su casa para pagar las cuentas.

Carolyn Chester, cuyo padre falleció cuando ella tenía 15 años, dijo que las pérdidas de las que tanto hablaban sus padres no la impresionaron mucho hasta los 20 años, en que ella y su madre fueron a comer con un ejecutivo bancario. Cuando se iban, el hombre las llamó a un lado y le dijo que algún día se reanudarían las relaciones entre Estados Unidos y Cuba y que ellas podría recibir algún dinero.

Al morir su madre en el 2001, lo único que le quedó a Carolyn Chester fueron rollos de películas viejas y una gran cantidad de papeles y de cuentas impagas.

Cuando se fue a Omaha con su familia en el 2006, consiguió trabajo en la oficina de admisiones de la facultad de Medicina de la Creighton University, donde le mostró a su compañeros fotos de su familia en Cuba. Un día una colega le comentó al pasar que había escuchado que estudiantes y profesores de la facultad de Derecho estaban investigando reclamos de propiedades confiscadas en Cuba. ¿Castro no se había quedado con las tierras de la familia?

Hace una década, la noción de una Cuba sin Fidel comenzó a parecer una posibilidad. "Fidel se ve enfermo y el Gobierno de (George W.) Bush decide que si algo pasa en Cuba, hay que tener un plan listo", expresó Michael Kelly, profesor de Derecho en Creighton.

El Gobierno encargó varios estudios, incluido uno sobre las propiedades confiscadas y otros sobre los reclamos. Un grupo de Creighton fue el vencedor, a pesar de estar tan lejos del vórtice de emociones que envuelve las relaciones cubano-estadounidenses y que se centra sobre todo en el sur de la Florida.

Los profesores reclutaron estudiantes y pasaron una semana estudiando viejos reclamos hechos en Washington. Dos profesores viajaron a Cuba e inspeccionaron viviendas y negocios mencionados en los reclamos. Comprobaron que los nombres de las calles habían cambiado y que algunos edificios se encontraban en muy mal estado, mientras que otros habían desaparecido.

"Cada uno cuenta una historia", dice el profesor de Ciencias Políticas Rick Witmer, señalando hacia los archivos de un banco de datos de una computadora que armó a partir de los detalles de los reclamos. Un archivo habla de una familia que perdió obras de arte y los muebles de la casa. Otro de una fábrica de cigarrillos. "Esta es la vida de la gente, cosas que perdieron. Y no será posible recomponer esto".

Las leyes estadounidenses, no obstante, le exigen al Gobierno que lo intente. El embargo comenzó con una directiva presidencial. Pero en 1996, en medio de grandes tensiones derivadas del derribo de dos aviones de exiliados cubanos que tiraban panfletos sobre la isla, el Congreso aprobó la ley Helms-Burton, que estipula que el Congreso es el único que puede levantar el embargo.

"El Congreso opina", dice la ley, "que la satisfactoria resolución de los reclamos de propiedades... sigue siendo una condición esencial" para la reanudación total de relaciones entre los países.

La revisión de los reclamos aprobados ofrece un panorama de una era en la que Cuba concentraba mucha riqueza estadounidense. Hoy, los principales reclamos, de empresas como Exxon y Coca Cola, podrían resolverse si el Gobierno cubano les da el derecho a operar en Cuba, dice Kelly. Pero las otras personas que tienen reclamos tienen que hacerse la idea de que el país simplemente no tiene el dinero para compensarlos, acotó.

"Cuando se abra la economía cubana, tendremos la bancarrota más grande del siglo XXI a 90 millas (145 kilómetros) de nuestras costas", dijo Kelly. "Tenemos que ser ingeniosos para hacer desaparecer esos reclamos".

En el 2007, los profesores de Creighton ofrecieron una conferencia de prensa para dar a conocer los resultados de sus investigaciones de los reclamos y dijeron que lo más probable es que se recuperen entre tres y cuatro centavos por dólar perdido.

A las personas que tenían reclamos se les había venido diciendo que sus pérdidas serían ajustadas a la inflación. Los $1.900 millones confiscados en los años 60 equivaldrían a mucho más hoy, al menos en los papeles.

La perspectiva de que las pérdidas de Chester, que alguna vez fueron calculadas en $489.000, sean devaluadas ofusca a Carolyn Chester. Y cuando un inversionista la llamó proponiéndole comprar su reclamo por una suma mucho más baja, directamente se enfureció.

Divorciada, con un hijo adolescente, Chester se ha pasado horas estudiando los archivos de la familia. Recabó información, tratando de comprender cómo puede ser que, con tantas empresas no estadounidenses que invierten en Cuba, su Gobierno pueda ofrecer compensaciones tan escasas. Revisó artículos sobre Cuba y desmintió comentarios de lectores que decían que los estadounidenses que vivieron en la isla eran mafiosos que recibieron su merecido. "Se ha metido en esto", dice su hermano, "y se aferra a esto como un pit bull".

En diciembre, Chester escuchó que Obama iba a hacer un pronunciamiento sobre Cuba y pidió el resto del día libre. De vuelta en su casa, encendió el televisor debajo del retrato de su madre y escuchó atentamente al Presidente cuando habló de revisar una "política rígida, basada en eventos que tuvieron lugar antes de que la mayoría de nosotros hayamos nacido".

Para Chester, el discurso confirmó que los políticos y las empresas quieren dar vuelta la página y se alegrarían si desaparecen los reclamos. Pero no pueden ver lo que ella hace desde la sala de estar de su casa, donde tiene una pila de documentos relacionados con Cuba en una mesita.

Fidel Castro no se quedó con las propiedades solamente, dice Chester. Se llevó la seguridad financiera de sus padres, el bienestar de su familia, la salud de su padre y toda posibilidad de una herencia que pueda reparar los escalones rajados de su puerta. 56 años después, dice, "no voy a permitir que me despojen de nuevo".

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Familiares de un grupo de balseros cubanos piden ayuda para que no sean devueltos a la isla

En un video filmado desde su pueblo en Chambas, Ciego de Avila, los familiares de los balseros cubanos pidieron ayuda para que estos inmigrantes no fueran devueltos a la isla.
En un video filmado desde su pueblo en Chambas, Ciego de Avila, los familiares de los balseros cubanos pidieron ayuda para que estos inmigrantes no fueran devueltos a la isla.

Un grupo de familiares de 18 balseros cubanos que llegaron a Estados Unidos están pidiendo ayuda para localizarlos y que no sean devueltos a la isla.

“Ellos salieron desde el viernes en una embarcación rústica hacia Estados Unidos y desde entonces no sabíamos nada de ellos. Ayer salió una noticia de una embarcación que llegó a una isla deshabitada pero no hemos sabido nada”, dijo a Martí Noticias Yunisleidys Borroto, esposa de uno de los migrantes.

“Pienso que fueron ellos los que llegaron, pero nadie nos ha llamado y hemos pedido ayuda a muchas personas y nadie nos dice nada. No como ni duermo. Tengo una niña pequeña y estoy desesperada”, añadió.

De acuerdo con los testimonios de los familiares, la embarcación salió de Ciego de Ávila hacia Estados Unidos.

Familiares de balseros cubanos piden que no los regresen
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El jefe de la Patrulla Fronteriza en el Sector Miami, Samuel Briggs II, publicó en su cuenta de X las imágenes de una embarcación rústica en la que viajaron 18 inmigrantes cubanos, quienes “fueron rescatados tras tocar tierra en una isla deshabitada en los Cayos de la Florida”.

El mismo oficial informó que durante el fin de semana, las autoridades fronterizas hallaron a otros 21 inmigrantes cubanos, quienes inmediatamente fueron puestos bajo custodia de la Patrulla Fronteriza y procesados para procedimientos de deportación.

Estados Unidos eliminó en 2017 la política pies secos-pies mojados que permitía a los cubanos obtener refugio inmediato al pisar territorio estadounidense. Las autoridades han reiterado en numerosas ocasiones que deben evitarse estas vías ilegales de inmigración.

Tras una disminución sustancial en el número de llegadas por mar recientemente se observa un incremento de las interdicciones de la Guardia Costera y detenciones de inmigrantes provenientes de Cuba.

Yeisel González, familiar de los inmigrantes y quien llegó a Estados Unidos vía marítima hace un año, dijo que los balseros no deben ser regresados a la isla.

“Nosotros estuvimos presos por salida ilegal del país. Lo intentamos muchas veces. Si los envían de vuelta podrían meterlos presos nuevamente para que hagan carbón en campos de trabajo que tiene el gobierno de Cuba”, dijo González.

González pudo conversar con uno de los inmigrantes que le contó que está bajo custodia del Servicio de Control de Inmigración y Aduanas de los Estados Unidos (ICE por sus siglas en inglés).

“Queremos pedirle a las autoridades que no los devuelvan. Son gente humilde y trabajadora. La mayoría son familiares y amigos, personas que se cansaron de la represión en Cuba y que no tienen quien les ponga un parole o cómo pagarse un viaje ilegal por Nicaragua”, dijo González.

El teniente Peter Hutchison, de la División de Cumplimiento del Séptimo Distrito de la Guardia Costera, pidió en redes sociales a los inmigrantes no venir a Estados Unidos.

“Los inmigrantes que intenten ingresar ilegalmente a Estados Unidos por mar serán descalificados indefinidamente de la política de libertad condicional de inmigración legal para cubanos y haitianos”, dijo.

Los equipos de la Guardia Costera repatriaron a 367 migrantes a Cuba en el año fiscal 2024, que comenzó el 1 de octubre de 2023.

Posibilidades de defensa

La abogada de inmigración Rosaly Chaviano aseguró que los inmigrantes tienen derecho a defensa.

“Ellos tienen derecho a hablar con un abogado antes de hacer el miedo creíble para que sean preparados para su entrevista”, dijo.

ICE toma en cuenta varios elementos para decidir dejar en libertad a un detenido, por ejemplo si ha sido deportado con anterioridad de Estados Unidos o tiene delitos en el país, dijo la abogada.

El abogado de inmigración Ángel Leal, también se mostró confiado en que no serán repatriados a Cuba.

“Si llegaron a pisar tierra no creo que tengan posibilidades de repatriación a Cuba. Lo más probable es que firmen una carta de deportación expedita y los liberen en el país. Se mantendrán detenidos hasta su entrevista de miedo creíble en este caso”, dijo

“Otra opción es una orden de supervisión, lo que se conoce como I220B”, añadió.

Iniciativa de la sociedad civil distribuye alimentos y medicamentos a víctimas de violencia de género en La Habana

Activista Dunia Medina repartiendo ayuda a familias víctimas de violencia de género.
Activista Dunia Medina repartiendo ayuda a familias víctimas de violencia de género.

Donaciones de alimentos, medicinas, productos de aseo, ropa y zapatos han sido distribuidas en La Habana por la Red Femenina de Cuba y los proyectos Corredor Humanitario y Solo el Amor, en una iniciativa encaminada a traer esperanza a mujeres y familias víctimas de violencia de género.

Desde espaguetis y fideos hasta medicamentos esenciales para la hipertensión y antibióticos, cada contribución impacta en la vida de estas personas, explicó la activista Dunia Medina, integrante de la Red Femenina, residente en Lawton, La Habana.

Según explicó a Martí Noticias, la campaña es una idea de la Red Femenina conjuntamente con el proyecto "Solo el Amor" y las donaciones son enviadas desde España, Ecuador, Estados Unidos, República Dominicana, entre otros países.

"Estos recursos son vitales para brindar apoyo a mujeres sobrevivientes de violencia de género, muchas de las cuales continúan viviendo con sus agresores, debido a la falta de opciones seguras", indicó Medina.

“Ellas siguen en esta situación porque no tienen para donde ir. Viven con su agresor en el mismo hogar y es lo que ellas me dicen: ¿para dónde voy a ir si yo tengo un niño pequeño? (...) Aquí no hay un lugar de acogida para mujeres, que uno pueda decir 'puedes venir para esta casa de acogida y te atendemos y apoyamos'. Aquí no tenemos eso”, comentó.

Mujeres víctimas de violencia de género en Cuba reciben ayuda de la sociedad Civil
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Hasta el momento, las ayudas han sido distribuidas principalmente en La Habana, pero se espera que se establezca una estructura que permita llegar a otras provincias del país, señaló Medina, quien indicó que se ha priorizado a las mujeres más vulnerables y necesitadas.

Las donaciones son recibidas con mucha alegría especialmente por los niños.

“Con qué alegría ellos reciben esta ayudita. Brincan, saltan, es una alegría. Las madres lloran y miran así para el cielo y dicen 'Gracias, Dios mío, por esta ayuda!", relató la activista.

Bruno Rodríguez pide disculpas a Canadá tras la muerte de turista en Varadero cuyo cadáver está perdido

Familiares del turista que murió enn Varadero / Foto: Captura de video
Familiares del turista que murió enn Varadero / Foto: Captura de video

El canciller cubano Bruno Rodríguez Parrilla se disculpó con Canadá por enviarles un cadáver equivocado a una familia en ese país.

El funcionario, que calificó el hecho como un "incidente desafortunado", respondió a una publicación en la red social X de su homólga, la ministra de Asuntos Exteriores de Canadá, Mélanie Joly.

“He hablado con Bruno Rodríguez Parrilla, sobre el caso del señor Jarjour”, escribió Joly este miércoles.

“Compartimos la máxima preocupación por la inimaginable situación que enfrentan sus familiares, con quienes hablé ayer. Canadá seguirá ayudando a la familia Jarjour hasta que se resuelva esta situación”, aseveró.

Rodríguez Parrilla aclaró en su respuesta que La Habana está investigando lo ocurrido. "Transmití mi más sentido pésame y disculpas a los familiares y amigos del fallecido”, indicó.

Faraj Allah Jarjour, de 68 años, falleció el pasado 22 de marzo durante unas vacaciones en Varadero.

La repatriación de los restos del turista de origen sirio se convirtió en un calvario para la familia, que luego de pagar 10 mil dólares recibió el cadáver de un ruso unos 20 años menor.

El canal local CTV News, que reportó la noticia esta semana, dijo que Jarjour falleció por un ataque al corazón mientras nadaba en la playa.

Según los testimonios de la familia, no había socorristas cerca de la playa ni personal médico en las instalaciones del Hotel Meliá Varadero, donde se había hospedado.

Info Martí | ¿Dónde está cuerpo de turista canadiense muerto en Cuba?
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Canadá es el principal emisor de turistas a Cuba, seguido por Rusia y Estados Unidos. Datos oficiales indican que el 49.3% de los viajeros en el primer trimestre de 2024 eran de ese país.

Amnistía Internacional constata el mismo patrón represivo en Cuba y un aumento de la protesta social

Hay una participación importante de mujeres en las protestas en Cuba, reconoce Amnistía Internacional. En la foto, una madre con su hijo en brazos se manifiesta frente a la sede del Partido Comunista en La Habana, el 29 de septiembre de 2022. (REUTERS/Alexandre Meneghini)
Hay una participación importante de mujeres en las protestas en Cuba, reconoce Amnistía Internacional. En la foto, una madre con su hijo en brazos se manifiesta frente a la sede del Partido Comunista en La Habana, el 29 de septiembre de 2022. (REUTERS/Alexandre Meneghini)

El Informe sobre Derechos Humanos en el Mundo de Amnistía Internacional advierte que en Cuba continuó el año pasado la represión de la disidencia, así como la crisis humanitaria y la discriminación contra mujeres, afrodescendientes y la comunidad LGBTI.

En entrevista este miércoles con Martí Noticias, Johanna Peláez, investigadora regional para el Caribe de Amnistía Internacional, dijo que “no ha habido cambios significativos en los patrones represivos para canalizar las disidencias y para las distintas expresiones de exigencia de derechos que tiene la sociedad”.

Esta transcripción ha sido editada para mayor claridad y brevedad.

Amnistía Internacional en su informe señala varios problemas con la situación de los derechos humanos en Cuba, ¿qué exactamente le preocupa a Amnistía Internacional?

Bueno, como habrán visto en el informe, señalamos de manera generalizada los casos de hostigamiento, acoso, criminalización y persecución de activistas, periodistas, personas defensoras de derechos humanos, artistas. Esa es una primera gran preocupación, que se mantiene durante nuestro monitoreo de este informe, casos preocupantes de situaciones relacionadas con el activismo y con las posibilidades de defender derechos humanos en Cuba de manera generalizada.

Un segundo punto: la situación de las personas que se encuentran en prisión por su participación en eventos de protestas, porque ya sabemos que además de más de 600 personas que siguen prisioneras después del 11 de julio, tenemos también personas que han entrado en prisión por protestas posteriores al 11 de julio y que siguen ocurriendo en el país y las condiciones tanto del procesamiento de esos juicios, los delitos por los que son acusados, la forma y la falta de garantías procesales de estos juicios, así como las condiciones en prisión, las negativas de derechos de beneficios penales, de acceso a familiares para visitas de manera regular es otra preocupación importante que aparece en el informe.

En especial mencionamos en el informe los casos de los 5 prisioneros de conciencia que hoy tiene Amnistía Internacional, pero que también sabemos que sus circunstancias son compartidas por otros cientos de personas que están en prisión y por las familias, los amigos y las personas que los rodean, que también sufren violaciones a sus derechos al negárselas, por ejemplo, visitas, llamadas telefónicas o estar en condiciones de incomunicación, como tenemos el caso, por ejemplo, de José Daniel Ferrer, que ha estado en condiciones de incomunicacion durante meses, el pasado año.

Otro elemento que señalamos tiene que ver con la discriminación persistente, no solamente por temas de raza, por temas de género. Hemos visto que hay un esfuerzo y una denuncia importante en materia de discriminación racial y de discriminación de género. También la discriminación política y la discriminación religiosa. Dos de nuestros prisioneros de conciencia son líderes religiosos.

Entonces también hemos estado documentando los problemas relativos a los derechos de religiosos relacionados con las prácticas religiosas en Cuba y también señalamos --no lo estoy priorizando por orden de prioridad, ni mucho menos son todos temas relevantes-- el tema de acceso a derechos sociales que también hemos visto que continúa un deterioro en condiciones relacionadas con la economía y que afectan sobre todo el acceso a la alimentación, acceso a la salud, la ocurrencia de apagones y que cortes eléctricos importantes.

Señalamos también la utilización de los cortes selectivos y generalizados de internet como forma de represión, particularmente durante eventos de protesta o en fechas señaladas como el Día de los Derechos Humanos o la conmemoración del 11 de julio, y también los cortes generalizados que vimos durante el 11 y 12 de julio en el año 2021 y que hemos visto sucesivamente en protestas en los años 2022 y 2023 que limitan, por ejemplo, la posibilidad de documentar violaciones de derechos humanos al no tener forma de grabarse y transmitirse esas imágenes.

Mencionaste discriminación en base de género ¿cual es la realidad de la situación de la mujer en Cuba?

Yo creo que es importante señalar el esfuerzo permanente que hace la sociedad civil cubana, organizaciones colectivas feministas, las feministas que están dentro de la isla y que están haciendo un esfuerzo de monitoreo sumamente relevante para las organizaciones internacionales y para mostrar esta otra cara de las condiciones de la violencia de género.

Por ejemplo, el conteo de feminicidios nos habla de un problema importante relacionado con la violencia contra la mujer, que no está siendo reflejado en los discursos públicos. La ausencia de la regulación de este delito de manera explícita en la, por ejemplo, la formulación del nuevo Código Penal cubano. La postergación indefinida que ha sufrido la exigencia de una ley contra la violencia de género que también colectivos feministas y grupos dentro y fuera de la isla han exigido. Nos habla también de una preocupación de la sociedad que no está siendo reflejada en las posturas oficiales y en los pronunciamientos públicos. Entonces creo que es muy importante mencionar el trabajo de los observatorios y de los colectivos independientes para visibilizar esta realidad.

Ahí están los números relacionados con violencia contra la mujer, con violencia de género, con discriminación, que también se ve en los análisis que se hacen sobre participación en la economía, participación en los cuidados, en las tareas de cuidado, que también hay una sobrecarga en las tareas de cuidado y es algo que vemos en todo el mundo, que vemos en Latinoamérica, y que también se ve en Cuba. Esta sobrecarga de las labores de cuidado en las mujeres y que también hemos visto, por ejemplo, en las protestas. Hay una participación importante de mujeres en eventos de protestas que tiene que ver sobre todo con la sobrecarga que tiene en materia de garantizar alimentos, garantizar medicinas a las personas que están bajo su cuidado, que afecta de manera diferente a las mujeres o que está afectando de manera diferente a las mujeres en Cuba, una realidad que no está del todo reflejada en los discursos oficiales.

¿Algo mejoró en la situación de derechos humanos en Cuba este año?

Es muy difícil hablar de mejor o de peor porque los procesos sociales son muy complejos. Tampoco me gusta decir avances porque lo que puedo decir es que no han habido cambios significativos desde la postura oficial y desde los patrones represivos para canalizar las disidencias y para las distintas expresiones de exigencia de derechos que tiene la sociedad.

Entonces yo me quedaría así, que no hay cambios significativos en esos patrones represivos, por lo tanto, se siguen manteniendo las condiciones en que defensores de derechos humanos, activistas, artistas hacen su labor en Cuba y en ese sentido creo que si algo hay que destacar es el aumento de la protesta social.

Sí nos hemos podido dar cuenta de que hay un aumento de la protesta social, un aumento de descontento social y de las formas de expresión pública de ese descontento social de la población de manera general, no solamente de activistas o de colectivos o de defensores de derechos humanos, y lo hemos visto en las últimas protestas de los años 2022 y 2023 cómo fue la protesta de Caimanera que documentamos y que mencionamos en nuestro informe en mayo pasado.

Entonces podemos ver que se mantienen estas condiciones de patrones represivos que impiden la articulación y los canales para expresar disidencias y defender derechos humanos, pero, por otro lado, hay una sociedad que cada vez es más consciente de esos derechos y cada vez exige más estos derechos.

Entonces, si hablamos de manera general de derechos humanos, es importante hacer el reconocimiento a todas las personas que salen a las calles a protestar, a todos los activistas que en ese ambiente, que además es el ambiente de un nuevo Código Penal, de todas maneras, siguen ejerciendo y defendiendo derechos humanos en ese contexto en Cuba.

¿Amnistía no tiene acceso para hacer su trabajo de documentación, entonces, cómo obtienen ustedes su información y qué quiere lograr la organización de derechos humanos con estos informes anuales?

El informe anual es un esfuerzo global que, cada año, vemos patrones muy complicados para el tema de la documentación, no solamente en Cuba, sino en distintas partes del mundo, donde la labor de derechos humanos está siendo criminalizada.

Este informe de Cuba entra dentro de un ejercicio global que hace Amnistía Internacional y los patrones que se ven en Cuba en términos de dificultades de acceso lamentablemente los estamos viendo también en otros lugares donde se está haciendo compleja la labor de documentación.

Efectivamente, no tener acceso al terreno pone limitaciones importantes al trabajo que podemos hacer en materia de derechos humanos, pero creo que hay algunas cosas que funcionan hoy en el caso cubano y también en otros casos. Una, tiene que ver con el acceso y la amplitud de acceso a internet que ha tenido el país. Esto ha garantizado que las formas de comunicación, de hacer entrevistas, de documentar, de obtener información sean mayores. Otra, es la calidad y el profesionalismo que ha ganado la prensa independiente cubana y los esfuerzos de documentar lo que está pasando en Cuba desde la base de un periodismo serio y confiable, también es de muchísima ayuda para nosotros. Otra cosa es el trabajo de las organizaciones defensoras de derechos humanos en Cuba y fuera de Cuba, con personas de Cuba que también han ganado muchísimo en organización, en prestigio, en credibilidad, en metodologías de trabajo que nos facilitan datos e información que a lo mejor de otra manera no podríamos tener o que hace unos años era impensable que tuviéramos.

La valentía de las personas que dan su testimonio por distintas vías y que continúan ofreciendo, y documentando violaciones de derechos humanos también es importante.

Pero yo llamaría la atención a que es una exigencia nuestra, una exigencia permanente de la organización, no sólo para Cuba, sino para para el resto de los países, es justamente la posibilidad de que los países estén abiertos al escrutinio en materia de derechos humanos, ya sea de parte de organizaciones como Amnistía Internacional, organizaciones internacionales de derechos humanos como organizaciones locales, organizaciones nacionales o procedimientos internacionales como las relatorías especiales de Naciones Unidas.

Preso político Ángel Cuza espera por más de un mes el paso a régimen de menor severidad

Imagen del preso político Ángel Cuza Alfonso tomada de campaña por su liberación (Facebook de Ángel Cuza Alfonso)
Imagen del preso político Ángel Cuza Alfonso tomada de campaña por su liberación (Facebook de Ángel Cuza Alfonso)

En espera de pasar a un régimen de menor severidad se encuentra el activista y preso político Ángel Cuza Alfonso, en la cárcel Combinado del Este, en La Habana.

“Está esperando desde el mes pasado” ser trasladado a un campamento o régimen de menor severidad, tal como está establecido en las leyes penitenciarias cubanas, dijo a Martí Noticias su esposa, Dianelis Romero, quien el martes recibiera una llamada telefónica del prisionero.

Romero manifestó preocupación por las condiciones carcelarias que enfrenta su esposo en la cárcel Combinado del Este: “Todo está pésimo, tremenda hambre, lo único que me pide que le lleve bastante comida; mucha hambre, muy mala alimentación”.

"Medicamentos no hay, no hay nada. En la calle no hay, imagínate allá adentro en la prisión, menos que menos”, afirmó.

Un mes de retraso lleva el paso a "campamento" del preso político Ángel Cuza
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No obstante, Romero aseguró que su esposo se encuentra bien de salud: “Se ve fuerte, estuvo con alergia, porque él es alérgico a toda la mala higiene y todas esas cosas ahí, pero bueno, está bien”.

La mujer también se refirió a los riesgos que corren los presos políticos cubanos de que les sean “fabricadas” nuevas causas para mantenerlos fuera de las calles.

En enero de 2024, un grupo de 17 organizaciones y medios de prensa condenaron el encarcelamiento de Cuza Alfonso, condenado el 7 de noviembre de 2023 a un año y seis meses de cárcel por el supuesto delito de “desorden público”.

Reconocidas agrupaciones como el PEN Internacional y Artículo 19, exigieron al gobierno cubano la inmediata liberación del reportero de Cubanet y denunciaron que la motivación para sentenciarlo y mantenerlo en prisión es exclusivamente política.

"Ángel Cuza se suma al largo listado de periodistas y activistas que sufren la sistemática violación de sus derechos humanos, acentuada los últimos años por el deterioro socioeconómico y político por el que atraviesa Cuba", indicaron estas organizaciones.

(Con reporte de Ivette Pacheco para Martí Noticias)

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