En el momento de la explosión, el autobús estaba sólo a unos 100 metros de la residencia oficial del primer ministro de Israel, Ariel Sharón.
El estallido arrancó un lado del vehículo y la mitad trasera del techo. Los investigadores de la policía, acompañados de perros amaestrados, registraron el autobús en busca de pistas sobre el terrorista que causó la tragedia.