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¿Cómo sobrevivir a un derrumbe?


Derrumbe de edificio multifamiliar situado en la Calle Carmen entre Cortina y Figueroa del Reparto La Víbora
Derrumbe de edificio multifamiliar situado en la Calle Carmen entre Cortina y Figueroa del Reparto La Víbora

"Estaba mirando el noticiero cuando el televisor y la mitad de la sala desparecieron de su vista con un estruendo. Su butacón quedó en el borde del abismo, y no se movió de allí hasta que llegó la brigada de rescate".

Un sobreviviente anónimo de derrumbe (no quiso que su identidad trascendiera), albergado con su familia en un local del municipio Playa, me contó la historia de cuando parte del edificio donde vivía se fue abajo.

Ocupaba un apartamento del segundo piso de un edifico de cuatro plantas. Era de noche. Por suerte, su mujer estaba en el policlínico con el niño, que tenía asma, y su otro hijo en el Estadio Latinoamericano, viendo el juego entre Industriales y Santiago con unos vecinos, que también se salvaron.

Dice que estaba solo, sentado en un butacón de la sala, mirando el noticiero, cuando de repente el televisor y la mitad de la sala desparecieron de su vista con un estruendo, y vio bajar las dos plantas superiores.

No olvidará nunca los ojos desorbitados de su vecina Leovigilda, fregando los platos en la cocina, cuando pasó para abajo y le preguntó con señas qué sucedía.

Luego vio pasar el último piso, desmoronado, y unas piernas de mujer sobre una cama, y un gato que saltaba entre los cascotes. Después pasó la azotea, hecha un amasijo.

Cuando se repuso del susto, en medio de una nube de polvo, se asomó y observó una montaña de escombros. Su butacón había quedado en el borde del abismo y no se movió de allí hasta que llegó la brigada de rescate.

-Los habitantes de esos edificios somos suicidas -dice-. Hace falta que construyan muchos repartos Alamar, y sacarlos a todos de esas bombas de tiempo, que con cada minuto se aproximan a la muerte.

¿Dónde viven las “criaturas” que hacen la noche?

La infraestructura de vivienda de los municipios Habana Vieja, Centro Habana, Cerro y Diez de Octubre, puede catalogarse como “deplorable”, por la antigüedad de sus construcciones, falta de mantenimiento y violaciones de normas constructivas por parte de sus habitantes, que, a falta de viviendas, multiplican sin orden ni control los espacios para acomodar nuevos inquilinos.

En un edificio de las calles Ánimas y Virtudes, que en principio fuera diseñado para diez familias, hoy viven cincuenta y cuatro.

Y en uno de Mercaderes y Aranguren la escalera se derrumbó completamente. Se dio la orden por la Dirección de Vivienda de abandonar el inmueble, pero los vecinos colocaron peldaños provisionales y suben y bajan constantemente poniendo en riesgo sus vidas.

En las calles Cuba y Amargura hay un solar que asemeja una colmena. Nadie puede calcular exactamente a cuántas personas alberga. De día se cuenta un número determinado, sobre todo niños que salen para la escuela y ancianos en busca de los mandados, pero al caer la noche sale una legión de personajes a buscarse la vida: travestis, homosexuales, proxenetas, jineteras, delincuentes…

Dado el pésimo estado físico y la falta de sentido de pertenencia de sus inquilinos, estos viejos edificios derruidos por el tiempo y la incompetencia del gobierno son caldo de cultivo de derrumbes, que hacen peligrar la vida de sus habitantes.

(Publicado originalmente en Cubanet el 03/06/14)
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