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Alambres de púas y minas antipersonales


La zona fronteriza ha dejado de ser problemática desde el punto de vista militar, porque las autoridades castrenses de ambos países mantienen unas relaciones fluidas e intercambios periódicos de información, incluyendo visitas mutuas.

En territorio cubano, en las proximidades de la Base Naval de Estados Unidos en Guantánamo, la Guerra Fría sigue vigente y en ocasiones se calienta, cuando la sangre de civiles, incluido niños, es derramada por la explosión de una mina antipersonal sembrada por el gobierno de los hermanos Castro.

La base estadounidense está rodeada por una gran cantidad de efectivos de las fuerzas armadas cubanas, cuatro cercas de alambrado electrificadas, decenas de miles de minas antipersonales y antitanques y censores de movimiento, lo que forman un cerco mortal para el que pretenda atravesarlos en una u otra vía.

Las minas fueron colocadas, según la versión oficial del régimen, como un medio de defensa ante una eventual invasión estadounidense por esa región del país, aunque en realidad el objetivo, y para lo que trágicamente ha sido más útil, es para impedir que los cubanos puedan buscar refugio en la instalación militar extranjera y posteriormente salir hacia Estados Unidos.

Cientos de cubanos han arriesgado sus vidas tratando de penetrar la Base, ya sea lanzándose por los acantilados de la costa para arribar a nado a su utopía, o cruzando el campo minado, en el que se arriesgan a ser despedazados por una mina antipersonal sembrada por su propio gobierno, hecho que se ha producido en numerosas ocasiones.

Lo paradójico es que la zona fronteriza ha dejado de ser problemática desde el punto de vista militar, porque las autoridades castrenses de ambos países mantienen unas relaciones fluidas e intercambios periódicos de información, incluyendo visitas mutuas.

Esta situación la confirma que en el 2002, el hoy gobernante Raúl Castro, dijo que si un prisionero afgano lograba huir de la base naval, su gobierno lo devolvería a las tropas norteamericanas, si es "que queda algo", aunque afirmó que dudaba que el potencial fugitivo pudiera atravesar los campos de minas de su régimen.

Por otra parte confirmando la distensión, el gobierno del presidente George W. Bush, informó al de Fidel Castro “antes de la fecha de llegada del 11 de enero de 2002, de los acusados de terrorismo, y el gobierno cubano permitió que aviones militares estadounidenses con sospechosos de Al Qaida desde Afganistán sobrevolaran territorio cubano para no tener que hacer aterrizajes arriesgados”.

También hay referencias que en más de una ocasión militares de ambos países han realizado maniobras conjuntas para estar listos ante desastres naturales o de otro tipo.

Elizei Aranda Matos, residente en Caimanera, Guantánamo, en conversación con el autor le dijo que son muchos y extensos los campos de minas, “que un número grande de ellos no están identificados y que el propio gobierno no conoce su ubicación, que en ocasiones no están cercados, lo que ha hecho posible incidentes como en el que perdió la vida un adolescente de nombre Miguel Ángel y su hermano, Miguel Antonio, un niño que resultó mutilado”.

Aranda Matos señala, que en los últimos meses se han encontrado niños jugando con minas en las cercanías de sus viviendas y que también se dan casos en los que personas que no son de la región y que quieren abandonar el país, ingresan por desconocimiento a los campos minados, lo que les acarrea la muerte o la mutilación. Agrega, que en muchas ocasiones estos casos no se conocen porque tienen lugar en áreas bajo control militar.

Hay que destacar que el régimen de La Habana a pesar de los acuerdos internacionales contra el uso de las minas antipersonales firmados por la mayoría de los países del mundo, es el único gobierno de América Latina que no ha suscrito el acuerdo de eliminar ese tipo de arma y nunca se ha comprometido a limpiar el campo de las minas que ponen en riesgo la vida de los lugareños como ha expresado Elizel Aranda Matos.

Es paradójico, que los únicos países del hemisferio que no han firmado el Tratado de Prohibición de Minas Terrestres Antipersonales son Estados Unidos y Cuba, con la diferencia que el gobierno estadounidense no ha sembrado minas en su territorio, cuando en Cuba una amplia zona del territorio nacional tiene la muerte en su suelo, por voluntad del régimen de los hermanos Castro.

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    Pedro Corzo

    Pedro Corzo, Santa Clara, 1943. Trabajó en Radio Martí desde 1998 hasta el 2021. Conferencista y escritor. Residió en Venezuela durante doce años y colaboró allí en varios medios de información.

    Es presentador del programa Opiniones de WLRN, Canal 17 y columnista de El Nuevo Herald. Ha producido varios documentales históricos, entre ellos Zapata, Boitel y Los Sin Derechos.

    Entre sus libros se cuentan Cuba, Cronología, Perfiles del Poder, La Porfía de la Razón, Guevara Anatomía de un Mito,  Cuba, Desplazados y Pueblos Cautivos y El Espionaje Cubano en Estados Unidos. 

    En mayo del 2017 recibió la Medalla de la Libertad que otorga el gobernador del estado de la Florida.

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